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Rodrigo Lara, presidente de la Cámara de Representantes. | Foto: Colprensa

RODRIGO LARA

Rodrigo Lara: "El Valle necesita renovar su dirigencia política"

Rodrigo Lara espera conformar una coalición amplia alrededor del Nuevo Liberalismo, su partido político.

5 de noviembre de 2021 Por: Olga Lucía Criollo, editora de Poder

"Lo que está en juego es el país, sus instituciones y, a partir de la separación de poderes, del Estado de Derecho y de la economía de mercado, hacer reformas profundas y evitar que lleguen al poder proyectos políticos que puedan poner en entredicho los elementos fundamentales de una democracia".

Así analiza la próxima contienda electoral el senador Rodrigo Lara, ahora precandidato presidencial por el Nuevo Liberalismo, tras serle reconocida su personería jurídica.

Recuperada la personería, ¿cómo se va a reorganizar el partido?

Ya habilitado por la Corte Constitucional para poder ingresar al Nuevo Liberalismo, me he propuesto la tarea de buscar una plataforma abierta, democrática, que represente el anhelo de cambio de los colombianos, por supuesto en el marco del Estado de Derecho, la separación de poderes y la economía de mercado. Que este partido vincule un proyecto de liberalismo reformista, socialdemócrata, que emprenda las reformas al sistema económico y social, luche contra la desigualdad y transforme la política, demoliendo el Estado clientelar y corrupto que hoy tiene Colombia. El Nuevo Liberalismo tiene en su ADN la democracia interna, ese fue el gran proyecto que lo representó en los 80 y en ese sentido tenemos que armar listas al Congreso y plataformas de selección de candidatos abiertas, convocando al pueblo colombiano.

Y con Juan Manuel Galán ya en la lista, el partido tendrá dos precandidatos a la Presidencia...

Exactamente, y el propósito es integrar esto en un gran proyecto de consulta de origen liberal, de centro, amplio, sin vetos y que tenga en cuenta primero al país, antes que egos y proyectos personales.

¿Como él, usted hará parte de la Coalición de la Esperanza?

En esa coalición hay gente muy valiosa, como también la hay por fuera de su núcleo central. Por eso nosotros tenemos que hacer una convocatoria amplia. Es que lo que está en juego es el país, sus instituciones democráticas y partir de la separación de poderes, del Estado de Derecho liberal y de la economía de mercado hacer reformas profundas y evitar que lleguen al poder proyectos políticos que puedan poner en entredicho los elementos fundamentales de una democracia.

Se dice que con tantos candidatos en el centro, que no se ponen de acuerdo, se podría favorecer a los partidos de los extremos...

Si hay coincidencia en ideas, causas y banderas, es fácil poner de acuerdo en un proceso de selección popular a diferentes candidatos. ¿Cuál debe ser ese norte? Un proyecto de origen liberal, de filosofía, no circunscrito al partido. Creo que hay un escenario político un poco confuso, pero si coincidimos en ideas centrales, es fácil ponernos de acuerdo y no serían tantos los candidatos.

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¿Pero usted está dispuesto a aportar para que sí haya una candidatura fuerte desde el centro?

Absolutamente. Creo que gran parte de la crisis que vive Colombia obedece a esa forma corrosiva y divisora de hacer de los extremos. Los extremos ideológicos no unen a Colombia. Los extremos políticos tienen un mismo método, que consiste en dividir en bandos opuestos a los colombianos, enemistarlos e indisponerlos para obtener un rédito electoral, pero una nación dividida contra sí misma no prospera y no sale de una crisis tan profunda. Es como una familia, dividida contra sí misma, nunca prosperará.

¿Pero si no es el elegido, en todo caso descarta regresar al Senado?

Yo concibo este ejercicio público como una misión y las misiones no tienen tiquetes de retorno ni planes a, b o c. Para mí la política no es un juego de ajedrez, sino fe y convicción en unas ideas y amor profundo por Colombia. Estoy en mi proyecto de precandidatura presidencial y dejaré hasta la última gota de sudor en él.

¿Y cómo va la conformación de las listas al Congreso por el Nuevo Liberalismo, serán abiertas?

Cuando en un sistema la mayoría son abiertas, es difícil gestionar listas cerradas. Lo ideal es que todas fueran cerradas, pero no es así, entonces esa realidad política y esa competencia nos obliga a abrirlas.

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¿Pero ya se han definido algunos nombres que irán por el partido en el Valle, por ejemplo?


Hay personas muy importantes en el Valle del Cauca a las que les hemos pedido que nos ayuden a organizar y liderar esos proyectos. Personas como Alejandro Eder, que tiene ese propósito, y Catalina Ortiz, que si bien está en el Verde, tiene unos vínculos sólidos con el Nuevo Liberalismo. Espero que muy pronto, después de un proceso de selección exigente, le podamos dar nombres a la opinión pública vallecaucana.

El Valle necesita una renovación importante de su dirigencia política. A pesar de que existen personas buenas hoy representándolos, el Valle sufrió mucho en esta pandemia y con los bloqueos que el Gobierno inexplicablemente toleró en diferentes puntos de Cali. Por eso necesita una dirigencia que le ofrezca a su juventud oportunidades reales de desarrollo. No podemos permitir que el suroccidente del país siga sufriendo los embates del desempleo y la exclusión y que los grupos insurreccionales y el narcotráfico se aprovechen de esas circunstancias para hacer de las suyas.

A propósito de oportunidades, la Corte Constitucional rechazó las objeciones del Gobierno a su proyecto en favor de las madres cabezas de hogar que sean condenadas por primera vez...

Frente al narcotráfico no hay una solución única. Debe haber una mano muy dura contra los grupos armados del narcotráfico, el ELN y todos los alias Otoniel que existen en el país. Hay que desarticular todas esas organizaciones y buscar alternativas al campesino cultivador, pero también hay que tener una mano muy dura para erradicar los cultivos e ir con entereza contra el jíbaro.

Hasta ahora he sacado dos leyes, una que prohíbe las drogas en parques, perímetros de los colegios y polideportivos, incluso la dosis mínima, porque para mí la droga es igual a deserción escolar y el narcotráfico es igual a crimen. Pero hay que buscar alternativas frente a los eslabones más débiles, en este caso, las mujeres pobres cabezas de hogar.

¿De qué sirve coger a una mujer muy pobre, sin empleo y meterla por primera vez cuatro o cinco años a la cárcel y dejar a sus hijos desamparados en la calle, sin familia y expuestos a todos los abusos en la droga y el licor? Entonces hay que buscar penas de trabajo en utilidad pública, como en Estados Unidos, en donde el reo es obligado a arreglar parques o vías públicas o a cuidar ancianos, de tal manera que esas madres sigan cuidando a sus hijos y no reproduzcamos los círculos del crimen en esos muchachos.

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