¿Vaca por la Mulaló - Loboguerrero?

En una deliciosa y veraz crónica, el exalcalde Rodrigo Guerrero nos cuenta cómo fue posible la construcción de la carretera al mar que nos conectó con el mundo desde el Pacífico sin que la gran beneficiada fuera la desventurada Buenaventura, hoy llevada de los mil demonios.

Dice Guerrero que esta vía se construyó gracias a la iniciativa de un puñado de caleños que -va a ser un siglo- constituyeron la sociedad constructora y se inició la suscripción de acciones, a 10 pesos cada una.

En esa vaca participaron desde los más prominentes y los más pudientes empresarios y riquitos de la época hasta las gentes del común incluyendo las lavanderas del río Cali y los lustrabotas, y ese capital inicial presionó a los gobiernos de turno para que terminaran tan magna obra.

Guerrero sostiene que esa vaca fue un claro efecto de lo que se conoce como la Eficacia Colectiva “una acción de varios ciudadanos que mueve voluntades, trasciende los vaivenes de los gobiernos y mantiene una voluntad inquebrantable hasta lograr sus objetivos”.

Eso mismo es lo que están haciendo los paisas, quienes nos siguen dando ejemplo de templanza y berraquera, y quienes están presionando duro al centralismo para que meta la mano, y a fe que lo van a conseguir.

¿Por qué no hacer entonces lo mismo con la moribunda carretera Mulaló-Loboguerrero? Porque así como vamos será el elefante blanco más vergonzoso de la vallecaucanidad.

Y lo peor es que buena parte de la platica está en los bancos durmiendo el sueño de los justos por una pelea entre el concesionario de la vía y una paquidérmica entidad que ni raja ni presta el hacha.

Triste afirmarlo pero yo no sé que nos pasó, que trapean con nosotros el piso y nos hacen pistola con los dedos de los pies, al tiempo que nos están mintiendo y engañando y nos dejamos meter el cuento y otras cosas más dolorosas.

Y así como se hacen bloqueos por todo -única forma que parece servir para ser oídos- pues hagamos lo propio porque esta vía no es solamente para los vallecaucanos, sino para Colombia entera que sería la más beneficiada con estos poquitos kilómetros, ni comparación con los miles que se construyen en otras regiones del país.

Pero como aquí padecemos del síndrome de la cenicienta y ponemos la mejilla izquierda cuando nos dan en la mejilla derecha, debemos reconocer que hemos fracasado en la estrategia del buenapersonismo y de la paciencia jobviana.

¡Hagamos la vaca, pero con un miura incluido!

Posdata. Les fue muy bien en sus primeros cien días a la goberDilian y al alcalde Eder. Las encuestas así lo dicen.

No nos equivocamos al elegirlos como si se equivocaron -y están bastante arrepentidos- quienes sufragaron por el tal cambio que patasarribó a nuestro país y la noche que llega.