El pais

Espionaje insólito

30 de noviembre de 2010 Por: Elpais.com.co

"Fue un ejercicio que desbordó cualquier cálculo sobre hasta dónde puede llegar el espionaje"...

En una filtración cuyas consecuencias son imprevisibles, Wikileaks, el portal de internet especializado en esos menesteres puso en entredicho la diplomacia tradicional, al revelar 250.000 documentos del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Por su contenido y por los efectos que pueden producir, las filtraciones pueden causar un daño importante a las relaciones de la mayor potencia del mundo con sus aliados.Fue un ejercicio que desbordó cualquier cálculo sobre hasta dónde puede llegar el espionaje. Nadie podía suponer que tan importante y delicada información podía ser intervenida y divulgada de la manera en que se está conociendo. Lo grave es que dos meses antes, el mismo portal había destapado la correspondencia de los Estados Unidos sobre la guerra en Irak y Afganistán sin que sus autoridades pudieran evitarlo. Ahora, y ante el acecho de esas autoridades, Wikileak evadió el vigilancia entregándoles la información al New York Times y a cuatro diarios de Londres, París, Madrid y Berlín. Es decir, usó la prensa para difundir unos documentos que desnudan de manera casi impúdica la forma en que actúa el servicio diplomático de los Estados Unidos, sus más recónditos proyectos, la percepción de sus diplomáticos acerca de los gobernantes amigos de su nación. En ellos se pueden conocer desde la manera en que se negocian asuntos tan delicados para la seguridad del planeta como las respuestas al armamentismo nuclear de Irán y Corea del Norte, hasta el concepto sobre la salud mental de la Presidenta de Argentina o el no muy favorable sobre las capacidades de liderazgo de la señora Ángela Merkel, primera ministra de Alemania.Fue un golpe contundente a la confianza en el país norteamericano, así la secretaria de Estado, doña Hillary Clinton, haga esfuerzos por relativizar su impacto en la diplomacia que ella comanda. Pero fue también un desafío a la prensa, en especial la estadounidense, al punto en que el Director del New York Times debió explicar las razones por las cuales publicó u omitió los documentos que le envió Wikileak, dependiendo de si comprometían o no la seguridad y los intereses de su Nación. Fuera de tales consideraciones, los documentos ofrecen de manera inesperada la visión del cuerpo diplomático estadounidense sobre lo que ocurre en el mundo, desde una perspectiva más real, y más próxima a lo que son los intereses de su país y la forma en que su gobierno actúa en el ajedrez internacional. Por supuesto, después de las filtraciones no puede esperarse un cambio dramático en las relaciones internacionales, así aparezcan las molestias por los comentarios, las burlas de Hugo Chávez o las proclamas antiimperialistas de Irán o Venezuela o incluso Bolivia. Pero no hay duda que la humanidad se ha dado un banquete inesperado de información, sustanciosa, alarmante y hasta simpática, mientras la diplomacia y la seguridad de la nación más poderosa sobre la tierra son objetos del escarnio público por sus increíbles fallas al dejar que se cuelen los espías de Wikileak por una especie de rendijas, a través de las cuales se acaban de filtrar sus secretos y su estrategia para ejercer el papel de policía del mundo.