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Autoridades vienen realizando operativos para frenar el hurto en todas sus modalidades. | Foto: Jorge Orozco / El País

SECRETARÍA DE SEGURIDAD

¿Cuáles son las zonas de Cali donde más roban?, vea el reiterado mapa del delito

El centro sigue siendo donde más se denuncian hurtos. Lo mismo ocurre en barrios como San Fernando Viejo, Lili y El Ingenio. ¿Por qué las ‘zonas calientes’ son las mismas año tras año? Informe.

7 de febrero de 2021 Por: Santiago Cruz Hoyos / Editor de Crónicas

El mapa de los robos en Cali no cambia pese a los planes y estrategias que anuncian las autoridades. En los informes del Observatorio de Seguridad de 2018, 2019, y en el más reciente de 2020, se lee el mismo diagnóstico: “las comunas 2, 3, 17 y 19 son las que presentan la mayor cantidad de denuncias por hurtos”.

El centro sigue siendo donde más denuncian robos a personas, celulares y al comercio. En la lista de los barrios con más reportes, los 3 primeros están justo allí: San Pedro, San Nicolás y San Vicente.

En la misma lista aparecen barrios que se reiteran en los informes de hurtos de años anteriores: Lili, Sucre, Ciudad Córdoba, San Fernando Viejo, El Ingenio, Santa Mónica, San Fernando Nuevo, El Calvario, Valle Grande, Caney, Urbanización Tequendama, Siete de Agosto.

Las ‘horas críticas’ son entre las 6:00 de la tarde y las 9:00 de la noche, así como viernes y sábados, aunque es cierto que en Cali roban en cualquier día y hora. La mayoría de los atracos se ejecutan con armas de fuego.

“En Cali hay una alta concentración del comportamiento del hurto en el centro. Debido a la concentración de este delito en San Pedro, también aporta a la conectividad los hechos de hurto de los barrios San Vicente y San Nicolás. La isla se extiende por las comunas 2 y 19 a través de corredores vehiculares principales, en especial la Calle Quinta; la Sexta N; y la Av. Las Américas. Otros corredores de hurto con menos concentraciones son algunos puntos de la Carrera Octava, la Carrera 56 y secciones de la Av. Ciudad de Cali”, concluye el Observatorio de Seguridad.

Los robos de motos, en cambio, se concentran en la comuna 14, conformada por barrios como Manuela Beltrán, Los Naranjos, Puertas del Sol, y la comuna 21 (Valle Grande, Desepaz, La Pradera).

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Un estudio de la Asociación de Clubes Moteros dice que al día, en promedio, se roban 16 motos en Cali, y entre las zonas donde más ocurren estos hechos según la Asociación están la Avenida de Los Cerros, en inmediaciones de la Universidad Libre; la Avenida Ciudad de Cali, desde Cuatro Esquinas hasta Charco Azul; el Puente de los 1000 Días; la entrada Cali – Jamundí; la Calle 25 con Carrera 15.

Entre el 1 de enero de 2020 y el 23 de diciembre, se lee en los datos de la Fiscalía, solo en Cali se interpusieron 2.446 denuncias por robo de motos. En todo el 2020, y pese al confinamiento por el coronavirus, hubo 21.566 denuncias en todas las modalidades de hurto, 60 diarias. (En 2019 las denuncias ascendieron a 30.135).

— El año pasado tuvimos una reducción en las denuncias de hurto por el confinamiento. Sin embargo, las estructuras delictivas recuperaron espacio al final de año. Uno de los problemas para enfrentar este delito en Cali es que existen estructuras delictivas muy organizadas. No se trata de raponeros. Son grupos que tienen todo un modelo, en el que lo que roban saben dónde lo venden y los receptores a su vez saben en qué mercado ponen los objetos robados: una parte en el mercado local, otra en el mercado regional, me refiero a vehículos que se llevan a Cauca, Nariño y Putumayo, y lo que sabemos es que estos elementos, además de los celulares, son sacados a Ecuador, Perú y más al sur. Enfrentamos mafias estructuradas– dice el secretario de Seguridad, Carlos Alberto Rojas.

Pero, si se tiene el diagnóstico, ¿por qué el mapa de los hurtos no cambia?

Según datos de la Policía, en enero se registraron 1.455 denuncias por hurto en Cali, una reducción del 50 % con respecto a enero del año anterior.

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El investigador en temas de seguridad ciudadana, Alberto Sánchez, coincide con el Secretario de Seguridad: Cali requiere de una intervención judicial de gran magnitud debido a que enfrenta un tipo de crimen estructurado.

— La ciudad no puede seguir limitada a las capacidades de la seccional de la Fiscalía, porque el problema del crimen organizado desborda a la seccional. La Fiscalía debe hacer en Cali una intervención sostenida para afectar a las bandas detrás del hurto. El problema no es el tipo que se roba un celular en el MÍO; el problema es que tiene a quién vendérselo, y el que se lo compra tiene a su vez a quién enviarle una carga de 2000 celulares o partes de carros para Chile, Argentina, Perú – dice Alberto Sánchez.

Según Carlos Alberto Rojas, el secretario de Seguridad, esa es precisamente la estrategia que se ha implementado desde 2020: hacer inteligencia para dar no solo con quienes se dedican a los robos, sino con la estructura que hay detrás del delito.

El analista en temas de seguridad, Álvaro Pretel, recuerda al respecto que así como el crimen es dinámico, cambia sus argucias, las estrategias de las autoridades deben rediseñarse.

— La respuesta parte por entender el tipo de violencia a enfrentar. No podemos seguir usando planes empleados en años anteriores como planes candado, vigilancia por cuadrantes o zonas calientes. Los delincuentes cambian sus modos operandi, hay que actualizarse.

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De otro lado, la exdirectora del instituto Cisalva de Univalle, María Isabel Gutiérrez, recuerda que otra de las razones que explican que el mapa de hurtos de Cali, como en el resto del país, no cambie, se debe a que las penas contra este delito son frágiles.

— Los robos por menor cuantía no dan cárcel. Allí empezamos fallando. Quien roba lo hace porque sabe que es muy difícil que lo sancionen con una medida extramural si no hurta una cifra muy elevada o no ejerce violencia.

El analista Alberto Sánchez agrega:

— En Colombia hay tipos con 45 capturas por hurto y no han sido condenados. La mayoría de robos de celulares, autopartes, bicicletas, relojes, los jueces los consideran de menor cuantía, luego no hay sanciones ejemplares. Es raro que manden a la cárcel a alguien por eso. De ahí que, pese a las capturas, todo vuelve a su cauce y se repiten los hurtos en los mismos sitios.

En criminología, de otro lado, explica Alberto, el hurto se compone de dos variables: un objeto deseable, y una oportunidad para robarlo. En las zonas que se reiteran los listados de donde más ocurren robos, ocurren los dos factores.

— Me explico: frente al hurto de celulares, (la tecnología es el principal objeto deseable para los ladrones, a diferencia de hace 15 años, que eran las zapatillas), el factor de oportunidad lo da por ejemplo el transporte público, debido a las aglomeraciones. Y una zona como el centro de Cali es donde hay más altos niveles de aglomeración. Por eso los sitios donde más roban tienen ese denominador común: son muy frecuentados y además hay algo llamado ‘riesgo situacional’: calles mal iluminadas, zonas donde no hay parqueaderos ni vigilancia, etc. Entonces hay puntos de Cali donde las personas son muy vulnerables, y por el contrario el delincuente tiene ventajas del entorno para cometer el delito.

Sucede en la Calle Quinta, a la altura de Comfenalco: debido a los trancones, los vehículos transitan tan despacio que los delincuentes alcanzan a hurtar los espejos o las tapas del tanque de la gasolina. También, denuncia Paola Sánchez, de la Asociación de Clubes Moteros, hay barrios donde los ladrones aprovechan el mal estado de las vías para asaltar a los motociclistas.

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Por otra parte, el analista Alberto Sánchez añade que no siempre la información donde en teoría ocurren más hurtos, es confiable. Puede ocurrir que muestre unos sitios donde es cierto que haya una afectación crítica, y hay que intervenirlos, pero puede suceder que existan zonas donde roben con frecuencia pero la denuncia sea muy baja.

— Y eso pasa porque la gente no cree en la denuncia, y porque hacerlo sigue siendo complicado. Se debe incentivar la denuncia para tener un mapa real.

Autoridades y analistas coinciden en que para disminuir los hurtos se requiere le corresponsabilidad del ciudadano: comprar elementos robados es financiar ese mercado ilegal.

— En el centro es obvio que el problema es la comercialización de autopartes robadas. En la Calle 16 hay puntos de venta de repuestos de vehículos robados, pero la intervención requiere no una medida de reacción, sino de más alto nivel. Es un mercado muy activo. La cantidad de gente que compra autopartes robadas en Cali es impresionante, y por eso el tema se resiste a salir de las estadísticas – dice el secretario de Seguridad, Carlos Alberto Rojas.

María Isabel Gutiérrez, la exdirectora de Cisalva, advierte de otro lado que el mapa de los hurtos de robos no cambia porque la ciudad invierte poco en prevención de la violencia. El proyecto de atención a jóvenes en situación de vulnerabilidad liderado por Cisalva, y que logró una reducción del 88 % de la violencia en sus comunas de influencia, no se continuó en la actual Alcaldía. Además, se anunció una reducción en el presupuesto de la Secretaría de Seguridad.

Tanto María Isabel Gutiérrez, como el analista Alberto Sánchez, consideran que la inseguridad en Cali no es una prioridad de la actual Administración.

— En la Alcaldía han sido erráticos en la comunicación de sus prioridades. No veo que el hurto sea una prioridad. No lo veo ni en sus anuncios, ni en las estrategias para enfrentar el delito. Sobre todo con lo que está ocurriendo: en Colombia no solo roba el que no tiene oportunidades. Ese no es el común denominador. En el país se roba porque es muy rentable– por un celular de alta gama dan hasta $800.000, así que un ladrón roba tres o cuatro y se hace la semana - y no hay castigo – dice Alberto Sánchez.

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“Sí es una prioridad”

Ante las críticas en el sentido de que la seguridad no es prioridad para la Alcaldía, el Secretario de Seguridad manifestó que sí lo era.

“Se cuestiona lo sucedido con las cámaras de vigilancia. Pero se contrató su reparación en el último periodo del año anterior por una razón: hacia marzo, cuando empieza la pandemia, hubo una caída del recaudo de impuestos. No teníamos cómo invertir en la reparación hasta julio, cuando llegaron los recursos”.

Sobre el tema de la reducción del presupuesto de la Secretaría de Seguridad, Rojas manifestó que para 2021 llegarán nuevos recursos por tres vías: recursos de balance, que son dineros de proyectos que no fueron ejecutados en 2020 “y que serán distribuidos en nuevas prioridades”. También llegarían recursos de la tasa de seguridad que pagan los vallecaucanos en los servicios públicos. Y recursos del Ministerio del Interior, para ser invertidos en tecnología en seguridad.

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