Al banquillo dos ministros
Hoy diciembre 20 no tengo ninguna fórmula genial para arrodillar al dólar, pero sí tengo una certeza: que la economía del colombiano medio está fatal, que para 27 millones de colombianos esta Navidad es tristona, preocupante, pesimista.
“Todo está barato, baratísimo”, pero no para ustedes, para los banqueros y parlamentarios que ganan 30 millones mensuales; “todo barato y baratísimo” para ocho mil millonarios colombianos y para los ‘Ñoños’ que recibieron millonadas de la tramposa Odebrecht. Punto. Hoy diciembre 20 no tengo ninguna fórmula genial para arrodillar al dólar, pero sí tengo una certeza: que la economía del colombiano medio está fatal, que para 27 millones de colombianos esta Navidad es tristona, preocupante, pesimista. Motivo: su poco dinero no les da para compra aguinaldos sencillos ni para tener en casa alimentos y juguetes. Punto.
La Navidad no existe para los ministros Mauricio Cárdenas y Luis Carlos Villegas. No tienen tiempo para ir de compras, tampoco a los almuerzos y parrandas navideñas. A Mauricio Cárdenas Santamaría (61 años, 84 kilos, altísimo), le toca torear como Minhacienda la deuda externa de ciento veinte mil millones de dólares. A este ministro los brujos económicos y los exministros hacendistas hoy le censuran que haya ninguneado la rajada que le dio a la economía colombiana la poderosa Standar & Poors. Esa firma dijo algo amargo: en Colombia 2017 los resultados económicos son pobretones, son tercermundistas y crecen poquito. Una prueba: a los jubilados no pudo cumplirles la promesa de rebajarles cuotas en salud. Punto.
Otro ministro en apuros, Luis Carlos Villegas, maneja las relaciones del gobierno con las Farc y el ELN y los miles de asaltantes que quieren ‘perdón y olvido total’. Le toca torear broncas en Nariño, Cauca, Urabá, Antioquia, Caloto y Tumaco por el reventado orden público. El periodismo y 787 politólogos lo tienen con tarjeta amarilla como en el fútbol. Nos es muy querido el ministro Villegas por muchos políticos gobiernistas que están en apuros electorales. Esperan mermeladas o ayudas similares del ministro y él no les ayuda por ser novato en esas tareas. Punto.
Aleluya: un grande, un duro musical, el Yuri Buenaventura, triunfante en París, Marsella, Lyon, Bruselas y Barcelona, se toma esta noche el teatro Colón de Bogotá. “Del manglar al Colón”, me lo dijo entre risas. ¡Disciplina y talento, eso tiene el genial Yuri Buenaventura! El teatro Colón es bellísimo, está remodelado, la ministra Mariana Garcés empujó su renovación. Bravo: el histórico Colón para el bacanísimo Yuri, hijo ilustre de Buenaventura.