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Compromiso democrático

Éste es uno de los momentos cruciales tanto para el futuro de nuestra nación como para definir el camino que tomaremos en la solución de nuestras dificultades tanto como en la proyección del país que queremos para nosotros y nuestras futuras generaciones.

28 de mayo de 2022 Por: Vicky Perea García

Como cada cuatro años, hoy los colombianos con mayoría de edad tendrán la oportunidad de asistir a las urnas para escoger a quien ejercerá como presidente de la República para el período que se inicia el próximo siete de agosto. Será la primera vuelta de un proceso que debe ser ante todo transparente para reafirmar la fortaleza de nuestra democracia.

Las opciones se concentran en seis candidatos provenientes de todas las tendencias políticas y de pensamiento. Ellos han protagonizado largas campañas, algunas de las cuales se han prolongado durante más de cuatro años como quiera que repiten sus aspiraciones, promoviendo sus propuestas para mejorar y impulsar el progreso, ofreciendo la más variada gama de soluciones a los problemas y presentando alternativas de cambio.

Todo ello lo han podido hacer con la libertad y el respeto que ofrece la democracia de Colombia. Con todo y las dificultades propias del ejercicio político, a ninguno de los candidatos se le ha privado de su facultad de emitir sus propuestas, de reunirse en sitios cerrados o públicos con sus seguidores, o de emitir por los medios de comunicación sus consignas.

La presente ha sido una de las campañas más largas y extenuantes de que se tengan noticia en el mundo. Han sido meses en los cuales los colombianos han tenido la posibilidad de enterarse de las propuestas, las personalidades, los respaldos y las consignas de cada uno de los aspirantes que cumplieron los requisitos para llegar a la primera vuelta.

Sin duda, Colombia necesita con urgencia derrotar la corrupción que consume la credibilidad del Estado y desangra el tesoro público. También requiere de transformaciones para combatir la inequidad y la pobreza que afecta a la mitad de la nación a pesar del crecimiento económico que hoy registra el país. Así mismo, es impostergable la necesidad de lograr una justicia eficaz, imparcial y cumplida, y hacer el esfuerzo que sea necesario para derrotar el narcotráfico y la violencia que consumen una parte importante del esfuerzo nacional.

Por todos esos desafíos, hoy es más que necesaria la presencia de los colombianos en las urnas. Éste es uno de los momentos cruciales tanto para el futuro de nuestra nación como para definir el camino que tomaremos en la solución de nuestras dificultades tanto como en la proyección del país que queremos para nosotros y nuestras futuras generaciones.

Puede decirse entonces que los más de treinta y ocho millones de ciudadanos que componen el censo electoral han tenido la suficiente ilustración sobre los ofrecimientos de quienes aspiran a ser el próximo jefe del Estado. Pero también, sobre los riesgos que afronta el país si toma el camino de las propuestas populistas y de la confrontación social y política que se esconde detrás de quienes tratan de explotar la necesidad de cambio expresada por los colombianos.

Por todo ello, hay que salir a votar y a escoger un presidente que ante todo represente la voluntad de cambio sin exclusiones, sin confrontaciones y sin dividir nuestra sociedad a pesar de las dificultades que atraviesa. Hoy es el momento para la democracia.

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