Editorial

2025: el año que estremeció a Cali y el Valle

Al centralismo se le debe reclamar, una vez más, su incumplimiento con la comarca, agravado ello con la actitud revanchista, por decir lo menos, del Primer Mandatario de los colombianos hacia la región

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La explosión sucedió en el barrio Los Lagos, este domingo, 18 de mayo.
La Gobernadora del Valle y el Alcalde de Cali debieron enfrentar en 2025 la mayor escalada de ataques terroristas de las últimas dos décadas. Le reclamaron de forma constate al Gobierno Nacional mayores acciones para garantizar el orden público y la seguridad en la región. | Foto: Gobernación del Valle - Alcaldía de Cali

30 de dic de 2025, 03:58 a. m.

Actualizado el 30 de dic de 2025, 03:58 a. m.

La seguridad ciudadana y el orden público dominaron la escena en Cali y el Valle del Cauca durante el año que termina. El departamento y su capital tampoco fueron ajenos a los problemas que arrastra el sistema de salud a escala nacional, mientras la calidad de la educación sigue siendo el punto débil en la región. Para destacar: la unidad que mantienen la Gobernadora y el Alcalde en aquellos propósitos que les son comunes, en contraste con la actitud del presidente Gustavo Petro hacia la comarca, a la que le sigue incumpliendo y mirando con indiferencia aún en los estertores de su gobierno.

El alcalde Alejandro Eder junto a la gobernadora Dilian Francisca Toro debieron enfrentar en este 2025 la peor ola terrorista en décadas. Ataques a estaciones de la Policía, atentados contra la población civil así como decenas de muertos y heridos es el nefasto balance al cierre del año. Los grupos armados ilegales se ensañaron contra el Valle, sus municipios y su capital, que además recibieron de manera directa el impacto de lo que sucede en el Cauca por cuenta de quienes manejan las economías ilegales.

Es necesario reconocer el esfuerzo de las autoridades locales y departamentales para hacerle frente a los violentos, con mayores inversiones en seguridad así como en apoyo a la Fuerza Pública más un trabajo permanente de inteligencia que permitió hacer capturas importantes o evitar un mayor número de ataques. Fue justo el reclamo insistente al Gobierno Nacional para que garantizara la seguridad en la región, como es su responsabilidad, lo que sin embargo tuvo poco eco en la Casa de Nariño.

En cuanto a seguridad ciudadana los índices mostraron una reducción en los delitos más comunes, lo que fue empañado por el incremento en el número de homicidios, en particular en la capital del Valle. La tendencia a la baja no se pudo mantener, se rebasó la meta proyectada y no parece encontrarse la fórmula para evitar tantas muertes violentas en la ciudad. Es uno de los pendientes que deberá resolver el alcalde Alejandro Eder en el año que se avecina.

Sin duda, en este 2025 se hicieron ingentes esfuerzos para realizar las inversiones sociales y de infraestructura que demandan el desarrollo local y regional, así como se debe realzar el destacado papel que tuvieron la cultura y el turismo en los proyectos tanto de región como de ciudad.

No obstante los servicios de salud se vieron impactados por la crisis nacional del sistema, mientras la calidad de la educación básica sigue siendo el talón de Aquiles para el Valle y para Cali, como lo demuestran los pobres resultados en las pruebas Saber. Ahí en la formación desde la primera infancia debería concentrarse la atención del Estado si se pretende tener una sociedad que progrese y sea competitiva en el contexto nacional.

Al centralismo se le debe reclamar, una vez más, su incumplimiento con la comarca, agravado ello con la actitud revanchista, por decir lo menos, del Primer Mandatario de los colombianos. Este año tampoco hubo dragado de profundización del canal de acceso al puerto de Buenaventura, no se resolvió nada sobre la vía Mulaló Loboguerrero, tampoco se honró la palabra de darle el aval económico al Tren de Cercanías a pesar de los anuncios desde el Ministerio de Transporte, y está en el limbo la concesión del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, que volvió a manos del Estado este año.

Cumplida la mitad de su mandato tanto la gobernadora Dilian Francisca Toro como el alcalde Alejandro Eder deberán apretar el acelerador y ejecutar las obras y programas con los que se comprometieron y que aún siguen pendientes.

En particular, el mandatario local tiene en sus manos el poner en marcha los proyectos financiados con el empréstito que por $3,5 billones le fue aprobado por el Concejo al finalizar 2024, de los cuales ya la Administración local ha solicitado cerca de $2 billones a los bancos. Su deber es garantizar a los caleños que esos recursos serán bien invertidos y que la ciudad no habrá empeñado en vano sus finanzas a futuro.

Por lo demás, resta pedirles que no cejen en su empeño de garantizar la seguridad de los cinco millones de vallecaucanos, incluidos 2,5 millones de caleños, que merecen vivir tranquilos y con la firme esperanza de un mejor futuro.

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