Alerta temprana
Si bien hay que reconocer la reacción inmediata de las autoridades tanto nacionales como locales, preocupan las dificultades para que se cumplan los protocolos. De los 57 mil ciudadanos que deben salir del sector, apenas 14 mil se encuentran en las cabeceras urbanas. Los restantes 43 mil restantes están dispersos en las zonas rurales y son en su mayoría campesinos dedicados a la agricultura y la ganadería en pequeña escala que se niegan a abandonar sus tierras.
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7 de abr de 2023, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 05:54 a. m.
Armero es el recordatorio permanente de cómo frente a la eventualidad de un desastre natural, Colombia necesita prepararse bien y tomar las precauciones que correspondan para evitar una tragedia de mayores proporciones. Como ocurrió en aquel noviembre de 1985, el Volcán Nevado del Ruiz envía de nuevo advertencias que se deben atender con el propósito de salvaguardar la vida y la integridad de miles de colombianos.
El incremento de la actividad sísmica que registra entre dos mil y once mil temblores a diario, los cambios de temperatura dentro del volcán y la fumarola permanente en el cráter Arenas, llevaron a las autoridades a decretar el pasado 31 de marzo la alerta naranja. La probabilidad de que en las próximas semanas o días se presente una erupción es alta, lo que significa un riesgo para 57 mil habitantes de los 22 municipios de Tolima, Caldas, Risaralda, Quindío, Cundinamarca y Valle del Cauca ubicados en el área de influencia del Nevado.
Frente a esa posibilidad se activaron de inmediato el Plan Nacional de Respuesta, los programas de prevención y atención de desastres locales y departamentales así como los protocolos en las redes hospitalarias y de salud del suroccidente del país. Así mismo, se ha ordenado la evacuación de las poblaciones que se encuentran en mayor riesgo y se ha dispuesto de la Fuerza Pública para que apoye esa labor.
Si bien hay que reconocer la reacción inmediata de las autoridades tanto nacionales como locales, preocupan las dificultades para que se cumplan los protocolos. De los 57 mil ciudadanos que deben salir del sector, apenas 14 mil se encuentran en las cabeceras urbanas. Los restantes 43 mil restantes están dispersos en las zonas rurales y son en su mayoría campesinos dedicados a la agricultura y la ganadería en pequeña escala que se niegan a abandonar sus tierras.
A ellos hay que insistirles en que el peligro al que están expuestos es real, por lo cual la prioridad debe ser salvaguardar sus vidas. La tragedia que vivió Armero el 13 de noviembre de 1985, cuando la erupción del Volcán Nevado de Ruiz, inactivo durante 70 años, provocó el deslave del glaciar y avalanchas que causaron la muerte a 25 mil personas, no se puede repetir. Si bien el desastre natural era inevitable, la atención de las alertas tempranas lanzadas horas antes de la devastación probablemente hubiese salvado miles de vidas.
Treinta y ocho años después, la lección debe estar aprendida. Los avances tecnológicos y científicos de estas últimas cuatro décadas permiten anticiparse con mayor precisión a lo que puede ocurrir en el Volcán Nevado del Ruiz y están disponibles en primer lugar para evitar tragedias de mayores proporciones. Quienes se podrían ver afectados deben confiar en las autoridades y a su vez estas necesitan generarles la tranquilidad, la confianza y la seguridad que requieren para salir del territorio que se encuentra en riesgo.
No se trata de infundir temor ni mucho menos de causar pánico entre la población. El Nevado del Ruiz es un volcán activo, que incrementa su actividad cada cierto tiempo y para ello hay que estar bien preparados.
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