Un diciembre diferente
Este mes, tan lleno de motivos para celebrar en familia y en comunidad pero tan diferente para los colombianos y para el mundo, debe llamar a la reflexión sobre cómo transformar las costumbres y tradiciones para bien propio y beneficio de la sociedad.
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1 de dic de 2020, 11:55 p. m.
Actualizado el 24 de may de 2023, 12:43 a. m.
Este mes, tan lleno de motivos para celebrar en familia y en comunidad pero tan diferente para los colombianos y para el mundo, debe llamar a la reflexión sobre cómo transformar las costumbres y tradiciones para bien propio y beneficio de la sociedad. Es el cambio necesario para afrontar el tiempo que aún resta de convivencia con el Covid-19, la gran amenaza para los seres humanos.
Diciembre es una época que se caracteriza por la alegría, por ser la representación de la unidad entre los seres cercanos y los amigos, cuando se celebra el nacimiento de Jesús y se recibe un nuevo año. De ahí nacen costumbres tan caleñas y colombianas como las novenas de aguinaldo, los alumbrados en los barrios, los pesebres comunales, las fiestas en las cuadras, los compartires navideños.
Son tradiciones que esta vez no se podrán seguir debido a las medidas que la pandemia ha obligado a tomar, y porque es lo conveniente para todos. Así algunas restricciones se hayan levantado hace poco, el Covid-19 sigue circulando, cobra nuevas víctimas a diario y el riesgo de contagio es muy alto, como lo demuestran los 600 casos que en promedio se presentan en Cali, los 15 fallecidos diarios por el virus en la ciudad y la ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos que pasó en pocas semanas del 46% al 64% en la capital del Valle.
El aumento en el número de contagios en las semanas recientes, así como los altos niveles de ocupación que presentan de nuevo las Unidades de Cuidados Intensivos, obligaron a las autoridades de Cali y el Valle a decretar la alerta naranja y a prohibir cualquier evento o reunión con más de 50 personas. Ello quiere decir que se deben suspender celebraciones que son tradicionales en esta época para las familias y sus allegados.
Por ello hay que seguir siendo cuidadosos, evitando las fiestas en las que se reúnen grandes cantidades de personas y restringiendo las celebraciones familiares al grupo con el que se convive a diario. No es fácil cuando las costumbres nos marcan una época para compartir y disfrutar en compañía, pero imponer el cuidado, seguir las directrices de las autoridades y acatar sus recomendaciones son las formas más efectivas de evitar la exposición al peligroso virus, cuidar del entorno e impedir que Cali o el Valle lleguen a niveles de contagio inmanejables que obliguen a restricciones extremas como decretar el toque de queda.
La Navidad se refiere al nacimiento, lo que la hace símbolo de esperanza.
Tenemos que hacer, entonces, que esta época sea un aporte a la vida para nosotros y nuestra sociedad, en la que nos cuidemos y nos preparemos para lo que aún nos falta por vivir en compañía del virus que cambió la vida del mundo. Más ahora, cuando se sabe que el progreso que han tenido las diferentes vacunas desarrolladas es tan importante y ya hay esperanza de que lleguen a Colombia en un plazo ojalá razonable.
Ya habrá tiempo de volver a celebrar y recuperar nuestras tradiciones y fiestas. Por ahora, la responsabilidad con nosotros y los nuestros así como el compromiso que tenemos como sociedad deben prevalecer en este diciembre tan distinto a todos.
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