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De golosos y ambiciosos

Poco opina de política mi novia-esposa Lulita Arango, pero me dijo: “Este...

23 de febrero de 2011 Por: Poncho Rentería

Poco opina de política mi novia-esposa Lulita Arango, pero me dijo: “Este país tiene un cuadro clínico preocupante, es esquizofrénico, absurdo, injusto y, para colmos, muy mal gobernado”. Ante ese diagnóstico de médica, mi amiga Natalia añadió: “Un buen ejemplo de ese absurdo es el lujoso y extravagante automóvil Mercedes-Benz que reformaron para que el entonces contralor General, Julio César Turbay, usara desde la oficina al restaurante; quien lo ordenó debería de responder con su propia plata”. ¿De quién sería esa costosa y cursi idea ? Que nos lo cuenten los que pagaron esa millonada desde la Contraloría Nacional.“Quítate tú pa’ ponerme yo”, así dice un danzón que interpretaba La Fania all Star y cantaba Héctor Lavoe. Y eso puede resumir la pelea que le han montado los señorones de la Andi y Fenalco (Villegas, Botero & Cía.) al muy opinador vicepresidente Angelino Garzón. No quieren oírlo más por los micrófonos, quieren que el micrófono sea sólo para ellos, los elegidos, los exquisitos. Veo que Angelino Garzón no será un vicepresidente de adorno, es el consentido del presidente Santos.Soplan ruidos por investigaciones de la Fiscalía. En Colombia los alimentos son carísimos, pero los escándalos políticos del día son gratis. Según los psicólogos, esos escándalos divierten a los olvidados del capitalismo. Goloso es el que se come un mate de manjarblanco. Goloso es el millonario que recurre a trampas para subir su fortuna, caso ‘Agro-Ingreso Seguro’. Goloso y garoso es aquel millonario que para no pagar el predial de su valiosa hacienda, prefiere sobornar a un burócrata.En ‘La Luciérnaga’ escuché al trío Gardeazábal-Hernán Peláez y De Las Casas burlándose, con alta dosis de ironía, del autogol en la piñata llamada ‘Agro Ingreso Seguro’. La burla irónica apuntaba al que hizo maromas seudo-jurídicas para recibir unos subsidios millonarios que eran para agricultores medios y pobres. Don Giovanni Papini decía que el dinero es el estiércol del demonio. Tenía razón el viejo ‘Gio’.En Nueva York cayó en desgracia el banquero Madoff y con él un montón de millonarios españoles, gringos y colombianos que por golosos y garosos le dieron su fortuna a ese aventurero. Les daba el doble en utilidades, pero, a la hora del té, todo se perdió. Colombia, un país de película, y a ver películas exóticas vine a Cartagena al Festival Internacional de Cine que tiene de presidente a mi camarada Salvo Basile, el napolitano que vino con Marlon Brando a Colombia y se quedó, porque este país es insólito y loco como una película de Woody Allen.

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