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La cumbre en Argentina

Ahora se espera una declaración en la cual abunden los lugares comunes, pese a los desafíos y las confrontaciones que crecen entre los grandes protagonistas de la cita.

29 de noviembre de 2018 Por: Editorial .

Cien millones de dólares debió invertir Argentina para garantizar la seguridad de los miembros del G-20, el grupo de las economías que representan el 85 % de la economía orbital. En Buenos Aires se reúnen desde hoy quienes parecen tener más razones para la confrontación que para el acuerdo sobre metas comunes que aseguren el progreso y la estabilidad del mundo.

Nacido para encontrar salidas a la crisis financiera de los años 90, el Grupo ha derivado en un foro de cooperación y consulta en el cual se citan los representantes del poder mundial para debatir y encontrar posibles acuerdos entre ellos que resuelvan las crisis que con frecuencia se presentan. Pero también se produce la convocatoria de quienes no están de acuerdo con ese orden mundial y realizan protestas contra el establecimiento representado por los asistentes a la cita.

En esta ocasión se realizará la cumbre número trece, abordando asuntos como el terrorismo, el crecimiento económico, el comercio, el desarrollo sostenible, el clima y la energía. Y según los expertos, no parece haber un clima propicio para producir aquellos acuerdos que en el pasado daban a entender un entendimiento entre presidentes y jefes de Estado, y se reflejaban en extensos documentos trabajados de manera previa durante varios meses por técnicos, economistas y políticos, y firmados con gran ceremonia por los asistentes.

Ahora se espera una declaración en la cual abunden los lugares comunes, pese a los desafíos y las confrontaciones que crecen entre los grandes protagonistas de la cita. Está en primer lugar la grave amenaza del cambio climático y la oposición del Presidente de los Estados Unidos a aceptar una realidad que golpea con saña a su propio país. Sigue la guerra económica declarada por Donald Trump y cuyo contrincante, China, ha reaccionado, produciéndose así un hecho que ya está causando estragos en la economía mundial.

Luego viene la posición sin duda desafiante del Presidente de Rusia contra Occidente, cuya peor faceta se revivió esta semana con el ataque a fuerzas navales de Ucrania y el apresamiento de varios militares de ese país. Y en una escala menor aunque de gran impacto para su futuro, está la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, lo cual afecta lo que se creía era la unión política y económica que cambiaría para siempre el escenario mundial hacia la negociación pacífica y civilizada como alternativa a la confrontación bélica.

De la agenda quedaran temas difíciles que al parecer no tendrán espacio, como la situación difícil que padece el país anfitrión o la crisis de las migraciones, en especial la ocasionada por la tiranía que se tomó a Venezuela o la que golpea las puertas de la frontera sur de los Estados Unidos. De todas maneras, Argentina hará su mejor esfuerzo para que la cumbre sea un evento sin sobresaltos. Su inversión servirá para mostrar ante el mundo la cara amable de una Argentina que atraviesa por otra de sus crisis económicas, y recién manchada por la irracionalidad que ronda al fútbol.

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