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Cristina en el paredón

Bravo, una Borbón con casta que pistolió al periodismo ibérico amigo de feas zancadillas.

5 de enero de 2020 Por: Poncho Rentería

Apunto a Cristina de Borbón, la hermana del Rey de España que tuvo un diciembre tempestuoso. Como en Cali hubo fiestas y en su menú, corridas de toros para los taurinos de boina. Me cuenta Maritza Arabia, una guapísima caleña, que muchos turistas llegaron de Albacete y Saragoza a Cali huyendo del frío y los ventarrones helados de esta época en toda España.

Como a los taurinos les gusta saber cómo andan la movida madrileña y las ventas del famoso Corte Inglés, les cuento que allá fue noticia que el cuñado del rey Felipe, Iñaqui Undargarín, salió de la cárcel por tres días y estuvo comiendo canelones, turrones y tortillas con su esposa Cristina de Borbón, sus cuatro hijos, su madre, hermanas y 17 sobrinas. Me gustó verla por la televisión paseando a su lado esos días de libertad. Valiente y de carácter ella porque en su desgracia no lo divorció como lo pedían montones de gentes morbosas que practican ese “al caído, caerle y volverlo papilla”.

La nobleza española en su mala hora. Cristina, hija del anterior rey Juan Carlos dio la talla, no le dio gusto a un pequeño grupo de periodistas ansiosos de montar un novelón titulado: ‘La infanta hermana del rey Felipe abandona a su marido Undargarín”. El hombre, por avispadísimo, se ganó un carcelazo al abusar del tráfico de influencias.

Los auto bautizados pulquérrimos e intachables del periodismo español critican que la infanta Cristina de Borbón lo acompañe hoy porque eso “empaña el prestigio de la Casa Real” cuando él fue culpable. A esos moralistas les tengo un regalito verbal: tienen huevo, váyanse al carajo, ella con cuatro hijos no podía abandonarlo porque lo quiere a borbotones y porque decidió ser leal con quien ha vivido 18 años. Bravo, una Borbón con casta que pistolió al periodismo ibérico amigo de feas zancadillas. Punto.

Al exalcalde Maurice Armitage le sonó la flauta, fue un recto funcionario, no lo digo yo que vivo en Bogotá, me lo dijo Juanita Cataño la pilísima exdiputada que fustigó a muchos ineptos y, vainas de la democracia, le faltaron votos para reelegirse. ¿Cuántas motocicletas hay en Cali? Miles y miles como en Tailandia, Laos y Camboya. El desorden de las motos en las avenidas cogió ventaja, no transitan a lo bien, se meten por las rendijas entre carro y carro y eso crece y será peor. Punto.

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