El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfrentó en 12 meses grandes desafíos: unir una nación dividida tras el gobierno de Donald Trump, recuperar la economía del país tras la pandemia de covid-19 y volver a posicionar a la nación líder mundial.
“El balance del primer año de mandato de Biden es ambiguo y agridulce”, cuenta el internacionalista Mauricio Jaramillo.
“Estados Unidos está experimentando una reactivación económica pospandemia representativa luego de dos años de severa recesión, ha habido un control de la inflación que se ha mantenido a raya y Biden logró que en el Congreso hubiese un consenso bipartidista para aprobar su plan de relanzamiento económico”, destaca entre lo positivo Jaramillo.
En efecto, la administración Biden le atribuye a la aprobación de su plan por 1,9 billones de dólares el haber salvado a la economía de entrar en una espiral descendente con desempleo masivo.
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Asimismo, Biden convirtió en ley un paquete de infraestructura por 1,2 billones para puentes, carreteras, conexiones de internet.
Sin embargo, su mayor apuesta para el clima y el gasto social, por 1,7 billones de dólares ‘Build Back Better’ (Reconstruir Mejor), murió en el Senado por la oposición.
Como positivo también está el haber recuperado legitimidad internacional, revirtiendo el manejo de Trump en las relaciones bilaterales, quien llegó a tratar a países amigos como rivales económicos.
Sin embargo, afirma Jaramillo, la administración de Biden también tiene sus lunares.
“Muchas de sus promesas de campaña no se han podido concretar, uno podría mencionar la migración, se esperaba una apertura mucho mayor y no se ha dado, sin que necesariamente Biden haya mantenido las políticas rígidas antimigratorias de Donald Trump”, explica el académico.
Según las encuestas, más de la mitad de los votantes conservadores aún no consideran a Biden como presidente, y están incluso convencidos de que hubo fraude en las elecciones.
A lo que agrega que el liderazgo y compromiso de los Estados Unidos en materia medioambiental ha sido relativamente poco, en especial en la COP26.
Por otro lado, uno de los momentos más controversiales en el primer año de Biden, fue el retiro de las tropas de Afganistán, hecho que puso fin a una fallida guerra de 20 años, pero que con el caos que supuso y
la llegada al poder de los talibanes, dañó la imagen de profesionalismo militar de Estados Unidos, convirtiendo en humillante lo que debió ser un momento de alivio.
Frente al tema económico, el partido republicano tiene su reparo al acusar a Biden de haber alimentado una inflación sin precedentes.
Así las cosas, se augura que la fuerza política de Biden sufra una derrota en las urnas frente a los republicanos en las elecciones legislativas, lo que implicaría un riesgo en la gobernabilidad del Jefe de Estado.
Relación Estados Unidos - Colombia
De acuerdo con Jaramillo, la relación entre ambos países durante el primer año, tuvo dos atenuantes complicados.
Por un lado, el apoyo de la bancada de gobierno a la reelección de
Trump y “la decisión reciente de la Corte Institucional de suspender
las fumigaciones por no haber cumplido la consulta previa, eso puede generar ciertos resquemores en algunos sectores del Partido Republicano porque Colombia no ha cumplido con un compromiso que suscribió con Trump”.
Frente al encuentro pendiente entre Biden y Duque, el experto indica que “Aunque es el gran objetivo de la política exterior colombiana de cara a Estados Unidos, lograr un encuentro directo es poco probable”.
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Biden se pronuncia
“¿Pueden pensar en algún presidente que haya hecho tanto en un año? No creo que haya habido tanto en el plato de un presidente entrante tan grande como el menú que me sirvieron a mí. La realidad es que se ha hecho mucho”.
Así lo manifestó el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en conferencia de prensa, haciendo un recuento de la lucha contra el covid-19 y los millones de dólares de financiación del gobierno para salvar la economía.
Respecto a las capacidades para hacer testeos en pandemia, dijo que “deberíamos haberlo hecho más rápido”, aunque exaltó avances en materia de vacunación.
“Pasamos de dos millones de personas vacunadas en el momento en que presté juramento a 210 millones de estadounidenses totalmente vacunados hoy”, explicó.
Biden reconoció los errores de sus primeros 12 meses en el cargo donde tuvo “desafíos”, pero también “enormes progresos”, y aseguró que no previó una obstrucción republicana tan fuerte contra su gobierno.
En suma, dijo que los demócratas no fueron capaces de aprovechar
su escasa mayoría en el Congreso para aprobar sus dos grandes prioridades, el proyecto de ley de gasto social Build Back Better (Reconstruir Mejor) y las reformas a la ley electoral.
Sobre uno de los más traumáticos episodios de su administración, la retirada de la guerra de Afganistán que duró 20 años, Biden dijo: “No pido disculpas. No había cómo salir de Afganistán de forma fácil”.
Pero la conferencia de prensa se centró especialmente en la crisis inminente en Ucrania, donde EE.UU. lidera los esfuerzos occidentales para encontrar una solución diplomática a la postura militar rusa en la frontera.
Así, Biden dijo estar listo para encontrarse con Putin y advirtió que
Rusia pagaría un alto precio si decidiera invadir a Ucrania.
“Va a ser un desastre para Rusia”, agregando que los rusos podrían finalmente prevalecer, pero que sus pérdidas “van a ser grandes”.
Por otro lado, el Mandatario enfatizó que quiere salir de la Casa Blanca a recorrer el país: “Voy a salir de este lugar con más frecuencia. Voy a salir y hablar con el público. Me encuentro en una situación en la que no tengo la oportunidad de mirar a la gente a los ojos, tanto por el covid como por la situación en Washington”.