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De acuerdo con operadores del sistema masivo, el giro de recursos del fondo Fesde ayudó a mejorar los kilómetros recorridos en un 12 % durante el 2017. Los dueños de los buses indican que este incentivo es necesario para el sistema. | Foto: Archivo / el país

METROCALI

Los diez aspectos claves del MÍO en su primera década de funcionamiento

Este mes se cumple una década de operación del sistema de transporte masivo en Cali. Conozca los logros y pendientes.

10 de marzo de 2019 Por: Íngrid Valderruten Peña y Felipe Salazar Gil / reporteros de El País

El MÍO llega a su primer decenio entre claros y oscuros. Una época marcada tanto por los cambios que generó en la ciudad como por los compromisos que aún tiene por saldar con los usuarios. No obstante, este año el sistema cuenta con un plan que promete garantizar su sostenibilidad y evitar el colapso que estos diez años lo amenazó.

“Hoy somos un referente a nivel país, logramos sacar adelante un sistema que estaba a punto de liquidarse, un sistema que empieza nuevamente a encontrar su norte y que está transitando en la vía correcta. La apuesta que tenemos es que este sea el año del servicio, garantizarle la mejor condición a nuestros usuarios, que les permita mejorar su calidad de vida”, afirma Nicolás Orejuela, presidente de Metrocali.

Al finalizar este año, el sistema espera operar con mil buses; para el 2020 la meta es tener su flota completa, de 1383 vehículos, que moverían 680.000 usuarios, generando el equilibrio que durante diez años se ha buscado.

El País hace un recorrido por diez avances y pendientes en la primera década del MÍO.

Más infraestructura y urbanismo

Uno de los pasos que dio Cali para cambiar los modos de transporte fue la construcción de nueva infraestructura para mejorar la seguridad de los usuarios del servicio público. A partir de esta premisa, a lo largo de estos diez años de funcionamiento del MÍO se construyeron 55 estaciones y cinco terminales que han transformado la percepción en torno a cómo los caleños se movilizan.

Hoy, además, el sistema de transporte masivo cuenta con 1776 puntos de parada en vía pública; en toda la ciudad hay 146 paradas en corredores pre-troncales y alimentadores que cuentan con cobertizo y este año se instalarán otros 335 cobertizos más. Asimismo, se han construido 39,6 kilómetros de corredores troncales y se han adecuado 424 kilómetros de corredores pre-troncales y alimentadores.

José Boanerge Mesías, presidente de la JAC de Alcázares I, señala que, por ejemplo, la terminal Paso del Comercio ha cambiado por completo la cara de la Comuna 6, en el norte de la capital del Valle. “Hasta hace unos años el separador de la Carrera 1 era un espacio que estaba totalmente abandonado, tanto por el lado de Alcázares como del Paso del Comercio. Era una entrada nefasta para Cali desde el aeropuerto, pero con la terminal se le dio un mejor aspecto al sector y le dio a la zona la importancia que tiene”, asegura este líder barrial.

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Menos emisiones para un aire más puro

Antes de que a Cali llegara la nueva generación de buses que hoy conocemos, en las calles de la ciudad circulaban vehículos con más de treinta años de estar rodando sin cesar y con niveles bajos de mantenimiento. De hecho, hasta hace diez años, no era raro encontrarse con columnas interminables de humo totalmente negro saliendo de sus exostos y colmando vías como la Calle 5, la avenida Colombia o las autopistas Sur y Simón Bolívar.

Esa transición del transporte, que involucró la chatarrización de más de 4000 vehículos, generó que en la ciudad se redujeran las emisiones de dióxido de carbono en 939.843 toneladas de CO2, según el reporte del ente gestor del MÍO.

Sin embargo, la apuesta por tener un aire más puro no para, dado que en la actual licitación de nuevos buses para el sistema, una de las premisas es que 103 buses (el 30 % de la nueva flota de 324 vehículos) sean eléctricos, es decir, que no aportarían gases contaminantes de ningún tipo. Esta apuesta por el medio ambiente y la sostenibilidad se ha reforzado con la siembra, por compensación de obras asociadas al sistema, de 29.992 árboles.

Renovación del espacio público

De la mano de los nuevos buses llegaron varias intervenciones urbanas que cambiaron sectores enteros, como las calles 5, 10, 15 o la Carrera 1, donde se recostaron las principales troncales del sistema.

En estos espacios, además de construir las estaciones, se realizaron obras que mejoraron el entorno, como la nivelación y ampliación de andenes y la construcción de plazoletas. De la mano de estos cambios que generaron mayor espacio público para peatones, también llegó la instalación de bolardos en algunos andenes para evitar el parqueo de carros y motos, para que los peatones tuvieran más garantías.

Uno de los testigos de estos cambios es Gerardo Torres, comerciante de repuestos de la Calle 10, quien asegura que en principio la construcción de la troncal fue “muy traumática y obligó a muchos a cerrar, pero el paso del MÍO le dio más presencia a los negocios y ya nos hemos ido recuperando de las pérdidas que tuvimos”. Asimismo, durante los diez años de operación del sistema, se han recuperado 367.000 metros cuadrados de zonas verdes. A estas intervenciones se han sumado la construcción de 35 kilómetros de ciclorrutas que ya están siendo utilizadas y otros 47 kilómetros de ciclo infraestructura que están por ejecutarse.

Dignidad para los usuarios de los buses

Con la llegada del MÍO a la vida de los caleños cambió la forma en la que en la ciudad se concibe el transporte público. Se han formado patrones por parte de los usuarios que exigen calidad, como del lado de los prestadores, que deben garantizar el buen servicio.

Según el presidente de Metrocali, Nicolás Orejuela, con el MÍO se han atendido varios frentes del negocio del transporte que hace unos años no parecían ser prioritarios .

“Ahora las personas que están en situación de discapacidad tienen la posibilidad de acceder a nuestras estaciones y movilizarse de mejor forma en nuestra infraestructura. Quienes tenían problemas para acceder al transporte desde la ladera a la parte baja de la ciudad, integrarse y acceder a los puntos de parada, ahora cuentan con el MÍO Cable”, afirma Orejuela.

El funcionario añade que entre las ventajas que se han logrado con la implementación del MÍO se cuenta la inclusión de tecnología, dado que “este es un sistema que permite utilizar herramientas para que los usuarios mejoren sus tiempos a partir de la programación de sus viajes; es un sistema que está apalancando el uso del wifi gratis tanto en la estación como en los buses.

También, reconociendo el tema de la seguridad, tenemos 120 buses dotados con cámaras”.

Orden en el transporte y las vías

La transición de los buses que durante años recorrieron las calles de Cali a los articulados azules y alimentadores verdes ha generado una mayor organización en las vías.

Para el doctor en ingeniería de Transporte, Ciro Jaramillo, el MÍO “ha sido un elemento coyuntural y muy importante para hacer el redireccionamiento de la ciudad en términos de planeación de la movilidad, pues ha contribuido al cambio de paradigma de las ciudades modernas de pasar a una movilidad menos motorizada. El MÍO también ha ayudado a generar desarrollo en torno a su propia infraestructura”.

Por su parte, el Presidente del ente gestor del transporte masivo en Cali señala que: “Tenemos 39 kilómetros de infraestructura para el sistema. Si se hace una revisión de cuánto se demora una persona en hacer un trayecto en sentido Norte - Sur por un carril exclusivo del MÍO en comparación de lo que se tarda una persona por la vía de los vehículos particulares, indudablemente el MÍO tiene un valor agregado muy superior”.

Mejorar servicio, la principal deuda

La falta de buses y la demora en las frecuencias de las rutas del MÍO han sido una falla constante durante la operación del sistema. “El usuario espera 30 a 45 minutos por su bus, muchas veces una hora, por eso hay situaciones atípicas, donde invaden y bloquean las estaciones rechazando la demora en el servicio”, dice Jhony Molano, presidente de la Liga de Usuarios del MÍO.

Añade que esta falencia ha generado aumento de motos y proliferación de piratería: “necesitamos que las rutas sean adecuadas a la necesidad real del usuario, no sobre bases matemáticas, que son las que ellos hacen”, añade Molano.

Según el Presidente de Metrocali, se espera que a partir de abril los caleños empiecen a percibir la mejora en el MÍO, con el plan de recuperación de flota. Hoy circulan 690 buses y se espera cerrar el año con 1000; la apuesta es que en el primer trimestre del 2020, cuando ingresen los dos nuevos operadores, el sistema tenga 1383 buses.

Expansión de infraestructura

Terminar las obras pendientes y expandir la infraestructura son algunas de las tareas en las que debe trabajar el MÍO de cara al futuro.
Según el Presidente de Metrocali, antes de finalizar el 2019 entregarían los patio talleres Aguablanca y Valle del Lili, los 47 kilómetros de bicicarriles que se ejecutan actualmente, se dejaría adjudicada la Troncal Oriental (17 kilómetros para atravesar a Cali de sur a norte) “y pensamos avanzar en las obras Terminal Simón Bolívar, Aguablanca (que ya se adjudicó), y esperamos que se logre destrabar de una vez por todas el proceso de la Terminal Sur”.

Orejuela destacó que con la ampliación de la sobretasa a la gasolina con destinación a las obras de infraestructura del MÍO, hasta el 2029 se garantizan los recursos para la expansión del sistema, “donde se está pensando en la troncal de la Ciudad de Cali, la troncal ligera del Sur (transversal por la Carrera 66), la apuesta de carriles preferenciales (205 kilómetros), entre otros”.

Expectativa por equilibrio financiero

“El MÍO nunca ha tenido equilibrio económico, solamente con la firma del acuerdo de sostenibilidad que se hizo el año pasado con los demás concesionarios (Unimetro, Blanco y Negro Masivo y ETM), y este año con GIT, se garantizó esa sostenibilidad” , asegura Enrique Wolff, gerente de GIT Masivo, el operador que ganó una demanda contra Metrocali (ante la cual la entidad interpuso un recurso) cercana a los $110.000 millones, reclamando por los perjuicios que ha generado el desequilibrio financiero y que el año pasado los llevó a pérdidas que alcanzaron los $160.000 millones.

Para Wolff, el desequilibrio económico se debe a que “nunca se tuvo la demanda esperada (900.000 pasajeros diarios), solo pagaron el 50% de las tarifas licitadas y no hubo pago correcto de la tarifa técnica”.
Sin embargo, hay optimismo de cara al futuro: “El Municipio está reconociendo el diferencial entre la tarifa técnica y la del usuario, hay un plan de recuperación y con más buses operando mejorará el servicio a los usuarios ”.

Articulación con buses tradicionales

Diego Vivas, director del grupo Urbano, que reúne a empresas del transporte colectivo tradicional, asegura que hoy cuentan con 467 buses y mueven alrededor de 120.000 pasajeros al día.

Según el transportador, esta flota podría ser renovada e integrarse con el MÍO, “en lugar de hacer lo que están haciendo, que es desgastarse en licitaciones y traer gente foránea a que opere lo que nosotros podemos operar”, dice Vivas, refiriéndose al proceso que lidera Metrocali para adquirir nuevos buses e integrar dos nuevos operadores al sistema.

Y añade que aunque tuvieron acercamientos con la Administración, desde el año pasado se levantaron las mesas, a raíz de la demanda que GIT ganó contra el MÍO.

Metrocali dice que todo dependerá de un estudio.

Integración en ladera y municipios vecinos

Metrocali indicó que los procesos de integración del MÍO con otros modos de transporte como el colectivo, los camperos y el intermunicipal, dependerán de un estudio que se contrató en el 2018 y estaría listo a mediados de este año.

Para el presidente del Concejo, Fernando Tamayo, tener un sistema de transporte intermodal es una necesidad para la ciudad. “El MÍO por sí mismo es el mayor creador de la piratería, porque en el afán de negocio de unos privados se generó un monopolio y este monopolio no estaba en capacidad de asumir toda la movilidad de los caleños”, expresa Tamayo.

Por su parte, Álvaro Lara, vocero del grupo MÍO Camperos de Ladera, manifiesta que le propusieron a Metrocali ser alimentadores del MÍO Cable, en la Comuna 20, para acercar a los usuarios a las estaciones del sistema aerosuspendido o bajar pasajeros hasta la terminal Cañaveralejo.

“Queremos saber si seguimos operando nosotros o si alguien se va a quedar con esto y nos van a comprar los vehículos. Nosotros quisiéramos seguir prestando el servicio, fue la propuesta se hizo hace tres años y nunca definieron nada”, señala Lara, quien añade que mueven alrededor de 18.000 pasajeros diario, solo en la Comuna 20.

Diez hitos del MÍO

Arranca el MÍO

En marzo del 2009 entra en operación, con recaudo, el Masivo Integrado de Occidente, MÍO. No obstante, desde el 15 de noviembre de 2008 los buses operaron de manera gratuita.

La primera ruta

La primera ruta en recorrer las calles fue la T14, que iba de la estación 7 de Agosto hasta Universidades.

Los primeros buses

En la primera fase de operación circularon 13 articulados y 23 padrones.

Bus eléctrico

El primer paso hacia la movilidad sin contaminantes se dio en el 2014, cuando el Centro de Desarrollo Tecnológico de Cali hizo un bus padrón eléctrico para 50 pasajeros, con materiales reciclables.

Crisis de operadores

Los primeros conflictos que afectaron el sistema se dieron en diciembre 2010, cuando 160 conductores del operador Unimetro cesaron actividades por atrasos en los pagos. Esta situación se repitió en varias ocasiones entre 2011 y 2017. Empleados de ETM y GIT Masivo también hicieron paros por falta de recursos.

MÍO en el bulevar

En junio del 2013, el MÍO empezó a rodar por el bulevar de la Avenida Colombia, con la ruta P27D, que prestó su servicio con trece buses padrones. Sin embargo, en octubre del mismo año, se suspendió. Entre otras cosas, había quejas de los peatones por el riesgo de transitar en medio del paso del MÍO.

Nueva infraestructura

En septiembre del 2011 entró a operar la terminal Andrés Sanín, y en septiembre del 2016 lo hizo la terminal Paso del Comercio.

MÍO Cable

Esta importante obra, inició operación en septiembre del 2015.

Buses naranja

En abril del 2013 empezó a operar una flota de buses color naranja, que pertene- cieron a las empresas del transporte tradicional, con el fin de apoyar el servicio de rutas complementarias. En junio del 2014 se anunció que no operarían más porque “generaban más problemas que beneficios”, debido a su desgaste.

Los salvavidas

En 2013 se respaldó a los operadores del MÍO con un crédito por $90.000 millones, para enfrentar la crisis; en el 2016 se aprobó el Fondo de Estabilización, Fesde, a través del cual destinaron $25.000 millones para el MÍO; el año pasado el Concejo aprobó nuevas fuentes de financiación, que suman recursos superiores a $1,4 billones.

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