Sube Asprilla y baja Petro
Derrotada la izquierda porque su plan era confuso, enredado, muy izquierdista y de marcado indigenismo.
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6 de sept de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:57 p. m.
Ayer, otro aniversario del incendio que los chulavitas le montaron a El Tiempo, a El Espectador, a las casas de Carlos Lleras y de Alfonso López Pumarejo al norte bogotano, un 6 de septiembre del año 1952. Pero hoy lo obligado es mirar hacia Chile, tierra de Salvador Allende, Gabriela Mistral, Lucho Gatica y Pablo Neruda. Es que en Chile minero le dieron una amarga paliza electoral al joven e inexperto presidente Gabriel Boric. A los seis meses de gobernanza aplastaron a votos su proyecto político izquierdista, indigenista, confuso, anticapitalista y aventurero.
Dos figuras del momento: “Sube Asprilla y baja Petro”. Y no es por imaginación periodística, es que al astro del fútbol Faustino Asprilla le celebraron sus amigos del fútbol, en un programa delicioso de Caracol Televisión, sus 30 años de jugosa y mágica carrera.
Para quienes no saben quién es Faustino Asprilla, les ayudo y gratis: es un futbolista colombiano que en Brasil e Italia alcanzó una fama monumental por su juego mágico, por su dominio del balón, por sus goles inolvidables, por su carcajada alegre, porque en una noche al Barcelona le clavó tres goles en un partido jugando para el New-Castle de Inglaterra.
Entre los futboleros ingleses no hay idolatría para García Márquez, pero sí la hay para el colombiano Faustino Asprilla. Muy merecido el homenaje y vale recordarles que Faustino fue figura grande en aquel partido que le ganamos por cinco a cero a los argentinos, victoria que nadie en este país ha podido olvidar. Punto.
Es noticia mundial el resultado electoral de las elecciones del domingo en Chile. Derrotada la izquierda porque su plan era confuso, enredado, muy izquierdista y de marcado indigenismo. Ante eso el presidente Petro cometió una ‘pifia’ de colegial, dijo a la ligeronga: “Revivió Pinochet” y quedó fatal, porque Pinochet murió hace muchos años y en Chile es un fantasma de poco peso. Petro cayó en algo penoso: “Intromisión en asuntos de un país soberano”.
Todavía me indigna lo que hizo el ejército chileno con Neruda, perseguirlo, hostigarlo y negarle atención médica. Todavía me indigna lo que hicieron Pinochet y sus vándalos con el presidente legítimo Salvador Allende, bombardearle su despacho. Y ojo a Chile. Allá se derrumbó el gran poder indigenista, algo locato, muy belicoso, pendenciero y anarquista.

Empresario editorial, exparlamentario por el movimiento cívico 4 años, en la actualidad, columnista El Tiempo, hace 38 años; columnista de El País y revista Aló, hace 33 años; comentarista de televisión hace 32 años, todos vigentes. Es autor de un libro sobre García Márquez, colaborador ocasional de revistas. Reside en Bogotá hace 45 años.
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