Hermes Manyoma: la historia del caleño que con su voz fañosa impuso la ley salsera

La voz fañosa de Hermes Manyoma es única, como una risa contagiosa que quien la escucha no puede evitar alegrarse. Está cargada de muy buen humor y todo lo que canta —aun el desamor y el duelo— tiene un grado de comicidad, como en el caso de Ismael Rivera que hacía divertidas hasta las canciones religiosas, para el menor de los hermanos Manyoma es un crimen la solemnidad.

Por eso, en 1987, cuando fundó su orquesta decidió llamarla La Ley, pero no como un llamado autoritario a quedarse quietos y ordenados, todo lo contrario. Como dice en la canción ‘Decreto ley’ de 1990:

“Atención, atención, les habla el presidente de la rumba. Algunos llegan con su pareja a ver qué pasa, dicen que oyeron un decreto aquí esta noche, que cuando empiece a tocar la orquesta se arme la fiesta. (...) Por orden del presidente todos tienen que bailar. (...) Que se cumpla mi decreto ley, okey”.

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El diccionario de la RAE define el adjetivo ‘fañoso’ como propio de una voz gangosa, “que habla con resonancia nasal”.

El maestro Hermes Manyoma vive con su familia en una casa del barrio El Troncal, a sus 72 años continúa caminando las calles de su infancia, esas que siguen inspirando su música.

A pocas cuadras se encuentra la residencia de doña Esneda Gil, su madre, quien tiene 95 años. Allí, bajo su cuidado crecieron los tres hermanos Manyoma: Wilson, Henry y Hermes.

— Maestro, ¿a qué se debe la particularidad de su voz fañosa?

— Mi timbre de voz es brillante, diferente al de Wilson, porque así fue que aprendí a cantar, guiándome por los ídolos de mi época como Daniel Santos, que tenía ese apoyo nasal muy marcado.

El soneo y el rubateo me vienen de lo que hacían Ismael Rivera y el mismo Benny Moré, porque nosotros nos aprendimos de memoria sus canciones, las repetíamos una y otra vez para cogerle sus técnicas.

— ¿En algún momento recibió clases de canto?

— Mi escuela es completamente callejera, yo me encerraba a cantar y cantar, buscando mantener el tono a las canciones que mi voz alcanzaba. Luego, algunos amigos me dieron consejos de técnica.

Ricardo Contreras me enseñó ejercicios de calentamiento y hábitos para cuidar la voz, recuerdo que él se sorprendía al escucharme hacer cosas que gente con mucha técnica no podía, mañas que uno aprende solo.

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Hermes Manyoma Gil nació en 1953, en el barrio La Floresta de Cali, siendo el menor de tres hermanos, los hijos de doña Esneda Gil y Rufino Manyoma, un matrimonio de raíces chocoanas.

— Mi papá tenía intereses musicales y componía canciones, y mi mamá, que trabajó como lavandera y ama de llaves en empresas, también tenía muy buena voz y organizaba agüelulos en la casa.

— ¿Las fiestas de su mamá son muy recordadas?

— Ella las organizaba con la gente del barrio, con doña Hilda y doña Venancia, como una forma de obtener recursos. Las hacía durante el día, algo muy sano para que los muchachos estuviéramos, y fue allí donde nosotros, Wilson, Henry y yo, empezamos a relacionarnos con los músicos, como el Combo Armonía que era de La Floresta. También había otras familias muy rumberas con las que nos juntábamos: los Cachimbo, los Aguilar, los Burbano, los Night.

— Pero, ¿la música siempre fue su sueño?

— No, yo terminé dedicado a esto porque no logré ser futbolista. Mi sueño era jugar en el América y la Selección Colombia. Yo me la pasaba más tiempo en las canchas que oyendo música o en los ensayos de las orquestas, jugaba en los partidos del barrio, entrené con el equipo Bambú de Antonio Mejía, que fue asistente de Gabriel Ochoa. Alcancé a entrar en las selecciones de Cali y Valle como volante, me gustaba usar las camisas número 14 y 8.

— ¿Por qué lo dejó?

— Cuando tenía 21 años me lesioné la rodilla, eso me dejó quieto un tiempo y ahí comencé a tomar más en serio la música.

Los Manyoma Gil pasaron por varios barrios populares antes de afincarse del todo en El Troncal, “allí la goma de la música se nos pegó más”, recuerda el maestro. Allí tenían como vecinos a dos músicos, los hermanos Leonardo y Duval Osorio, que pertenecían a las agrupaciones más reconocidas de la época: la Sonora Juventud y la Orquesta Los Supremos, esta última donde cantaba el gran Edulfamid Molina Díaz, más conocido como Piper Pimienta.

Wilson y Hermes, como muchos adolescentes curiosos, no faltaban a los ensayos. Henry no estaba por esos días, dado que acompañaba a don Rufino en Tumaco. Entrados en confianza con los músicos, los hermanos Manyoma aprovechaban cualquier oportunidad para cantar y mostrar su talento, así fue como ambos ingresaron a la Sonora Juventud, al principio como utileros, y luego como cantantes.

El primero en debutar fue Wilson, quien al poco tiempo salió a probar suerte con otras orquestas, hasta que dio con Fruko y sus Tesos en 1973, lo demás es historia.

Entretanto, Hermes seguía cargando instrumentos y haciendo coros con la Sonora Juventud, pero su oportunidad llegó una tarde en la discoteca La Llave, de Palmira, donde el grupo estaba contratado para hacer cinco presentaciones de 45 minutos a lo largo del día.

El cantante principal no llegó a la hora acordada, por lo que el director, Santiago Mejía, le dijo a Hermes: “Te tocó”. Alcanzó a cantar tres series musicales, antes de que apareciera el cantante regular. Para el final del día, Manyoma ya era una de las voces líderes.

Estuvo 14 años con esta agrupación que terminó llamándose Orquesta La Octava Dimensión y, en su primer disco titulado ‘Colombia vamos a ver’, producido por Larry Landa en 1980, Hermes Manyoma aparece como vocalista líder y compositor de la canción ‘La encontré’.

“Con Wilson siempre estuvimos en contacto cuando enfermó, a pesar de que él se reservaba su estado, así era su carácter. A lo mejor, el Señor allá arriba necesitaba un cantante para su orquesta. Dejó en alto nuestra cultura, porque en todo el mundo, los Manyoma somos sinónimo de Cali”.

Hermes Manyoma, cantante y compositor caleño.

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Mientras se fogueaba como cantante, Manyoma acumuló buena cantidad de composiciones propias, por lo que para mediados de los 80 estaba decidido a formar su propio proyecto musical. Con su voz y sus canciones se fue a la capital colombiana y audicionó para CBS.

No era la primera vez en Bogotá, había estado allí por alrededor de dos meses, cuando Alexis Lozano lo llamó para cantar en la recién fundada Orquesta Guayacán, tenían planeado grabar, pero hubo problemas con la disquera y Manyoma, apurado por el frío que estaba afectando su voz, se devolvió para Cali.

— El periodista Hernando Benavides, que me había escuchado en Cali y me tenía mucha fe, sabía que yo estaba en Bogotá, así que me recomendó con Willie Salcedo para que me recibiera en la CBS, que ahora es Sony Music. Acudí a la cita y me puse a cantar uno de mis temas, cuando pasó por allí uno de los empresarios y dijo, “este tipo tiene lo que buscamos”.

— ¿Así nació la Orquesta La Ley?

— No, yo grabé mi primer disco ‘Disparando salsa’ con músicos invitados, pero ya tenía el nombre. Después regresé a Cali y formé la orquesta con gente local, lo primero que hicimos fue aprendernos los temas del disco, ensayamos a diario por más de dos meses hasta que sonara idéntico.

Con su primer LP, Hermes Manyoma y su Orquesta La Ley entraron por la puerta grande al repertorio salsero de Cali, era 1987 y sus canciones ‘Son pegaito’ y ‘Vive feliz’ sonaban en todas las emisoras. El mismo año se realizó el primer encuentro de orquestas en el Estadio Pascual Guerrero, en el que resultaron ganadores.

Después vendrían discos como ‘El sonero llegó’ (1988), ‘La rumba se prendió’ (1989), ‘Decreto Ley No. 4: Gozar y bailar’ (1990), ‘Nuevamente repite el son’ (1992) y otras producciones a lo largo de los 90 y los 2000, así como colaboraciones para otros artistas. Y, para la versión 68 de la Feria de Cali estrenará una nueva canción que se llama ‘Tumbao caleño’, para la que están grabando un videoclip.

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Jhon Alexánder Manyoma Morales es el único hijo del maestro Hermes y su esposa Gloria, tiene 30 años y es cantante de la Orquesta La Ley, fundada por su padre. Ingresó a la agrupación en 2016, asumiendo los coros y hasta ahora tiene grabadas seis canciones como vocalista principal, entre ellas ‘Golpe pachanguero’. Pero aclara que “a Hermes Manyoma no lo reemplaza nadie, yo hago parte del relevo generacional al que él generosamente abre espacio en su orquesta”.

Cuenta que el maestro Manyoma fue quien “nos llevó por el camino de la música a mí y a mis primos, hablo de Wilson Jr., el hijo de Saoko, y de Adalberto, el hijo de Henry. Mi papá nos transmitió todo su conocimiento en la percusión y el canto, ya cuando tuvimos nivel incursionamos en La Ley, Wilson Jr. en la percusión, y Adalberto y yo en las voces. En su orquesta empezamos todos nosotros, de eso no hay duda”.

Jhon Alexánder también es el percusionista de Los Manyoma Brothers, la orquesta de su primo Adalberto, cuyo primer disco ‘Soy la generación’, del 2022, cuenta con siete canciones compuestas por Hermes Manyoma, quien asegura tener “cientos de canciones aún inéditas que, si Dios me lo permite, seguiré grabando”.

“Es un hombre muy creativo, siempre está apuntando letras y cantando melodías, eso lo define como artista, pero como ser humano se destaca por su solidaridad, desde que empezó su carrera viene ayudando a otros sin pedir nada a cambio, es feliz compartiendo sus conocimientos y experiencia”, comenta su hijo.

La generosidad de Hermes Manyoma queda evidenciada con los talleres de música ‘Disparando salsa y cultura’ que viene realizando desde hace más de 15 años en la caseta comunal del barrio El Troncal y en el Colegio Atanasio Girardot, el mismo donde se graduó de bachillerato.

“Son talleres abiertos a la comunidad, yo no recibo ningún pago, a mí lo que me interesa es que los más jóvenes se enamoren de la salsa, porque para que la música caleña no muera debemos educar a las nuevas generaciones de salseros, aunque aquí recibimos de todas las edades. Los músicos de mi orquesta y mi propio hijo llegan a enseñar canto, percusión, trombón y hasta violín, yo hago lo posible para que los jóvenes con talento encuentren apoyo y sobresalgan”, dice el maestro Manyoma.

— ¿Cree que la salsa puede desaparecer?

— Me parece que hay apoyo para las escuelas de baile y lo celebro, pero no sé si hay el mismo interés por apoyar a los músicos caleños, los que estamos aquí en el barrio cantándole a nuestra ciudad.