¿Qué busca Putin?

Una semana después de la invasión de Rusia, Ucrania lucha por su supervivencia, la destrucción y el número de víctimas crece, mientras las fronteras se llenan de refugiados que piden con desespero amparo. Y aún no se sabe qué busca Vladimir Putin al desencadenar una guerra que también le causará grandes males al pueblo ruso.

Nadie sabe cuál es la razón para que Putin afirme que esa invasión fue un acto de legítima defensa, pues pensar en que Ucrania sea una amenaza para Rusia es por lo menos absurdo. Y mucho menos es creíble que esa invasión, conocida hace muchas semanas y desmentida por Rusia de manera mentirosa, sea un acto humanitario para garantizar la paz en los territorios ucranianos que el presidente ruso incitó a separarse de su país.

Hoy, Ucrania es atacada por uno de los ejércitos más poderosos del planeta y resiste con heroísmo la agresión. Su Presidente llamó a la resistencia total, invitó a quienes estén dispuestos a luchar por su país y anunció que se quedará en su capital, dispuesto a defender su nación hasta las últimas consecuencias. Sin dudas, es una guerra desigual y sangrienta, ordenada desde Moscú sin que se sepa con exactitud que la ocasionó.

Pero sí está claro que la invasión a Ucrania es un mensaje a Europa, a los Estados Unidos y al mundo occidental en general de parte del presidente ruso. Sin importarle el terrible drama que está causando en el pueblo ucraniano al cual llama hermano, Putin está mostrando una parte del enorme poder de destrucción que tiene su ejército y del control que mantiene sobre el país más grande del mundo.

Ante la reacción que aísla a Rusia en todos los aspectos económicos, financieros, comerciales y de transporte, el exjefe de la inteligencia de la antigua Unión Soviética puso en alerta las fuerzas nucleares, una amenaza mundial. Al parecer, le tiene sin cuidado que la ONU se haya expresado contra su invasión y que en una votación del Consejo de Seguridad su embajador, presidente también de ese organismo, se haya quedado solo contra once condenas y tres abstenciones.

Todo indica entonces que Ucrania es apenas un medio para amenazar a la Unión Europea, a los Estados Unidos, a la Otan y al poder económico de Occidente y que Putin está dispuesta a aplastarla sin compasión. Y ya ha conseguido respuestas de todo tipo, incluido el suministro de armas a Ucrania para que se defienda de la agresión que deja miles de seres humanos muertos, con sus viviendas y ciudades destruidas, pero dispuestos a defenderse del agresor.

También subsiste el temor a que este conflicto, desproporcionado e inhumano, se convierta en el primer eslabón de una conflagración que se regará por todas las fronteras entre Rusia y Occidente, llegando incluso a la confrontación nuclear. Es el desafío en el cual Ucrania, su destrucción y la muerte de sus hombres, mujeres y niños, son apenas fichas en el macabro juego que desencadenó la invasión que resiste con valentía admirable.

Ante el desastre que está causando en Ucrania, las amenazas que profiere y sus demostraciones de fuerza, el mundo se sigue preguntado qué busca Vladimir Putin.