Columnista
Cali ya tiene el cuerpo, falta la jugada
El deporte, como campo transversal para el desarrollo, exige formación en gestión, tecnología, innovación, derecho y políticas públicas.
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11 de ago de 2025, 01:04 a. m.
Actualizado el 11 de ago de 2025, 01:04 a. m.
Siempre que no nos reúnen los proyectos en común, tengo una conversación recurrente con mi amigo Santiago Arroyo -consultor, profesor, y probablemente quien más sabe de desarrollo territorial en esta región-.
Santiago, amante del fútbol (aunque, lamentablemente, no del verde), suele trazar con nitidez cómo Cali, como Distrito Especial, podría catapultar su legado deportivo más allá del conformismo que se refugia en una buena historia para contar.
Coincidimos, como pocos discutirían, en que nuestra ciudad ha sido, con razones sólidas, llamada la capital deportiva de América. Aunque varias urbes del continente reclaman ese título, aquí hay hechos que lo respaldan, sin necesidad de medirnos con quienes juegan en otra liga de recursos.
Cali ha sido un semillero constante de talento gracias a la confluencia afortunada de escenarios, entrenadores, instituciones y una comunidad que, sin distinción de estratos, ve en el deporte una vía legítima de progreso. A diario, atletas locales y foráneos -muchos provenientes del norte del Cauca y el litoral Pacífico- encuentran en la brisa de los Farallones un clima propicio para su formación y proyección.
Desde los Juegos Panamericanos de 1971, nuestro mayor parteaguas urbano, la ciudad respira deporte. Decenas de citas orbitales, torneos continentales, los Juegos Mundiales 2013 ya casi olvidados y cientos de eventos anuales han tejido una memoria deportiva que aún palpita.
En medio de la conversación, surge el dato: más de 500 escenarios deportivos distribuidos en comunas y corregimientos; 44 de ellos de alto rendimiento y con cobertura en prácticamente todas las disciplinas olímpicas. Pero también la sombra: el 60 % de esa infraestructura está en mal estado, y su recuperación costaría cerca de medio billón de pesos.
“Ahí está el reto”, repasamos casi al unísono, “pero también la oportunidad”, convertir a Cali en ciudad-región deportiva, donde talento e infraestructura se unan a la fuerza empresarial para impulsar inversión, empleo y proyección internacional.
Esa visión incluye proyectar a la ciudad como polo para marcas globales -Adidas, Nike, Puma o emergentes- que buscan ecosistemas capaces de transformar talento en industria sostenible, con infraestructura multipropósito, eventos internacionales y una cadena de valor que vincule deporte, ciencia aplicada, salud y sostenibilidad. Todo ello, con un impacto medible en la marca ciudad.
Pero para avanzar, es indispensable actualizar los indicadores de participación, uso y cobertura de los escenarios, integrarlos en una estrategia de inversión focalizada y sumarlos a capacidades académicas. En este punto, la fuerza empresarial es clave, no como espectadora, sino como socia estratégica que transforme el potencial en proyectos, mercados y empleo. Nuestro tejido productivo tiene vocación, resiliencia y base instalada; solo falta ejecutar la jugada decisiva.
La academia pública y privada no puede quedar al margen. El deporte, como campo transversal para el desarrollo, exige formación en gestión, tecnología, innovación, derecho y políticas públicas. Universidades líderes en Norteamérica, Europa y Asia Pacífico llevan décadas formando en administración deportiva, economía del deporte y marketing especializado, con experiencia y metodologías que son referentes mundiales.
No es casual que esas naciones dominen podios olímpicos, campeonatos mundiales y otras grandes citas. Con visión y decisión, Cali podría, en poco tiempo, ocupar un lugar protagónico en la conversación deportiva latinoamericana.
No se trata solo del deporte que practicamos, sino de asumir si queremos jugar en una liga distinta, la del futuro. Y, como siempre, el liderazgo y el balón están en la cancha de la Administración Distrital.
El resto ya está en pie. Y si aún queda duda, afirmamos con convicción que estamos listos para medir cuánto impactaría este impulso en la paz y la integración territorial. Créame, amigo lector: el potencial es mayor de lo que imagina.

Consultor internacional, estructurador de proyectos y líder de la firma BAC Consulting. Analista político, profesor universitario.
6024455000





