42 generales al dulce ocio

Mucha rumba en el puente, eso habla bien de un país porque si la gente se divierte ‘nadie le quita lo bailao’, y es un dicho madrileño sabrosón. Y en agosto estamos con cometas por los aires y un calor delicioso. Rumba y realidad: mañana otro aniversario del asesinato de Luis Carlos Galán. Como los jóvenes de 18 a 33 años no saben historia de Colombia ni de sus prohombres, les cuento que Galán fue un ejemplo de seriedad política, de juego limpio y lo mataron porque era antimafias, anticorrupción y enemigo de políticos manilargos.

Galán ocho días atrás sufrió un atentado fallido en Medellín del que salió ileso por un pelo. Sin embargo, le organizaron una innecesaria manifestación, cinco días después en Soacha, allí lo esperaron los sicarios de Escobar y de El Mexicano, un exótico hijo de Ubaté que se creía mexicano y era fanfarrón, fantoche y mujeriego como Juan Charrasqueado. Retó al Estado y lo ametrallaron como a un jabalí. Punto.

Eligen mañana Contralor General. Es un nuevo emperador, un superjefe escogido por los prohombres de la democracia: Francia Márquez Mina, Verónica Alcocer, Angela Benedetti, Roy Barreras, Armando Benedetti, Dilian Francisca más el teso Roosevelt Rodríguez y el emperador derrotado César Gaviria Trujillo. Alguno de ellos dice a su ministro: “Nómbrame a este fulano en el Sena y yo te ayudo a que te entreguen otra camioneta blindada, allá si hay colegaje.

En el altísimo gobierno hay el plan de ‘limpieza general en las oficinas oficiales’, planean bajo el ritmo salsómano de Anacaona y de “Quítate tú pa’ ponerme yo”. Con eso, joden a los funcionarios pilos y honestos. Vale otros años, mandaban Balcázar, Marino Rengifo, Carlos Holmes, Dilian Francisca & Cia.

Se volteó la tortilla. Mandan otros y vienen los del DAS, el servicio de inteligencia que se lo disputan muchos. Enseguida voy a grabar televisión (espacio Caracol TV), hablaré contra la marrullas y compadrazgos que se mueven cuando planean elegir al superjefe de la Contraloría General, y ganará la de Roy y Benedetti, Marta Lucía Rangel. Así de rica es la pseudodemocracia. Algo es algo.

Ahora a trabajar, a pagar impuestos, a declarar renta y de paso a recomponer las amistades que se jodieron por discrepancias políticas. ¿Se abrazarán con la Primera Línea combativa? Le respondo en la próxima.