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El golazo de la línea gay

Ni crean que voy a meter a Cristiano Ronaldo y a Neymar en el equipo gay o en el ‘Frelimo’, ‘Frente de liberación homosexual’. Es que la línea gay hizo un golazo de chilena, hizo, paralelo al fútbol de Moscú, un desfile sensacional, altanero, fiestero y alegre:

3 de julio de 2018 Por: Poncho Rentería

Ni crean que voy a meter a Cristiano Ronaldo y a Neymar en el equipo gay o en el ‘Frelimo’, ‘Frente de liberación homosexual’. Es que la línea gay hizo un golazo de chilena, hizo, paralelo al fútbol de Moscú, un desfile sensacional, altanero, fiestero y alegre: la Marcha del Orgullo Gay en Bogota, Cali, Medellín y Pereira. Hubo alegría, alto coraje y mirando en alto porque su ‘Marcha’ es una conquista bien ganada a la reacción. Con derroche de colores, ropas atrevidas, pintas exóticas, muchas plumas y lentejuelas, peinados loquísimos, labios bañados en rouge y tacones desfilaron felices.

¿Han seguido el Mundial-Moscú futbolero? Les felicito, yo también. ¿Les está haciendo falta la política y el duelo de petristas contra uribistas? Frescura, fue suficiente, la campaña fue larguísima, el periodismo, los trinos y las redes nos contaron todo. De esa campaña política quedamos hasta la coronilla. Por eso, media Colombia ha mirado hacia el fútbol en Moscú que tiene goles y antes era sede de la KGB y el espionaje ruso.

Vuelvo a la marcha gay. Saludable que en este país reaccionario, intolerante y machista, cien mil personas desfilen por las calles en tonos alegres y coquetones, celebrando el festivo ‘Día del orgullo gay’. Una amiga mía, militante lésbica, desfiló con su novia y me contó que fue feliz y se sintió libre porque tras muchos años de represión “salió del clóset”. En Bogotá el desfile homosexual resultó muy estético, con música, brasieres, ligueros, pantys, candongas y labios con mucho rouge. Fiesta con personalidad, amor propio y alegría. Punto.

Vuelvo al fútbol Moscú. Vía televisión seguí a los comentaristas argentinos del fútbol. Muy regulares, gritaron e insultaron a Messi. Pedantísimos. Quienes sí ganaron aplausos fueron los comentaristas de radio y televisión colombianos en Rusia. Opinaron sin folclorismo ni furias. Por ellos supimos de las calles y tiendas moscovitas, del pueblo ruso, del ‘oso moscovita’ y del ‘Oro de Moscú’ que tanto persiguió el DAS hace 40 años y le montó novelones.

Aleluya: los viajeros colombianos en Rusia fueron heroicos, hicieron viajes de 12 horas en trenes fatigantes y viejos para ver a James y Yerry Mina. La calidad manda, Brasil campeón. Y en 33 días hay cambio de gobierno, sube “el que dijo Uribe”, el que llamaban “títere” y sacó diez y medio millones de votos. Amarga tarea: gobernar Colombia, un país en bancarrota, con mil problemas, dividido en dos bandos políticos, con vida carísima y bajos sueldos. Un país en autogol.

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