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Compleja transición

El verdadero desafío es que se logre acercar al ciudadano a sus instituciones locales y que con ello se atiendan sus necesidades de forma más eficiente, que es en últimas lo que se busca al convertir a las ciudades en distritos especiales

22 de marzo de 2023 Por: Vicky Perea García

El esperado proyecto con el que se busca transformar a Cali en Distrito Especial inició su trámite en el Concejo. Lo hace cinco años después de que la ley 1933 de 2018 le otorgara esa condición a la ciudad y en el último respiro de este gobierno que terminará el próximo 31 de diciembre. Comienza así la verdadera discusión, que además de la reorganización en localidades y la nueva composición administrativa, deberá tener en cuenta la inversión que se requiere para conseguir los cambios.

Distrito Deportivo, Cultural, Turístico, Empresarial y de Servicios es el extenso título que le fue concedido a la capital del Valle, que sugiere mucho más que prescindir de la palabra Municipio o hacer una reforma que descentralice las funciones que se concentran hoy en la Alcaldía y sus dependencias, incluido el manejo del presupuesto para la ciudad. El verdadero desafío es que se logre acercar al ciudadano a sus instituciones locales y que con ello se atiendan sus necesidades de forma más eficiente, que es en últimas lo que se busca al convertir a las ciudades en distritos especiales.

De los 104 artículos que conforman el proyecto de acuerdo presentado al Cabildo el martes anterior, así como del debate que comienza en la corporación, en el que se espera una amplia participación de los caleños, de la academia y del sector gremial, deberá salir la próxima estructura de la ciudad y la manera como se asumirán las nuevas responsabilidades. La distribución de las localidades, que según la propuesta serían siete -seis urbanas y una rural- necesita ser equitativa, responder a intereses comunes y garantizar la resolución de los problemas que hoy afectan a Cali.

El proceso, una vez se apruebe en el Concejo, se alargará más de lo que en principio proyectó la actual administración. Ya no sería en 2024 sino en 2027 cuando se elegirían los ediles y alcaldes locales, que serán quienes en adelante administren los recursos públicos, también descentralizados, y quienes tomen las decisiones y elaboren los planes de desarrollo a futuro. Será una transición que requerirá del compromiso que aquellos que asuman esas funciones y también de la vigilancia de ciudadanos y organismos de control para garantizar que se cumplan los objetivos que plantea el reto de ser un Distrito Especial.

Existen dudas y preocupaciones razonables que se deberán resolver en la discusión sobre la transformación de Cali que comienza en el Concejo. La principal tiene que ver con los costos que conllevará el cambio y cómo se financiará. Es por todos conocido el nivel de endeudamiento con el que quedará la ciudad una vez concluya el periodo del alcalde Jorge Iván Ospina, así como los compromisos financieros por los que deberá responder el próximo gobierno local. A ello se suma el rezago en obras esenciales para la capital del Valle, que se tendrán que realizar en los años siguientes.

Es claro que dar el paso de Municipio a Distrito Especial es más complejo que hacer una reforma administrativa o cambiarle la designación a la ciudad. Lo que se debe lograr es que con la transformación se consiga acercar más a los ciudadanos a las instituciones públicas, se atiendan las necesidades reales de 2,5 millones de habitantes y se resuelvan de forma eficaz los múltiples problemas que hoy aquejan a la capital del Valle.

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