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La verdad y la negación

El texto es concluyente sobre lo que hoy enfrenta Estados Unidos y el futuro que le espera si no corrige el camino negacionista que tomó, y si no encara ya las causas que provocan el cambio climático.

30 de noviembre de 2018 Por: Editorial .

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se empeña en negar el cambio climático, aún a costa de desconocer a su propio gobierno que le está demostrando con cifras y datos reales el panorama desastroso que enfrenta su Nación. En su caso se aplica bien el refrán de que “no hay peor ciego que quien no quiere ver”.

Así se lo han demostrado 300 científicos y 700 investigadores de 13 agencias federales que participaron en el informe oficial dado a conocer por la Casa Blanca al día siguiente de Acción de Gracias, cuando los estadounidenses estaban más concentrados en hacer sus compras del Black Friday que en cualquier anuncio gubernamental. El texto es concluyente sobre lo que hoy enfrenta Estados Unidos y el futuro que le espera si no corrige el camino negacionista que tomó, y si no encara ya las causas que provocan el cambio climático.

De las 1656 páginas del informe, de obligatoria presentación cada cuatro años por el Gobierno, se extraen varios puntos críticos. Uno de ellos, visible en las semanas recientes, es que aumentarán desastres naturales como los incendios forestales. Se prevé que para el 2050 se podrían quemar hasta seis veces más áreas de bosques y sólo en el sudoeste, es decir California, apagar las conflagraciones costará unos US$13.000 millones al año.

El aumento del nivel del mar pondrá en riesgos a ciudades enteras de la costa sureste. En la Florida afectará a medio millón de personas y si al 2050 las marejadas costarán US$66.000 millones, para el 2090 esa cifra llegará a US$99.000 millones al año. Como lo que más le preocupa a Trump es la economía nacional, en el informe le están diciendo que las altas temperaturas, las sequías y las inundaciones perjudicarán dentro de 30 años el 25 % de los cultivos, las vacas disminuirán su producción de leche y el negocio de las ostras se afectará en un 46 %.

Se calcula también que en el Sureste se perderán a final del siglo 560 millones horas de trabajo por año, mientras que ese número llegaría a 2000 millones de horas en el sector agrícola, lo que costaría US$160.000 millones a valor presente. La infraestructura vial tampoco se salva: hoy hay 12.082 kilómetros de carreteras amenazadas por las inundaciones y ese problema empeorará debido al cambio climático.

El anterior es un vistazo rápido al informe federal sobre el efecto del cambio climático en los Estados Unidos en lo que resta del siglo. Ni siquiera el preocupante panorama que plantea ha logrado que el presidente Trump crea, según sus palabras, que algo así esté ocurriendo.
Por eso no le da reversa a su decisión de retirarse del Acuerdo de París y será el gran ausente en la COP 24, la nueva Cumbre sobre el clima que comenzará el lunes en Katowice, Polonia, y en la que se espera salvar el pacto firmado hace tres años en Francia por 195 naciones para evitar que el aumento de la temperatura global supere los dos grados centígrados en este Siglo XXI.

Ya se sabe que detrás de esa actitud intransigente y retadora del mandatario está su interés de proteger a industrias como la del petróleo o la del carbón. El asunto es que la realidad no va a cambiar sólo porque él decida que el calentamiento global es un invento de quienes quieren afectar la economía estadounidense.

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