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Un llamado oportuno

La cantidad de situaciones en las cuales la corrupción se ha descubierto han afectado el buen nombre de esas instituciones, así hayan sido cometidas por unos pocos de los cientos de miles de colombianos que...

22 de agosto de 2019 Por: Editorial .

En una inusual manifestación, Generales de la República en retiro escribieron una carta a la Cúpula de la Fuerza Pública y a todos sus integrantes para pedir que se actúe contra los hechos de corrupción que involucran a varios integrantes de esa Institución. Es la interpretación afortunada y oportuna de un sentimiento que ronda el espíritu de los colombianos y demanda claridad en la forma de actuar para erradicar ese mal.

En medio de las dificultades y los desafíos que ha enfrentado durante sus doscientos años de vida republicana, Colombia ha tenido en la Fuerza Pública uno de sus más importantes pilares para mantener en alto la bandera de la democracia y de las libertades. Y ante todo, la demostración de que el compromiso con los valores y la ética que han guiado a sus actuaciones le han permitido ganarse la admiración, el cariño y el respeto de los colombianos, además de permitirle superar hechos cometidos por quienes han abusado de su uniforme o han perpetrado acciones inaceptables.

En los últimos meses se han conocido delitos que comprometen la transparencia que debe ser principio fundamental en el ejercicio de la delicada y fundamental tarea de brindar seguridad y asegurar la tranquilidad de los colombianos. Frente a ello, la acción de quienes dirigen las instituciones militares y policiales, así como de las autoridades civiles, de los cuerpos de investigación y de la Justicia ha tenido que dirigirse hacia el descubrimiento y el correspondiente castigo a quienes han cometido hechos de corrupción en todos los niveles de los estamentos de las Fuerzas Militares.

La cantidad de situaciones en las cuales la corrupción se ha descubierto han afectado el buen nombre de esas instituciones, así hayan sido cometidas por unos pocos de los cientos de miles de colombianos que componen nuestra Fuerza Pública. Y han creado un mal ambiente que exige explicaciones y despierta suspicacias que afectan ante todo la credibilidad y la confianza públicas en quienes deben ser bastiones de la transparencia y la pulcritud, no sólo en el respeto a los Derechos Humanos.

Como lo dice la misiva firmada por el general retirado y exministro de Defensa, Rafael Samudio Molina, “La profesión de las armas se fundamenta en el honor y dignidad, virtudes y deberes inviolables cuya piedra es la integridad moral”. Y agrega: “Si ésta se debilita se destruye su esencia”.

“Consideramos que, el honor institucional debe restituirse sin sombras, que las medidas a tomar deben ser ejemplares, contundentes, justas y severas, reconociendo los errores y manifestando la inquebrantable voluntad de enmendarlos, sin justificaciones y sin excusas”.

Al enviarla a todos los soldados y policías de la Nación y permitir que sea difundida de manera pública, quienes han desempeñado los más altos cargos en la dirección del Ejército, la Armada, la Aviación y la Policía están expresando un punto de vista compartido por la sociedad. Y antes que una censura, lo que hay en la carta es un respaldo a quienes integran esas instituciones y un llamado a los principios que deben guiar su comportamiento.

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