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"Los baños de los colegios se volvieron el tumulto de vapeadores, en las horas de descanso y es muy común en las reuniones sociales de los jóvenes", afirma el Dr. Augusto Rodríguez, neumólogo del Centro Médico Imbanaco. | Foto: Foto: Archivo de El País

El preocupante boom de los vapeadores, la amenaza 'de moda' para niños y jóvenes

El aumento del uso de cigarrillos electrónicos y vaporizantes es la nueva amenaza para los menores de edad. Comunidad científica afirma que no son tan inofensivos como se publicitan y que son la puerta de entrada a otros consumos.

26 de enero de 2020 Por: Alda Livey Mera – redactora de El País

Alicia, de 15 años, es una buena estudiante, tiene padres amorosos y comprometidos, que no sabían que llevaba meses vapeando con nicotina.

Ellos buscaron ayuda psicológica porque ante la prohibición al vapeo, la joven estaba “enloqueciendo”: estuvo al borde de la psicosis por el síndrome de retiramiento –abstinencia– de altos niveles de nicotina. Alicia llevaba cuatro días de insomnio y síntomas muy severos de angustia y depresión.

La chica mostraba, además, falta de concentración y mucha irritabilidad y ansiedad. Se requirió de intervención psiquiátrica y farmacológica para lograr estabilizarla y prevenir una recaída en el consumo de nicotina.

Ella empezó a utilizar el vapo hace unos 6 meses. Se lo regaló un primo que dejó el cigarrillo convencional y lo cambió por el cigarrillo electrónico y se ha vuelto un experto en el tema y promotor de ellos. Argumenta que se lo obsequió porque se suponía que era inofensivo, pues “era para usar esencias no dañinas ni adictivas”. Además, dijo, “es mucho menos grave que el cigarrillo común y no tiene porqué llevar nicotina”.

Pero él no calculó que Alicia ensayaría con nicotina líquida, pues cuando ya han aprendido a inhalar con vapeador o cigarrillo electrónico, les resulta muy fácil a los jóvenes probar con otras sustancias. “Aprender a aspirar cualquier sustancia es la puerta de entrada a otros consumos. Los jóvenes están hoy más expuestos que nunca a sustancias, el riesgo es apabullante y los adultos que no están en el mundo del consumo o del vicio, no se imaginan lo fácil que es el acceso a esta parafernalia”, explica la psicóloga clínica Adriana Climent.

De hecho, en Cali hay tiendas especializadas en la venta de estos artículos en Ciudad Jardín, Granada y en centros comerciales, pues son de venta libre en Colombia. Estudiantes de colegios y universidades dicen que los consiguen fácilmente a través de compañeros que se los ofrecen y venden.

El III Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas en la población universitaria realizado en Colombia en 2017, reportó que lo han probado al menos una vez en su vida, el 19, 6 % de los adolescentes entre 13 y 18 años; el 19,1 % de los universitarios entre 18 y 20 años y el 17 % de jóvenes entre 20 y 22 años. “Es decir, que los menores de 18 años son los mayores consumidores de vapeadores y/o de cigarrillos electrónicos”, subraya la doctora Isabel Palacios, neumóloga del Centro Médico Imbanaco.

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Por qué son peligrosos

En 2014 ya se estimaba que existían más de 7000 sustancias distintas a la venta que se usan para el vapeo, señala el doctor Fernando Sanabria Arenas, neumólogo de la Fundación Valle del Lili (FVL).

El especialista ilustra que el mercado ofrece compuestos con sabores como vainilla, caramelo, frutas, menta, crema, e incluyen no solo nicotina sino derivados de la marihuana como aceites de tetrahicrocannabinol o cannabinol solos o combinados.

Estas sustancias pueden tener efectos crónicos en los pulmones. Por ejemplo, en pacientes asmáticos se les desencadena crisis asmática porque son sustancias irritantes de las vías aéreas.

“En los EE. UU. ya se han presentado más de 1000 casos de pacientes con injuria pulmonar aguda asociada a vapeadores y cigarrillos electrónicos, 26 de los cuales dejaron víctimas fatales, con la dificultad de que no se ha podido precisar cuál es la sustancia específica que ha llevado a la muerte a estas personas. Solo se sabe es que estaban vapeando cannabis (marihuana)”, indica el doctor Augusto Rodríguez Flórez, neumólogo del Centro Médico Imbanaco.

Pero él ya ha atendido en Cali pacientes que, sin tener antecedentes pulmonares, consultan por crisis respiratoria, con ahogo, sibilancias y estrechez bronquial, después de consumir cigarrillo electrónico o vapear.

“Lo que es incontrovertible es que muchísimos jóvenes están entrando en forma masiva en el consumo a través del vapeo. En los jóvenes maduran primero los centros neuronales que se relacionan con los estímulos y el placer, antes que los centros corticales que permiten tomar decisiones adecuadas. El vapeo es la moda en los colegios, sitios públicos o donde ellos se reúnen y se vuelven adictos, especialmente a la nicotina que tienen los líquidos de vapeo”, denuncia el doctor Rodríguez Flórez.

Un factor agravante del consumo de estas sustancias entre adolescentes y jóvenes, advierte el neumólogo Sanabria Arenas, de la FVL, es que en estas etapas de la vida son críticas para consolidar el desarrollo cerebral, que se extiende hasta los 25 años. “La nicotina afecta el sistema de recompensa del cerebro, convirtiendo al joven en un consumidor susceptible de la adicción, no solo a esta sino a otras sustancias adictivas, como la cocaína o las metanfetaminas, afectando el desarrollo de los circuitos cerebrales que controlan la atención y el aprendizaje”, alerta el neumólogo Sanabria Arenas.

El especialista añade que las concentraciones de nicotina en sustancias de vapeo, pueden ser mayores a las que hay en un cigarrillo convencional.

Más grave aún es que también vapean con drogas sintéticas y marihuana. El artefacto se ha convertido en un buen vehículo para consumir cannabis sin que los demás se den cuenta, porque al vapear el aceite de cannabis se pierde el olor característico de la marihuana, explica el neumólogo Rodríguez Flórez.

Pero, lo que no saben los chicos, advierte este especialista, “es que el cannabis es la sustancia de vapeo que tiene el mayor riesgo de mortalidad por injuria pulmonar aguda, como ya ha ocurrido en los Estados Unidos”.

La neumóloga Isabel Palacios confirma que las sustancias que se inhalan en el vapeo, pueden ser cancerígenas, causar enfermedad intersticial aguda y se han reportado casos tan graves que han requerido trasplante pulmonar.

O desencadenar un descontrol del asma, aumento de secreciones en los bronquios, más flemas, exacerbar la Enfermedad pulmonar de obstrucción crónica (EPOC) e incluso, lesiones por quemaduras debido a la explosión de las baterías que tienen algunos de ellos, dice la especialista Palacios.

El cigarrillo electrónico como alternativa para dejar de fumar cigarrillo convencional, sigue siendo válida pero para unos muy pocos pacientes bien seleccionados, con tratamiento médico, con dosis de nicotina descendentes y con seguimiento y control, aclara el doctor Rodríguez Flórez.

“Con esa excepción, se ha demostrado que los pacientes se convierten en consumidores duales, de cigarrillo convencional y le agregan la adición al vapeador que contiene una dosis más alta de nicotina. Y así no se enferme de los pulmones, adquiere una enfermedad mental como es la adicción, enferma a la familia y a la sociedad”, sentencia Rodríguez.
De hecho, la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) no los tiene aprobados como alternativa para dejar el tabaquismo, en lo que coincide la Asociación Latinoamericana de Tórax, según MinSalud.

Cómo se usan

El vapeador es un vaporizador al cual se le vierte una sustancia líquida que puede contener nicotina, marihuana, saborizantes, aromas y otros componentes, que al calentarse con la batería de litio que trae el aparato, se vaporiza y se inhala por la boquilla, por lo cual es difícil de medir el daño pulmonar que causa.

“Hay mucha desinformación al respecto, ya que son publicitados como no perjudiciales para la salud, o incluso, como una opción para dejar el cigarrillo convencional o tabaco, y no es así”, insiste la psicóloga clínica Adriana Climent.

“En los colegios hay una epidemia que está tomando una dimensión alarmante. Muchos más jóvenes de los que se piensa están vapeando. Lo hacen en el carro, bus escolar, corredor, baño, aulas de clase y en cualquier otro lugar”, refiere la doctora Climent. A juicio de algunos adolescentes consumidores, “todo el mundo lo usa” y “eso ya es algo normal”.

De ahí que se ha convertido en una tendencia de moda entre los jóvenes, que sienten que están haciendo algo “muy bacano”, “muy cool”, que les da estatus o poder ante sus pares y van normalizando su uso, porque no lo perciben nocivo.

Otro atractivo para los jóvenes es que no causa efectos notorios para sus padres, profesores o demás adultos, y su uso es indetectable porque no genera mucho humo ni el desagradable olor a cigarrillo o a marihuana.

Como parte del mercadeo, vienen en diseños atractivos para los adolescentes, con colores y formas especiales dirigidos al mercado juvenil; algunos imitan figuras de bolígrafo o de USB (este alcanzó un billón de dólares en ventas en 2018), lo que facilita su uso y porte.

“Estamos frente a una verdadera epidemia de magnitud desconocida. Pocos educadores y padres saben del poder adictivo de la nicotina, y no son conscientes de la dimensión que está alcanzando el uso de esta parafernalia para inhalar nicotina y otras sustancias”, denuncia la psicóloga Climent.

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¿Por qué vapean?

Los jóvenes utilizan el vapo, porque familiares o amigos lo usan.
Tiene “sabores naturales” y piensan que es inofensivo o han concluido erróneamente que es menos nocivo que fumar cigarrillo.

La oferta de cigarrillos electrónicos y vapos en el mercado hace 10 años.

Que el vapeo se puede hacer en cualquier parte sin llamar la atención.

El desconocimiento de padres e hijos sobre los riesgos que provoca en la salud y que los mismos padres permitan, o incluso, se los regalen.

La idea errónea de los padres de que es “el menor de los males” para sus hijos y fomentarlo como una actividad de ocio inofensiva.

Creer que vapear es ‘glamuroso’, ‘de clase’ o ‘cool’ o que es positivo para el cerebro en desarrollo.

Ignorar que se trata de una nueva adicción igual o peor que la del cigarrillo u otras drogas.

Están enganchados en la adicción.

La misma nicotina, en formato ‘cool’

Cuando ya la sociedad estaba ganando la batalla contra el cigarrillo convencional o tabaquismo, el que se enciende con una cerilla, aparecen el cigarrillo electrónico y el vapeador. Es decir, la nicotina en otra presentación más ‘cool’, más ‘in’, más ‘light’, con una apariencia de no generar consecuencias nocivas, e incluso, publicitado como una supuesta alternativa menos peligrosa que fumar tabaco.

Conocidos los efectos nocivos del cigarrillo o convencional (enfermedad pulmonar, cardiaca y/o vascular y cáncer, entre otros), la industria tabacalera se ha orientado hacia estos accesorios que pueden producir igual o peor adicción.

Fuentes consultadas por El País coinciden en que la compañía tabacalera que perdió mercado mundial del cigarrillo convencional por las campañas contra el tabaquismo, es la misma que produce una reconocida marca de cigarrillo electrónico, que se usa con un cigarro que solo esa compañía produce.

“El negocio es redondo. La nicotina que antes nos vendían en cigarrillo convencional, ahora nos lo ofrecen en vapeadores o en cigarrillos electrónicos que solo ellos producen”, reclama la psicóloga Adriana Climent. Estos aparatos dan cierto estatus, ya que sus precios oscilan entre $200.000 y $800.000, pero en el centro se venden vapeadores hasta de $70.000. Las sustancias para vaporizar pueden costar unos $50.000.

La OMS calcula que hay alrededor de 367 millones de usuarios, siendo el cigarrillo electrónico el dispositivo de consumo de nicotina más común, comenta el doctor Fernando Sanabria Arenas, neumólogo de la Fundación Valle del Lili. Y señala que dicha industria alcanzó los 14 billones de dólares en 2017 y espera una tasa de crecimiento del 21.6 % entre 2019 y 2024 y ser líder del sector en 2025.

Ante la amenaza de esta epidemia, la comunidad científica (American Thoracic Society, European Respiratory Society y la Asociación Latinoamericana de Tórax) y la Asociación Colombiana de Neumología, alertan sobre los perjuicios para la salud de estos aparatos.

Alfonso Ávila, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Icesi, rechaza la falsa estrategia publicitaria que ofrece estos productos como alternativa para dejar de fumar o una presunta reducción del daño en la salud.

En su opinión, esta falsa idea de que son menos riesgosos, induce a los jóvenes para que empiecen a consumir estos productos que contienen nicotina, e incluso, para que personas que ya han dejado de fumar, vuelvan a consumirlos. “Hemos solicitado al Congreso de la República, para que en el menor tiempo posible adopte una regulación eficiente que permita proteger a los consumidores y no consumidores”, dijo Ávila.

“Nos tiene muy preocupados que estos productos que son anunciados como de menor riesgo, son publicitados y comercializados sin ningún control, poniendo en mayor riesgo la población más vulnerable, como son los adolescentes y los jóvenes”, reclamó el docente de Icesi citando que en escolares el uso de estos productos llega al 9 %, mientras que en universitarios es de 16 % (Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes 2018).

“Los profesionales de la salud estamos muy preocupados por los daños que representan para la salud estos dispositivos, pero sobre todo nos alarma la falta de interés de los países, incluido Colombia, de promover unas políticas de salud pública claras frente al consumo de estos cigarrillos”, dijo la doctora Diana Dávalos, MD, jefa del departamento de Salud Pública y medicina comunitaria de la Universidad Icesi, para quien aún existen zonas grises en la reglamentación.

Por ello, la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar, la Asociación Colombiana de Medicina Interna, las Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía del Tórax, la Asociación Colombiana de Neumología Pediátrica, la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, la Asociación Colombiana de Patología y la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología), se unieron para advertir los efectos negativos de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) y Sistemas Electrónicos sin Suministro de Nicotina (SSSN), nombres científicos de los aparatos.

La iniciativa fue una de las ganadoras del Premio del Día Mundial Sin Tabaco de la OMS 2019, por sus aportes en la lucha contra los efectos del humo del tabaco.

Prevenir el vapeo

La psicóloga Adriana Climent recomienda:

Informarse y transmitir la información con claridad a los hijos.

Tener una postura clara contra el “vapeo” y comprender que la mayoría de los jóvenes son mucho más vulnerables para acceder a cualquier tipo de consumo de sustancias.

Hablar con los hijos de la historia de consumo familiar, pues las adicciones tiene un trasfondo genético fuerte.

Reflexionar sobre la sociedad de consumo y la importancia de resistirse a hacer parte de tales consumos.

Hablarles de la gran adicción que causa la nicotina y de los efectos en el organismo a nivel físico y mental.

No pensar que las “otras drogas” son peores, pues la peor droga es “la que más gusta” y es muy personal.

Fomentar con determinación el hacer algún deporte regularmente y mínimo 3 veces por semana. Un joven que no hace deporte de manera regular representa un mayor riesgo para las adicciones.

Crea en sus hijos y transmítales que quiere confiar en ellos.

Si su hijo está vapeando o quiere dejar de hacerlo, apóyelo y busque ayuda profesional. No se limite a ser punitivo; en la crianza se trata de acompañar a los hijos; no de reaccionar a situaciones únicamente.

Transmítale que Ud. quiere tener confianza en ellos y en su capacidad y sabiduría para cambiar comportamientos si lo desean.

Fomentar las buenas amistades sin hablar mal de los otros amigos, pues ello causa resentimientos y rabias profundas hacia el adulto que se expresa así e induce a los hijos a que mientan o no revelen información importante para la crianza.

Utilizar el sentido del humor, abrir espacios incluyentes de planes familiares agradables y divertidos para ellos y también para los adultos.

Es urgente regular en Colombia

Aunque el Ministerio de Salud y Protección Social advierte sobre los riesgos del consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores en su página web, la sociedades científicas nacionales consideran que Colombia no ha hecho una regulación eficaz sobre estos dispositivos y son de libre comercialización en el país.

El MinSalud precisa que los cigarrillos electrónicos contienen sustancias “como propilenglicol, cuya inhalación a altas temperaturas puede producir irritación de ojos, garganta y afectación de las vías aéreas; glicerina, que desarrolla neumonía lipoide y enfermedad pulmonar intersticial, y nicotina, que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y gastrointestinales, y puede afectar el desarrollo del cerebro en adolescentes y jóvenes, y es peligrosa para la salud”.

Alerta que los SEAN y los SSSN “contienen partículas ultrafinas que incrementan el riesgo de enfermedad coronaria, cáncer de pulmón y asma, y sustancias asociadas a cáncer, como metales pesados, formaldehído, acetaldehído, butilaldehído, acroleína, acetona, y otras como benceno, tolueno, etilbenceno, xileno”. Y aclara que estos productos no tienen registro del Invima en Colombia.

El doctor Alfonso Ávila, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Icesi, Médico familiar e integrante del grupo de Prevención y Atención del Tabaquismo, desde la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar, participó en el diseño de la iniciativa que integró siete sociedades científicas del país, para exigir una regulación eficaz al respecto.

El documento advierte que “es urgente regular” el uso de estos dispositivos y que se puede hacer, como sucedáneos e imitadores de los productos de tabaco y que por lo tanto, debe ordenar la “prohibición total de publicidad, promoción y patrocinio; prohibición de venta a menores de edad; advertencias sanitarias de al menos el 50%; y exigir ambientes libres de vapores (aunque el término adecuado es aerosoles) de estos productos”.

Solicita además, la prohibición de saborizantes –que los hace más apetecidos por los menores de edad– y una regulación más fuerte sobre componentes y contenidos no sólo para los SEAN/SSSN sino para todos los productos de tabaco.

Por ello, piden establecer unas concentraciones máximas de nicotina (sustancia psicoactiva altamente adictiva) en los cigarrillos electrónicos que la contienen. En la Unión Europea es límite 20mg/ml, pero los de la marca pueden contener hasta 56 mg/ml.

También se debate, sí así como hay fumadores pasivos de cigarrillo convencional, las personas que están con el que vapea, pueden ser afectadas por esa nube de humo. “Se debe continuar luchando por espacios libres de humos de cualquier tipo y por políticas que protejan a los jóvenes del inicio de conductas adictivas”, insistió la neumóloga Isabel Palacios.

Yuri Takeuchi, neuróloga de a Fundación Valle del Lili, quien participó en la coalición de entidades que firmaron y radicaron (27-05-2019) en la Comisión Séptima del Senado el documento ‘Observaciones al Proyecto de ley 174 Senado, el cual pretende modificar la Ley 1335 de 2009’, dijo que se busca una normatividad integral para estos dispositivos en el país.

Otras organizaciones firmantes fueron la Sociedad Colombiana de Neumología y Cirugía de Tórax, Sociedad Colombiana de Medicina Interna, Sociedad Colombiana de Medicina Familiar, Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle, Red Colombiana de Instituciones de Educación Superior y Universidades Promotoras de Salud, Fundación Anáas, Red Papaz y Educar Consumidores.

Iván Darío González, viceministro de Salud y Prestación de Servicios, dijo que se trabaja en la construcción de un marco regulatorio, pero está en proceso.

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