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Con ganas de un feliz año 21

Quizá molestó mucho la foto que Claudia y su esposa Angélica se tomaron en el aeropuerto y la colgaron en las redes. Viajar de turismo en silencio, sin ruidos, es lo más sensato y no lo hicieron así.

5 de enero de 2021 Por: Poncho Rentería

En Bogotá estamos en emergencia. Los números de infectados crecen y baja servicio en los hospitales porque no hay camas y el personal médico está trabajando 18 horas diarias. Critican con fuerza en esta asustada capital que Claudia López fuera a su viaje de descanso así dejara en el puesto a un jurídico encargado, Luis Ernesto Gómez, que conoce bien el aparato de salud y gobierno y se lleva bien con la Policía y los alcaldes menores.

Quizá molestó mucho la foto que Claudia y su esposa Angélica se tomaron en el aeropuerto y la colgaron en las redes. Viajar de turismo en silencio, sin ruidos, es lo más sensato y no lo hicieron así. Elevar al mundo una foto era innecesaria.

Pero la pifia de Claudia es nada frente al monumental ‘oso peludo’ del exministro Guillermo Rivera quien colgó en su Facebook gran imagen a colores en mitad de un río posando él y su señora en ropas ligerísimas. Ropa de baño. Tonta vanidad, Guillermo Rivera que ha sido embajador y no es un principiante en política, debe saber que es de mal gusto restregarle a otros en mala situación que anda en parranda muy alegrón y que anda ‘happy happy’. La felicidad es propia e íntima y no debe restregarse al que anda tristón y desempleado y sin un peso en el bolsillo.

Como anoche llegaron los reyes magos a Bogotá, en buseta y sin regalos, les invito a que cada día sintonicen el telecanal alemán DW porque su noticiero internacional a las cinco y seis p.m., educa e informa y muestra países donde nunca iremos, digo Ucrania, Arabia Saudita o la Mongolia, capital Ulán Bator en la siempre congelada Siberia.

La DW tiene una corresponsal en Colombia que derrocha antigobiernismo en sus informes y al presidente Iván Duque lo pintan casi dictador y le muestra especial antipatía. Decir feliz año es una forma cordial de saludo que se recibe bien y ojalá la mantengan hasta marzo. Siempre suena bien oír “Hola vecino, feliz año” y da para el tendero y los porteros y el celador. Y como suena bien, háganlo. Como no es de buena educación anunciar tragedias, yo les digo: estamos en un problemón mundial, se nos acabó la fiesta, ese bicho nos jodió el caminado al futuro.

Un ‘Feliz año 21’ y ojalá sea cierto.

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