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En esta calle de Llano Verde, en la Comuna 15 de Cali, se realizó el proceso de entrega de las armas hechizas. | Foto: Especial para El País

ARMAS

La historia del que sería el falso desarme de una pandilla de Cali

Hay fuertes indicios de que el supuesto desarme de una pandilla del sector de El Samán habría sido un montaje en el que se compraron diez armas hechizas por un millón y medio de pesos para simular la entrega. Quien lideró el proceso asegura que fue legal y que Alcaldía y Policía fueron garantes.

5 de octubre de 2018 Por: Unidad Investigativa de El País 

Todo estaba dispuesto el pasado 9 de octubre para el desarme de una de las pandillas del barrio Llano Verde, en el oriente de Cali; los muchachos, las armas y el acto protocolario. Pero pese a la relevancia del evento para la paz de la ciudad, nunca llegó el Alcalde de Cali ni el Comandante de la Policía Metropolitana.

Tampoco estaba previsto que asistieran. En la Administración Municipal hubo gran malestar cuando días antes del desarme se enteraron que había varias secretarías trabajando en lo mismo porque quien lideró el proceso, lo ‘vendió’ en varias dependencias, tratando de sacar el mayor provecho.

“La idea era que estuviera el alcalde Maurice Armitage, el general Hugo Casas y que se intercambiaran algunos elementos con los jóvenes, pero cuando nos dimos cuenta que habían vendido ese desarme por todo lado, decidimos no seguirle el juego ni darle el bombo que la señora esperaba”, dijo un funcionario.

Pero lo grave no es que alguien tratara de sacar provecho. Lo grave es que el supuesto desarme habría sido un montaje, los pandilleros reclutados días antes del acto de la entrega y las armas mandadas a hacer a un armerillo ilegal en el sector de Decepaz, según le reveló a El País uno de los testigos que colaborará con las autoridades en la investigación.

“Mucha gente cree que el desarme fue real, pero también muchos saben que fue un montaje que armaron entre Edilma Gómez, Mario Wálter Quiñones y Norma García, líderes de Llano Verde, pero para generar impacto necesitaban al menos diez armas y no tenían cómo conseguirlas; entonces mandaron a hacer diez revólveres hechizos que les costaron un millón y medio de pesos para ganar puntos con la Alcaldía y mostrar que eran verdaderos líderes”, dijo el hombre bajo reserva de identidad.

En los días previos, según la familiar de uno de los jóvenes, La Costeña (Edilma Gómez) habló con los padres de los muchachos, que en su mayoría no tienen antecedentes graves, y les propuso que se metieran al programa porque allí se iban a beneficiar con educación, empleo y el comedor comunitario.

“Eso es sencillo. Que les pregunten a los jóvenes de dónde sacaron las armas; es solo mirar el estilo y se van a dar cuenta que todas son las mismas, hechas de tubo y con cacha de madera, y si quieren ir más allá que revisen y van a saber que ninguna de ellas ha sido disparada”, reiteró la fuente principal.

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Garantes del proceso

Edilma Gómez, La Costeña, es oriunda de Valencia, Córdoba, y llegó a Cali como víctima de desplazamiento forzado. Se fue consolidando como líder en Barrio Taller, en Decepaz y luego en Llano Verde, donde creó la Bibliocasa y la Casa del Desplazado.

Aunque hace un par de semanas solicitó a la Personería una licencia para ausentarse de la Mesa Municipal de Víctimas, de la que hace parte, y abandonó la ciudad por amenazas contra su vida, El País la ubicó telefónicamente y aseguró que el desarme sí existió.

“A mí me tocó salir de Llano Verde y dejar mi casa abandonada porque resulta que cuando la Policía recibe las armas, en frente de mi casa, suspenden en Cali los actos de entrega de armas. Los muchachos no entienden qué fue lo que pasó y se vienen en contra mía. También las familias de ellos y de pronto sus patrones o sus jefes se vienen encima preguntándome dónde están las armas y me tocó salir del barrio”, aseguró Edilma Gómez.


La Costeña, quien fue condecorada en marzo del 2017 por el Concejo de Cali en el marco del Día Internacional de la Mujer por su labor social, reiteró que la Administración Municipal y la Policía Metropolitana fueron garantes del desarme.

“Edilma, La Costeña, no tiene cómo garantizar un desarme; los únicos que hacen los desarmes son la Policía y la Administración que apoyó el proceso. Tengo evidencia fotográfica donde aparecen las armas, los jóvenes, un representante de la Oficina de Participación Ciudadana y la Policía, que fueron garantes de ese proceso”, indicó la mujer.

Versión que contradijo Rocío Gutiérrez Cely, secretaria de Paz y Cultura Ciudadana de Cali, quien aseguró que ese proceso de desarme en Llano Verde no fue avalado por la Administración Municipal y por eso no asistió el señor Alcalde.

“En el caso de Llano Verde y de la señora Edilma Gómez nos llega la información de lo que se estaba haciendo, cuando ya los jóvenes habían adelantado un proceso y ya las armas estaban en poder de la Policía. La posición que nosotros tomamos es que no podíamos involucrarnos sin haber tenido conocimiento y claridad desde el principio de ese proceso”, indicó la Secretaria de Paz de Cali.

Una lluvia de contradicciones

Otro de los argumentos con que Edilma Gómez defiende la veracidad del desarme es que “fue un proceso que inició el sargento Percy, por parte de la Policía Metropolitana y fueron garantes los miembros del programa ‘TIP (Tratamiento Integral de Pandillas) Jóvenes sin fronteras’, que coordina el intendente Rubén Valencia.

Pero el intendente Valencia negó haber cumplido ese rol y dijo que “ese desarme no se ajustaba al protocolo porque siempre se le dijo que los pelados tenían que entregar las armas , una a una, a la Vicaría”.

“Ella recibió las armas de forma privada y cuando nos llamó, ya las tenía en su poder; además, los jóvenes tenían que estar inscritos en un programa de intervención social y ella los tenía vinculados a varios, demostrando su interés por buscar beneficios de cada entidad con la misma población objetivo”, acotó el intendente Valencia.

Al respecto, La Costeña respondió que no pidió recursos absolutamente de nadie. “Yo tengo unos amigos que son el doctor Esaud Urrutia, que siempre me ha acompañado en todos los procesos y me dijo que ese día me daba el almuerzo para 200 o 300 personas, y el doctor Armando Aristizábal que públicamente lo digo, es mi jefe político; él siempre ha estado dispuesto a ayudar con pendones, camisetas y todo lo que se necesita en el tema logístico”.


Esaud Urrutia, secretario de Bienestar Social, negó que la haya acompañado en el desarme de Llano Verde porque es un tema que no es de su competencia.

“Lo que le dimos fue ayuda para una comida y la apoyamos para una reunión como lo hacemos con cualquier líder comunitario que nos pide una colaboración”, dijo Urrutia.

Por su parte Armando Aristizábal, secretario de Participación Ciudadana, indicó que: “Yo no soy jefe político de nadie; eso no es cierto. Yo la estuve acompañando, pero claramente me dijo la doctora Rocío Gutiérrez que lo manejaría ella como secretaria de Paz y Cultura Ciudadana y me desentendí del tema”.

La Costeña también le salió al paso a lo que aseguran algunas personas de que haya buscado a las familias de los muchachos para invitarlos a vincularse al desarme a cambio de los beneficios de estudio y de empleabilidad y explicó cómo surgió la iniciativa.

“Mi hijo empezó a estar en las esquinas, con armas y a consumir drogas y eso fue lo que me motivó a trabajar por los jóvenes; este fue un proceso de desarme que teníamos como proyecto junto con Mario Walter (Quiñones) y Norma (García)”.

El País buscó al líder social Mario Wálter Quiñones para preguntarle por el desarme, pero negó haber tenido participación en el mismo, aunque reconoció que como líderes, visitaron algunas instituciones buscando apoyo para los muchachos, pero hubo luego un paseo al que los llevaron y terminaron con problemas y decidió no seguir adelante.

“Yo no sé si el desarme fue verdadero o falso; Norma y Edilma eran las que trabajaban con los muchachos. En ese entonces estaban haciendo otros desarmes en otros barrios, pero yo no participé en ese tema ni quise seguir trabajando con ellos porque vi que eso me iba a traer problemas de seguridad, eso se puso muy caliente y decidí que en esa vuelta no iba”, agregó Quiñones.

En total, fueron 19 los jóvenes de Llano Verde que hicieron parte del controvertido desarme, de los cuales 14 están dentro del programa ‘TIP Jóvenes sin Frontera’, laborando como gestores ambientales y con el compromiso de estudiar, reducir el consumo de drogas y demostrar el deseo real de cambiar.

“Lo que puedo decir, conociendo los programas, es que los jóvenes que hacen parte, son jóvenes de extrema vulnerabilidad y con un riesgo elevado de incursionar en escenarios de violencia; entonces ningún joven que haya ingresado al proceso es un joven perdido”, señaló la Secretaria de Paz y Cultura Ciudadana de Cali.

A raíz de lo que pasó en Llano Verde, se armó un protocolo para garantizar que los desarmes los hicieran los jóvenes por verdadera vocación de cambiar y no solo por obtener los beneficios.

Entre la información que tienen las autoridades, se habla de otro posible caso de falso desarme en 2009 en Decepaz y que habría sido realizado por una líder de la Comuna 21.


Andrés Villamizar, secretario de Seguridad de Cali, señaló que el programa ‘TIP Jóvenes sin Fronteras’, “ha logrado una disminución del 55% de los homicidios relacionados con pandillas; y no solo está salvando vidas, sino que muchos de ellos realmente han reenfocado su vida.

“Es un programa que deja resultados muy positivos y de ninguna manera vamos a permitir que hechos irregulares lo vayan a empañar ni se vaya a poner en entredicho su buen funcionamiento”, indicó Villamizar.

Panfleto habría sido hecho por los mismos líderes

Detrás del supuesto desarme de los pandilleros de Llano Verde se escondería otra serie de hechos irregulares que han llamado también la atención de la Fiscalía y que tiene en la mira a algunos de los líderes sociales de ese sector de la ciudad.

Sobre todo el panfleto amenazante que circuló en la madrugada del 28 de julio del 2017 en Llano Verde, en el que supuestamente las Autodefensas Gaitanistas de Colombia amenazan a diez líderes comunitarios y les ordena “abandonar el territorio” porque tienen “sentencia de muerte”, entre los que figuran Edilma Gómez (La Costeña), Nidia García y Mario Wálter Quiñones.

Fuentes de la Fiscalía aseguraron que desde que conocieron ese panfleto están seguros que es falso por varios detalles que han aprendido a identificar en la escritura, el nombre del grupo que amenaza y la motivación.

Pero con el tema del desarme en Llano Verde, quienes han denunciado los hechos aseguraron que el panfleto fue hecho por la misma Edilma Gómez en el computador de su casa el día antes de que circulara y que fue repartido por el muchacho que trabajaba con ella.

“La misma Costeña sacó el logo de internet, buscó cómo se identifican los gaitanistas y los demás grupos para no cometer errores y metió los nombres de varios líderes para que fuera más creíble y no generar desconfianza”, dijo el principal testigo del proceso.

“No. Cómo se le ocurre, que tal. No hubiera salido del barrio nunca. Jamás; que me investiguen quien tenga que investigarme porque yo no tengo ningún problema; de hecho, yo misma solicité que me hicieran esa prueba del polígrafo”, le aseguró la señora Edilma Gómez a El País vía telefónica.

Al preguntarle sobre cómo supo del panfleto, aseguró que “estaba en un encuentro de perdón y reconciliación en Pance cuando llamaron a Mario Wálter, un compañero mío, y le mandaron el panfleto que había aparecido por los lados del colegio”.

Mario Wálter Quiñones indicó que “ese panfleto lo soltaron por todo el barrio. Yo estaba muy asustado y lo que hice fue que rendí mi declaración ante la Fiscalía para que averiguaran por dónde viene eso. Yo fui coordinador de la Mesa de Víctimas y uno lo que quiere es investigar si es real o es falso para estar tranquilo”.

El País intentó hablar con la persona a la que señalan de haber repartido en moto los panfletos en la madrugada, pero al hacerle la pregunta simuló no escuchar y colgó el teléfono. Después de insistir un par de veces con la llamada, apagó el teléfono celular.


Otro líder del Oriente de Cali aseguró bajo reserva de su nombre que “ha hecho carrera que para ser líder social de buen perfil tiene que estar amenazado. Hay gente que ha denunciado amenazas hasta 15 y 20 veces para pedir estudio de seguridad de la Unidad Nacional de Protección y sueñan con camioneta blindada, chaleco y dos escoltas”.

Eso ya es un modus operandi

El secretario de Seguridad de Cali, Andrés Villamizar, conoce bien el tema ya que fue director de la Unidad Nacional de Protección, e indicó que en su época como director de la UNP descubrieron, junto a la Fiscalía, varios casos de autoamenaza y se les hizo el proceso penal a los responsables.

“Se ha demostrado que los panfletos suelen aparecer con mayor frecuencia cuando la UNP va a realizar la revaluación del riesgo de la persona que tiene esquema de protección y que aumentaban los panfletos cuando había audiencias en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, donde se determinan las medidas cautelares”, dijo Villamizar.

Según el funcionario, “llama mucho la atención que varios de esos panfletos son firmados o hechos a nombre de grupos armados desaparecidos como las famosas Águilas Negras, que ya no existen como estructura armada, pero permanecen vigentes solo a través de los panfletos amenazantes o el famoso Ejército Antirrestitución de Tierras, que solo existió en panfletos”.

“Ahora están de moda, porque son como por oleadas, los panfletos de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia; lo curioso es que este grupo públicamente sacó un comunicado considerado legítimo por las autoridades nacionales, donde desmiente todos los demás panfletos y asegura que son falsos porque ellos no están amenazando a nadie”, agregó Villamizar.

Precisamente, es ese el grupo armado ilegal que habría amenazado mediante panfleto a los líderes sociales de Llano de Verde y que, según inteligencia de la Policía, eso ya hace presumir que el panfleto es falso.

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