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Ben Affleck, actor y director estadounidense. | Foto: Agencia AFP / El País

JENNIFER LÓPEZ

Ben Affleck: los ángeles y demonios del galán al que JLo le da una segunda oportunidad

Ben Affleck, tanto en la ficción como en la realidad, ha enfrentado demonios como su adicción al alcohol. Su carrera como guionista y productor pesa más sobre la de actor, según críticos.

1 de agosto de 2021 Por: Isabel Peláez, reportera de El País

En su más reciente película, The Way Back (El Camino de Vuelta, 2020), que protagoniza y produce, Ben Affleck interpretó a Jack Cunningham, una antigua estrella del baloncesto caída en desgracia, reflejo del propio drama del actor con el alcoholismo, exorcizando así sus demonios, venciendo sus miedos, reconciliándose consigo mismo y reivindicándose con sus seguidores.

“Los dos somos divorciados, alcohólicos, y conozco bien que toda adicción, ya sea al alcohol, a las drogas, a los juegos o a la comida, es para calmar un dolor del alma”, ha dicho Affleck, quien ha sido tres veces internado para tratar su problema con el licor.

“Esta es un película de esperanza. Te dice que tú no eres tus problemas, puedes tener tu vida buena si tratas. Este personaje, comete muchos errores, no es perfecto, pero ninguno de nosotros lo es”, dice Affleck, quien admite que esta experiencia fue una terapia.

“Él ha generado mucha conciencia alrededor de lo que ha pasado en su vida, una reflexión sobre su problema de adicción al alcohol que se acentuó con el divorcio y que lo llevó a tener muy difíciles episodios. Es de valorar que busque salir de su problemática a través de la actuación”, dice Jaime Ponce, periodista cultural y crítico de cine para Telecafé (Instagram: @jaimeponcecultura).

“Affleck asume el rol de un hombre que pierde su familia, se sumerge en el alcoholismo, es como si contara su propia vida a través de la película. Es bueno que los actores se den la oportunidad de trabajar en esas situaciones personales y traducirlas en la pantalla”, agrega el especialista en séptimo arte, para quien el papel que hizo de Bruce Wayn o Batman, siendo muy difícil superar a Christian Bale, lo hizo a su mejor estilo.

Actor, director, guionista y fundador de la empresa productora Pearl Street Films, Affleck ha interpretado desde un agente de la CIA que intenta sacar de Irán a varios diplomáticos estadounidenses en ‘Argo’, un reclutador de corredores de bolsa, un esposo cínico en Perdida, un cantinero e incluso un superhéroe multimillonario.

Este hombre de 1.95 metros, ojos marrón, “inteligente, encantador y divertido”, en palabras de Gwyneth Paltrow, ha tenido grandes romances tanto en la ficción como en la realidad. En 1998 mantuvo una relación con Gwyneth, después de ella romper con Brad Pitt; diez años duró su matrimonio con Jennifer Garner con quien tiene tres hijos; tuvo un fugaz romance el año pasado con la actriz cubana Ana de Armas, y cero y van dos con la actriz y cantante Jennifer López, con quien regresó este año, para proseguir lo que dejaron hace 17 años, después de romper su compromiso.

Ha recibido dos Oscar. El primero, en 1998, que compartió con su amigo Matt Damon, fue por el guion de ‘El indomable Will Hunting’. El segundo, en 2013, le fue concedido por la dirección de ‘Argo’. Y el único premio relevante a una interpretación lo obtuvo en el Festival Internacional de Cine de Venecia del 2006 por ‘Hollywoodland’, en la que representó a George Reeves, el Superman de los años 50.

Lo que el público no sabe es que fuera de cámaras tiene otro talento, es muy buen imitador de sus compañeros de reparto. De hecho, mientras filmaba ‘The Sum of All Fears’, estudió a Morgan Freeman y consiguió imitarlo tan bien, que cuando le mostró el resultado, el veterano actor le dijo, después de una gran sonrisa: “Si vuelves a hacerlo, te mato”.

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Además es políglota, habla inglés, francés, árabe y español. Sobre este último dice: “Este pinche idioma me vuelve un poco loco. Es una lengua muy linda, viví en México cuando tenía 13 años y tengo muchos amigos latinos con quienes tengo la oportunidad de practicar español, es la alegría de mi vida”, dice este amante del arroz con fríjoles y el plátano.

“Yo lo hablo como un bebé, mi hija lo habla y lo escribe mejor que yo, pero tengo acento mexicano”, asegura el actor, quien ha dado varias entrevistas en español.

Benjamin Geza Affleck-Boldt nació el 15 de agosto de 1972 en Berkeley, California. Su segundo nombre es en honor a un amigo de la familia que sobrevivió al Holocausto Húngaro. Es hijo de Anne Chris Boldt, maestra, y Timothy Byers Affleck, ávido dramaturgo que se ganaba la vida como carpintero, mecánico de automóviles, corredor de apuestas, electricista y bartender, y quien durante la infancia de Ben tuvo un problema crónico de alcoholismo, “bebía todo el día, todos los días”, ha contado el actor, quien dijo sintió alivio cuando sus padres se divorciaron y su padre abandonó el hogar. El señor pasó dos años en las calles y logró rehabilitarse cuando Ben tenía 16 años. Hoy, a sus 77 años, mantiene una buena relación con sus hijos Ben y Casey Affleck.

Tras terminar el colegio, Ben estudió un semestre en la Universidad de Velmont y cursó asuntos de Medio Oriente en la Occidental College de Eagle Rock. Pero heredero de la sangre artística de su padre, dejó sus estudios para intentar una carrera como actor en Hollywood.

A Matt Damon, su amigo del alma, lo conoció cuando este tenía 10 años y él, 8. Vivían a dos cuadras de distancia en un barrio de Cambridge, Boston, y asistían a la misma escuela. Fue Affleck quien presentó a Damon, estrella infantil, a su agente de Nueva York y lo firmó.

Coincidieron en Field of Dreams (Campo de Sueños), protagonizada por Kevin Costner en 1989, y han trabajado juntos en ocho filmes. Y antes de la dupla ‘Bennifer’ (Ben y Jennifer) ya existía el ‘Bromance’, como se conoce la amistad de Damon y Affleck.

Ben debutó en el cine a los nueve años en la película The Dark End Of The Street (1981), dirigida por Jan Egleson. A sus 13 años se fue a vivir a México donde filmó un programa infantil, viajó alrededor del país con su madre y hermano y aprendió español. Su primer papel importante fue en Dazed & Confused (Aturdida y Confundida), de Richard Linklate, en 1993. Se dio a conocer en Persiguiendo a Amy y Dogma, de Kevin Smith. Y con Armageddon, Shakespeare Enamorado, Las Fuerzas de la Naturaleza y Pearl Harbor, se convirtió en uno de los actores más rentables.

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Como director debutó en Gone Baby Gone que protagonizó su hermano menor Casey Affleck. Dirigió The Town y Argo que en 2013 le valió su segundo Oscar.

“A pesar de ser un actor muy reconocido, la faceta por la que mejores críticas y premios ha ganado ha sido como guionista. Cuando escribió con Matt Damon Good Will Hunting, los chicos de Boston revolucionaron con este guion denso y dramático, que generó muchas emociones y se consolidó como una de las películas más destacadas de 1997 y le trajo mucho éxito a Robin Williams y a Damon como actores”, opina Mateo Uribe Saenz, crítico en Muscine Podcast.

“Affleck ha sido el productor ejecutivo, director y guionista de películas como Gone Baby Gone (Desapareció una Noche) protagonizada por su hermano Casey, Gimme Shelter, Argo; este tipo sabe lo que quiere y cómo hacerlo. Es un hombre del show business, que entiende las dinámicas de Hollywood y tiene muy buena visión como director, como en Live by Night (Vivir de Noche), -dirigida, escrita y protagonizada por él- o en Argo, historias bien contadas y con una fotografía increíble, él cuida mucho los planos y el universo que recrea en cada película”, agrega Uribe Saenz.

Como actor no sale muy bien librado ante la crítica. “Tiene unos sube y baja, cuando era joven fue muy famoso por Pearl Harbor, Dogma, Shakespeare in Love, Good Will Hunting (En Busca del Destino), con las que se fue ganando un nombre. Es muy interesante ver en Argo, Runner Runner (Apuesta Máxima) o en Gone Girl (Perdida), todo lo que puede crear él como actor”, reflexiona el crítico.

Y ahora The Way Back es lo que traduce al español este título, El Camino de Vuelta de Affleck, su regreso, según la crítica. Para Uribe Saenz, “a pesar de que es un tipo de película que ya estamos acostumbrados a ver, su personaje de este coach deportivo fue lo suficientemente interesante y complejo”. En su opinión, cada vez que Affleck participa en películas de acción pierde mucha de su magia, como en Batman, Suicide Squad, en la Liga de la Justicia, Triple Frontier y The Accountant. Él perfecciona sus personajes con más diálogo y un carisma diferente; los papeles de acción no le han favorecido”.

Igual que Batman

A sus 48 años, es considerado el actor más resiliente de Hollywood, tras superar sus adicciones, obesidad, y enfrentar acusaciones de mujeres por acoso y cuestionamientos por su amistad con el señalado depredador sexual Harvey Weinstein, además de un divorcio y varias rupturas sentimentales.

Como el ave Fénix multicolor que lleva tatuado en la espalda y que es lo que más odia de él su novia JLo, Ben resurgió en la industria del cine y con una fortuna neta de US$ 150 millones.

Por su guion de El Indomable Will Hunting, que escribió con su amigo Matt Damon, recibieron US$ 300.000, por ‘Paycheck’, cuyo estreno se dio cuando Ben estaba en lo más alto de su popularidad por su compromiso con Jennifer López, cobró US$ 15 millones. Ni siquiera los altibajos de su vida personal le impidieron ganarse el cuarto puesto de los actores que más cobraron en 2020, según la lista Forbes, con ingresos estimados de US$ 55 millones.

A eso se suman contratos de publicidad con marcas como L’Oreal por un millón de dólares e inversiones en la organización de artes marciales mixtas UFC (Ultimate Fighting Championship).

Según el periodista Agustín Velasco, en su www.revistagq.com lo único que pudo afectar su patrimonio “fue su divorcio con Jennifer Garner, con quien no firmó contrato prematrimonial, y debieron dividir US$ 100 millones y una casa en Pacific Palisades, Los Angeles, de US$ 17,55 millones y que Garner disfrutó hasta 2018, un año después de producirse el divorcio y tres años desde la separación por la infidelidad de Affleck con la niñera. Propiedad que le vendieron a Adam Levine, de Maroon 5, por US$ 32 millones en 2019, después de que Ben comprara otra mansión en la misma urbanización por US$ 19 millones”.

Otro factor que puso a tambalear sus activos ha sido su afición a los casinos, en especial al póker, motivo por el cual Garner no le dio más oportunidades. Hábil jugador, asiste a torneos por todo el mundo. Algunas veces ha ganado grandes sumas, como US$ 356.000 en el Campeonato del Estado de California. Pero en otras ocasiones ha perdido sobre la mesa de juego pequeñas fortunas en Las Vegas, de donde ha sido expulsado del Hard Rock, que ya le cerró las puertas en todas sus sedes al descubrirlo contando las cartas en el black jack.

Con el póker ha apoyado nobles causas, con Matt Damon organizó un torneo con el que recaudaron US$ 1,75 millones para Feeding America y en 2010 Ben fundó ECI (Eastern Congo Initiative), ONG dedicada a la promoción y concesión de subvenciones enfocada a trabajar con y para la gente del Congo Oriental, aumentando las inversiones en dicha región.

Si algo tiene en común Ben Affleck con Bruce Wayne, es su afición por los automóviles, como su Lexus RX, Tesla Model S y el clásico Chevrolet Chevelle SS, y por las motos, su última adquisición, una BMW personalizada que le dio su ex novia Ana de Armas para su cumpleaños 48.

Y Affleck tiene mucho que agradecerle al superhéroe murciélago, su papel más rentable, recibió US$ 35 millones por su intervención en Batman vs. Superman, nada que ver con los US$ 11,5 por Daredevil para Marvel, de la que se arrepiente. Pese a que renunció a The Batman y dio un paso al costado de la franquicia, dijo que cuando se puso el traje del Caballero de la Noche en el cumpleaños de su hijo, “cada momento de sufrimiento en Justice League valió la pena”.

Admite que no lo pasó bien como el Batman de las películas de DC, que las presiones del papel complicaron su lucha contra el alcoholismo y agregaron una carga extra a su complicada vida, pero aceptó el papel para hacer felices a sus hijos: “Quería hacer algo que les encantara. Mis hijos no vieron ‘Argo’ y siempre dicen: ‘Papi, no vamos a ver tus películas’”.

Affleck es padre de Seraphina, de 12 años, Violet, de 15, y Samuel, de 9, con su ex Jennifer Garner, con quien estuvo casado entre 2005 y 2018. Ella permite que sus tres hijos pasen tiempo con JLO en varias salidas familia

Segundas partes

A un Ben Affleck casi irreconocible, con la cara hinchada, pasado de kilos y con grandes marcas debajo de los ojos, fotografiaron los paparazzis en 2017, cuando promocionaba The Accountant (El Contable), que coincidió con su separación de Jennifer Garner. En ese año hizo público en Facebook que había estado en una clínica de rehabilitación por sus problemas con la bebida. Meses después sufrió una recaída y se internó en un centro de desintoxicación.

Fue mencionado en el Me Too dada su amistad con Harvey Weinstein, quien financió Good Will Hunting y confesó que sabía del comportamiento del empresario, ya que su exnovia Gwyneth Paltrow, le había contado que este intentó propasarse con ella. Tampoco ha estado exento de acusaciones como la que hizo Hillarie Burton, actriz de la serie One Tree Hill, quien dijo que Affleck la manoseó en una entrevista para MTV en 2003. El actor le pidió perdón en Twitter: “Tuve un comportamiento inapropiado hacia Burton y me disculpo sinceramente”. Casey, su hermano, ha sido denunciado por dos mujeres por agresión sexual.

Ahora, Ben parece libre de culpa, redimido y nuevamente enamorado de Jennifer López, con quien tuvieron un noviazgo del 2002 al 2004 y un compromiso que rompieron por la presión mediática, y casi dos décadas después, este año en abril, le dieron la segunda oportunidad al amor, al ella terminar con Alex Rodríguez tras cuatro años.

Jennifer Garner, Marc Anthony y Matt Damon ya dieron su bendición a ‘Bennifer II’. Matt dijo: “Él se merece toda la felicidad del mundo. Me alegro por los dos”. Y JLO ha dicho que está “súper feliz, en mi mejor momento”.

Como no, si la pareja pasó unos días en la isla italiana de Capri e hicieron viral en redes su recreación de una escena del videoclip ‘Jenny From The Block’, para el que posaron como hace 19 años en un yate: JLo tomando el sol en bikini, mientras Ben le aplica bronceador. Se fueron de fiesta al club L’Opera, se besaron sin importar que los grabaran y JLO compartió su primera foto con él en Instagram.

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