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Las protestas de Hong Kong

Hong Kong es otra manifestación de la ola de protestas que estremece casi todos los rincones del mundo. Pero la suya tiene características especiales: se trata de una población de siete millones de personas empeñadas en defender sus libertades y su autonomía para resolver con democracia sus problemas y diferencias.

24 de noviembre de 2019 Por: Vicky Perea García

Ayer, Hong Kong fue escenario de las elecciones más concurridas en su historia. El 72% del censo electoral se presentó en las urnas para expresar su compromiso con la libertad y la democracia, así como el rechazo a las intenciones de integrar a su pequeña pero importante ciudad al régimen de la República Popular China.

Hasta hace 22 años, Hong Kong fue un protectorado inglés durante un siglo, aunque pertenece a la china continental. Allí se creó una gran excepción al comunismo que impuso Mao Tse Tung, creando un territorio autónomo con instituciones sólidas que permitieron el crecimiento de una economía liberal y capitalista basada en la forma de democracia que escogieron sus habitantes.

Devuelta a China al finalizar el protectorado, la ciudad ha mantenido sus características y un sistema de gobierno particular. Pero es clara la intención de integrarla al régimen que gobierna Beijing con mano de hierro y con una forma de capitalismo de Estado. La resistencia de los hongkoneses ha tenido desde entonces muchas formas y la lucha por mantener su libertad ha sido marcada por la protesta masiva.

La última de ellas, contra una ley que autorizaba la extradición a la China de personas acusadas por delitos, empezó el 6 de julio pasado. El objetivo principal fue la derogación de esa norma, pero el fondo estuvo siempre claro: rechazar el intento por subordinar a su ciudad al poder de China. Por ello, la alcaldesa Carrie Lam, que en sus inicios tuvo un gran respaldo popular, hoy es rechazada por la inmensa mayoría
Luego de manifestaciones que llegaron a tener dos millones de participantes, de paros en todas las actividades sociales y económicas, la alcaldesa de la ciudad dio marcha atrás y derogó definitivamente la ley.
No obstante, aún persisten manifestaciones realizadas por estudiantes, algunas decenas de los cuales están rodeados por la Policía en una universidad.

Y en medio de ese ambiente, las elecciones de ayer se constituyeron en una poderosa demostración de respaldo a la libertad y de rechazo a las propuestas prochinas. Con una participación del 72% de los 4,19 millones de personas que constituyen el censo electoral, los comicios se convirtieron en un referendo prodemocracia y en un rechazo a los intentos por imponer la voluntad de quienes simpatizan con el régimen chino.

“Simplemente queremos democracia, libertad. Por supuesto, ya sé que la democracia no va a resolver todos los problemas. Pero te da voz. Te da una herramienta para cambiar las cosas”. Así se expresó un votante, demostrando el significado que ha adquirido una elección dirigida apenas a escoger los representantes de las comunas en los organismos que administran la ciudad.

Hong Kong es otra manifestación de la ola de protestas que estremece casi todos los rincones del mundo. Pero la suya tiene características especiales: se trata de una población de siete millones de personas empeñadas en defender sus libertades y su autonomía para resolver con democracia sus problemas y diferencias.

Es todo un desafío que enfrenta el poder de la China que pretende absorberla sin contemplaciones.

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