La vía al mar

Infortunadamente, la construcción de esa obra está en el limbo y es muy posible que se frustre, a menos de que el concesionario al que se la adjudicó el proyecto y la Agencia Nacional de Infraestructura logren una conciliación sobre los costos adicionales que se deben reconocer por la demora en la iniciación de la obra, de la cual hasta el momento no hay un solo kilómetro ejecutado.

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

14 de feb de 2023, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 05:46 a. m.

Cerrada permanecía, al cierre de esta edición, la vía que comunica a Cali con Buenaventura, debido al desprendimiento de una gigantesca roca a la altura del kilómetro 13, en el sector conocido como la Vuelta del Cerezo.

El cierre de la vía genera un enorme perjuicio tanto para las personas que viven en el corregimiento de El Saladito y en los sectores aledaños, pero trabajan en Cali, como para quienes tienen sus casas de descanso en la zona. Y, por supuesto, para quienes se desplazan entre la capital del Valle y Buenaventura, que antes de este incidente debían someterse a la restricción causada por el cierre parcial de la vía en el kilómetro 59, jurisdicción del municipio de Dagua.

En el mes de noviembre, la estratégica carretera fue sepultada por un alud de tierra caído en ese sector, lo que obligó a su cierre total. Así permaneció varias semanas hasta que se dio apertura por un carril. En este momento se ignora cuándo será restablecido totalmente el tránsito en la vía, pero cálculos de Invías apuntan a que ello no ocurrirá antes del mes de agosto. A esta situación se suman los hundimientos causados por fallas geológicas en los kilómetros 14 y 16 de la carretera. Se trata de fallas viejas, a las cuales se les ha hecho unos remiendos pero no el tratamiento definitivo que requieren.

Esta suma de problemas demuestra que esta vía, construida hace más de 50 años, se quedó pequeña ante el volumen del tráfico que se desplaza por ella. Pueden dar fe de ello quienes se movilizan hasta el kilómetro 18 cualquier fin de semana, ya que deben soportar kilométricas colas tanto de ida como de regreso. Y lo peor es que no hay solución a la vista.

El Gobierno Nacional se ha negado a implementar correctivos de fondo a la vía, que a partir del retén forestal es de carácter nacional, con el argumento de que buena parte del tráfico que se mueve por ella, sobretodo los vehículos pesados, utilizará la vía Mulaló Loboguerrero, cuando esta se encuentre construida.

Infortunadamente, la construcción de esa obra está en el limbo y es muy posible que se frustre, a menos de que el concesionario al que se la adjudicó el proyecto y la Agencia Nacional de Infraestructura logren una conciliación sobre los costos adicionales que se deben reconocer por la demora en la iniciación de la obra, de la cual hasta el momento no hay un solo kilómetro ejecutado.

El panorama para la conectividad de Cali con el Pacífico es desolador, con la Mulaló Loboguerrero que no tiene visos de arrancar y con la vieja vía al mar cayéndose a pedazos. El Estado no puede mantener en el abandono la única vía que hoy por hoy comunica la tercera ciudad del país con el principal puerto colombiano sobre el Pacífico.

No se pueden seguir esperando emergencias como la de la Vuelta al Cerezo o la de Dagua para actuar. Urge que se le practique una intervención de fondo a la vía, que evite el riesgo, hoy real, de que Cali quede incomunicada definitivamente con Buenaventura.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Editorial