Columnistas
Comienza el año clave
Si 2025 fue el año en que Petro le mostró al país su modo más radical, enfurecido y desafiante de las instituciones democráticas, 2026 será el año en que los defensores del gobierno se empeñarán en reducir la gravedad de todas las malas decisiones del presidente.
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias


29 de dic de 2025, 02:06 a. m.
Actualizado el 29 de dic de 2025, 02:06 a. m.
En 2026, Colombia tendrá la elección más determinante en muchas décadas. En el centro de la campaña está la decisión entre continuar con la agenda del gobierno Petro o dar un giro antes de que sea muy tarde.
Termina el año más desgastante de la administración del presidente Petro, en medio de discusiones cada vez más divisivas y llamados desafiantes por parte del gobierno. En medio de la violenta evocación de la espada de Bolívar y la invitación a reescribir la constitución del 91, un presidente que prometió ser moderado mostró su lado más beligerante. Si 2025 fue el año en que Petro le mostró al país su modo más radical, enfurecido y desafiante de las instituciones democráticas, 2026 será el año en que los defensores del gobierno se empeñarán en reducir la gravedad de todas las malas decisiones del presidente.
Es mucho lo que está en riesgo en la coyuntura que vive el país y el electorado debe recordar esto especialmente, ahora que con la campaña comienza una temporada de promesas sobre cálculos alegres y de discusiones muchas veces banales que llevan a olvidar la gravedad de lo que puede venir para Colombia. Mientras las conversaciones se centran en los atuendos, los bailes y las maromas mediáticas de los candidatos para ganar atención, los ciudadanos debemos centrarnos en lo esencial: en elegir a un candidato que respete las instituciones y mantenga un rumbo que respete los esfuerzos de décadas de gobiernos anteriores.
La buena noticia a estas alturas es que aún no es tarde. Aunque el candidato que propone mantener el legado destructivo del gobierno Petro lidera las encuestas, el panorama seguramente cambiará en la medida en que la oposición elija a sus candidatos únicos y la baraja de candidatos se decante en los meses entrantes. Es mucho lo que aun podemos hacer para escoger a un candidato claro, moderado y capaz de convocar votos de todos los sectores de la oposición, y que no solo represente las miradas más radicales.
Es necesario dimensionar la responsabilidad tan inmensa que recibirá el nuevo presidente de Colombia en 2026 y lo necesario que es, por ende, elegir a una persona con todas las cualidades y capacidades para llevar al país a un mejor destino en condiciones tan desafiantes como las que recibirá. El próximo gobierno encontrará un orden público profundamente deteriorado, con grupos ilegales que ejercen un poder que crece cada día más en al menos cinco departamentos del país. También se enfrentará a una grave crisis fiscal que hará necesario replantear el altísimo nivel de gasto del Estado. Pero, sobre todo, se encontrará una ciudadanía dividida y desencantada, en gran parte como resultado de los esfuerzos retóricos del presidente por hacer más tensa la relación entre la población colombiana para sacar sus propios réditos.
Como si fuera poco, el próximo gobierno –sea de la tendencia ideológica que sea– tendrá que enfrentarse a Petro como expresidente, cada día más activo en sus redes sociales y de vuelta a los discursos y las redes sin la responsabilidad de ejecutar o liderar. Lo que viene no es fácil y necesitamos a un capitán con todas las capacidades para navegar en la tormenta.
***
Posdata: Que ningún caudillo venga a amenazar con reescribir las reglas de nuestra república a su antojo bajo una figura como la de la constituyente con que sueña el petrismo. La Constitución del 91 se escribió para reconciliar al país en su hora más oscura y está más vigente que nunca. Debemos proteger la Constitución del delirio autoritario y caudillista de Petro y sus candidatos.
***
Posdata 2: Feliz año nuevo para todos los lectores de esta columna. Gracias por su lectura y sus comentarios a lo largo de este año, y espero que sigan acompañando este espacio en un año tan decisivo como el que está por llegar. No exagero al decir que en 2026 Colombia se jugará su futuro como pocas veces en toda su historia.

Politólogo de la Universidad de los Andes con maestría en Política Latinoamericana de University College London. Es analista político para varias publicaciones nacionales e internacionales, y consultor en temas de política pública, paz y sostenibilidad.
6024455000






