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Atentado con una moto cargada de explosivos en jamundí Valle
Atentado con una moto cargada de explosivos en jamundí Valle | Foto: Jorge Orozco / El País

Editorial

Jamundí, a la deriva

Jamundí ni siquiera fue tenido en cuenta para ser parte del Plan Nacional de Sustitución de Cultivos de uso ilícito, pese a que en su región montañosa aumentan las hectáreas sembradas...

24 de mayo de 2024 Por: Editorial

Ante la grave situación de orden público que afronta desde hace meses el municipio de Jamundí, golpeado por el narcotráfico, la guerrilla y las acciones terroristas, es inconcebible que el Gobierno Nacional no tenga planteadas acciones directas y firmes que le permitan a su comunidad superar la zozobra y el miedo. Son 135 mil personas que hoy están en el peor de los escenarios y claman por soluciones.

La población del sur del Valle vuelve a padecer los embates de la violencia luego de un periodo de relativa calma. La tranquilidad se esfumó con la llegada de las disidencias de las Farc, al mando de Iván Mordisco, que desde hace algunos años intentan a cualquier precio mostrar su capacidad de daño y presionar una negociación ventajosa con el gobierno de Gustavo Petro.

No es el único mal que padece Jamundí. Pareciera que el Estado Central hubiera dejado abandonado a su suerte al municipio, toda vez que la voz desde Bogotá solo se alza para rechazar cada acto terrorista que se registra en su zona rural o en su casco urbano, sin que tome decisiones de fondo para proteger a una comunidad que ya no sabe en qué lugar o a qué hora se puede convertir en víctima de un nuevo ataque terrorista.

El hecho más reciente ocurrió el pasado lunes 20 de mayo, cuando los criminales detonaron una motocicleta cargada de explosivos en pleno Centro, dejando seis personas heridas, incluidos tres menores de edad que iban camino al colegio. El atentado estaba dirigido contra agentes de Policía que se encontraban pernoctando cerca del lugar y que llegaron para fortalecer la seguridad en el municipio. Dos de ellos se encuentran entre los heridos.

De manera reiterada hombres de la columna Jaime Martínez han estado detrás de otros atentados contra estaciones de Policía como la de Potrerito o Robles, contra algunas estaciones de gasolina que se niegan al pago de extorsiones o el asesinato selectivo de líderes sociales y dirigentes políticos.

Sin embargo nada de lo que ocurre en Jamundí logra llamar la atención del Gobierno Central. Ni el hecho de ser un corredor importante para el tráfico de armas y drogas, epicentro de economías criminales como la minería ilegal o punto de acceso a zonas clave para grupos armados como son la región del Naya o el cañón del Micay.

Jamundí ni siquiera fue tenido en cuenta para ser parte del Plan Nacional de Sustitución de Cultivos de uso ilícito, pese a que en su región montañosa aumentan las hectáreas sembradas con hoja de coca y los laboratorios para el procesamiento de clorhidrato de cocaína.

Por ello, se necesitan más que consejos de seguridad, locales o regionales, para determinar las soluciones a los problemas de orden público que afronta ese municipio del sur del Valle. Por más voluntad que tengan las autoridades departamentales, sin la presencia del Gobierno Nacional que parece haber centrado todos sus esfuerzos en el Cauca sin que parezca comprender que Jamundí hace parte de ese todo, la salida no se encontrará.

No se puede olvidar que el abandono y la indiferencia del Estado han sido los principales desencadenantes de las guerras que han desangrado a Colombia por décadas y que hoy parecen repotenciarse. Es la razón suficiente para que a Jamundí no se le siga dando la espalda.

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