En Bogotá no hay alcalde

Rocambolesca, divertida y desordenada la partida para gobernadores, concejales y alcaldes. Voto en Bogotá, aquí vivo hace 50 años. LLegué en un bus escaso de dinero, de ropa y con buenas lecturas en la memoria. Fui parlamentario aplicado (gracias al amigo inolvidable, José Pardo Llada). Antes exitoso vendiendo enciclopedias de McGraw-Hill. Y antes en Carvajal & Cía. que, casi la vuelvo Carvajal & Rentería. A esa empresa le sigo muy agradecido. Punto.No hay alcalde fijo para Bogotá. Sube Peñalosa, buenísimo. Cuando Petro y Carlos Vicente de Roux denunciaron el atraco millonario a Bogotá y sus paga impuestos, en el Polo y la izquierda que lo eligió, les pusieron pocas bolas. Tremenda pifia que hoy le cobran a la candidata Clara López, que es una señora correctísima. Los pícaros escondieron bien sus trampas, por eso ella no se enteró.Hoy que veo a tantos notables enredados en millonadas con el Gobierno, me felicito al no haberle aceptado al presidente Uribe el cargo más buscado en Colombia, el de Comisionado Nacional Para la Tv. Me nombró y porque allí manejaban miles de millones, no acepté. Renuncié a dos carros blindados, jugoso sueldo, cuatro tiquetes internacionales al año, millón y medio de pesos diarios de viáticos y a seis asesores. No acepté ese baloto burocrático y me gané 7987 aplausos. Cumplidos 50 años viviendo en Bogotá, laboro en televisión, radio, periódicos, dos revistas y no lo hago del todo mal. Toca payasear para no llorar por el asaltado país. Punto. Gabo sí se pifiaba. El cuentista de Macondo decía que el día que el mundo fuera gobernado por las mujeres, habría cero corrupción. Se pifió García Márquez, hoy muchas mujeres están en líos judiciales por robos millonarios. Digo Cristina Kirchner, (dueña de la Argentina política), Michelle Bachelet, persona intachable (por avionadas de su hijo), Dilma Rousseff en Brasil, en desfalcos y trampas millonarias de su partido político. En Colombia, política y economía fatal. Santos hace lo que puede. Los 400 mil galones de petróleo lanzados a los ríos nos dejaron tristones. Colombia con arriendos y alimentos más caros que Madrid y Miami. Y en el poder muchos derrochan en tiquetes, caravanas a Europa, mermelada, vuelos ‘charters’ y autopublicidad. Y llegó la megacrisis, bajó el petróleo y subió el dólar. Y yo a celebrar mis 50 años en Bogotá con un almuerzo de amigas caleñas, divertidas y gozetas como María Clara, Sandra, Virginia y Lety. ¡Buena nota en valluno..., vé!