ELECCIONES PRESIDENCIALES
'Votar en contra de...', la tendencia que dominará en las Presidenciales; ¿por qué llegamos a ella?
La práctica del voto útil se está volviendo cada vez más común en Colombia y, de acuerdo con analistas, puede traer graves consecuencias para la democracia.
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

24 de abr de 2022, 07:55 a. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 05:57 a. m.
El estilista Johan Vargas (nombre cambiado por petición de la fuente) aún no ha definido por quién votara en las elecciones del 29 de mayo. Lo único que sabe con certeza es que su voto “será en contra de Gustavo Petro, porque nosotros, como colombianos, conocemos su historia: es terrorista, comunista, no le va a aportar a Colombia bienestar. Por eso, creo que votaré por ‘Fico’ o por Fajardo. Es mejor quedarnos con el dolor, ya que no sabemos si la medicina puede ser mejor o peor”.
Este ciudadano, dueño de una peluquería, expresa que, como microempresario, tiene miedo de que el candidato del Pacto Histórico llegue a ocupar la silla presidencial, pues cree que podría cambiar la Constitución, el modo de vivir en el país, el modelo de economía y Justicia en Colombia.
Por eso, dice, está dispuesto a votar por quien sea que llegue a ser la competencia del exalcalde de Bogotá en su camino hacia la Casa de Nariño. “Nosotros sabemos cuál es la enfermedad, qué analgésico podemos tomar, mas no qué remedio nos traiga el mandato de Petro. Antes de exponernos a saber si mejoramos o morimos, es mejor seguir con lo mismo e ir en contra de Petro”, explica.
Cada vez es más frecuente oír opiniones como la de Vargas*: no se vota a favor de un candidato sino en contra de otro para que, en la medida de lo posible, este último no llegue al poder.
Así lo hará el odontólogo Pedro Palacio (nombre cambiado por petición de la fuente), petrista hasta los tuétanos, que ante la pregunta de una eventual segunda vuelta Fajardo-‘Fico’, dice que sería capaz de votar por el candidato de la Coalición Centro Esperanza con tal de que no gane el representante de Equipo por Colombia.
“Pese a que ambos serían pésimos presidentes, votaría por Fajardo, por ser más ético”, manifiesta.
Que la ciudadanía no opte por un
voto programático sino de opinión
en contra lacera el sistema democrático participativo colombiano, comenta Martha Useche.
Esta actitud de Vargas y de Ortiz está asociada con el llamado voto útil, explica el docente de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia Carlos Andrés Arias, el cual consiste en “votar no a favor de un candidato sino en contra de otro, en consideración a que es más útil mi voto por aquel aspirante que si bien no representa mi ideología ni mis intereses no atenta en contra de ellos o me genera menor miedo”.
Para Álvaro Enrique Duque, PHD en Ciencia Política, profesor e investigador del Politécnico Grancolombiano, este voto se está volviendo común por varios motivos:
1. El desprestigio de la política y los políticos por la mayor exposición que tienen hoy. Ellos mismos, incluso, se quieren exponer más en la carrera por ganar espacios en los medios sociales (Facebook-Twitter-Instagram-Tik Tok) y en los medios convencionales.
Esa mayor exposición y los escándalos protagonizados (parapolítica, farcpolítica, corrrupción) ha contribuído a su descrédito. Los políticos ya no son los líderes de referencia en una sociedad, apunta Duque, así que “ya la gente no está votando con orgullo por un candidato, sino que lo que hace es votar por el menos malo y por esa idea se cuela la de votar en contra: ‘Yo no voto por el que me convence sino para lograr que no llegue el que no me convence”, precisa el docente.
2. Los cambios en las leyes electorales que han fortalecido la oposición (Estatuto de la Oposición), que a la vez contribuyen a que aumente la polarización, lo que propicia que la gente escoja votar en contra. Por ejemplo, argumenta Duque, muchas personas están en la campaña de Gutiérrez no porque los convence ese aspirante sino porque no van a permitir por ninguna razón que suba Petro a la Presidencia. O sea, el voto es contra la ‘carta’ del Pacto Histórico y no a favor del candidato del Equipo por Colombia.
Y del otro lado pasa lo mismo, agrega Duque. Con mucha frecuencia se oye decir a ciudadanos que no están seguros de las políticas de Gustavo Petro, de los personajes que lo acompañan, pero de lo que sí están seguros es de que hay que acabar con la era uribista, que para muchos hoy está representada en Gutiérrez. Entonces, no se identifican plenamente con el actual senador y exalcalde de Bogotá sino con un discurso antiuribista, lo cual los lleva a votar por Petro.
3. La lógica del funcionamiento de las redes sociales, que favorecen discursos polarizantes y la creación de espacios en los que la deliberación de los programas de gobierno poco existe. Además, las personas siguen a los que piensan de forma similar a ellas y terminan en burbujas de pensamientos que propician los extremos y el miedo al que piensa diferente.
4. El miedo y el odio al otro, también propio de las redes sociales, donde los ciudadanos se desahogan y propician el voto en contra.
Un voto emocional
El voto útil es absolutamente emocional, pues se produce por la exacerbación de las emociones, la indignación o una carencia ideológica, explican los expertos.
Se presenta más en las elecciones uninominales: Presidencia, Gobernación, Alcaldía, porque allí se genera la personalización de la política: esta deja de ser un fenómeno de ideas, de partidos, de propuestas, y da paso a una donde la gente se centra más en la personalidad del político, en su imagen pública, y lo que él representa es uno de los atributos que mayor valor tiene en el proceso de decisión del votante.
“Es el candidato que más se parezca a mí o el que mejor refleje mis valores, mis creencias, mis dogmas de fe o mis gustos o preferencias”, precisa Arias.
La politóloga Martha Useche, docente e investigadora del programa de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Areandina, considera que este fenómeno de votar ‘en contra de’ es más visible en las elecciones para Presidente, especialmente en segunda vuelta, dado que, entre otros motivos, en primera vuelta se tienen varias opciones y no hay claridad de quienes serán los que ganen las mayorías.
Pero en segunda ronda, el que tenga la votaciones más alta será el Presidente y es en ese momento en el que los sentimientos de desconfianza y miedo a lo mismo o a lo diferente toman vida y la población se polariza tanto que algunos electores buscan es no estar peor.
Como lo hará la abogada Estéfani Andrade (nombre cambiado por petición de la fuente), quien manifiesta que en primera vuelta votará por Sergio Fajardo, a quien considera un hombre bien formado académicamente, transparente, honesto, centrado, que no promete imposibles, que no es populista, que no hace alianza con gente corrupta.
“Me gusta, sin creer que es el mesías ni el hombre perfecto. Pero si no llega a segunda vuelta, “votaré por ‘Fico’, así no me guste ni poquito, como lo hice la vez pasada por Duque, con tal de que Petro no gane”, advierte.
A ella, el candidato de la coalición de izquierda no le resulta un ser confiable, ya que lo considera ególatra, “con tintes de emperador chino o zar ruso, que usará cualquier mecanismo jurídico para reformar la Constitución o lograr la disolución del Congreso o propondrá una nueva Constituyente para hacerse reelegir y comenzará a unificar el poder, a destruir la oposición, las instituciones, todo”.
Candidatos de los extremos son los más interesados en fortalecer la idea del voto en contra porque así reciben adhesiones de la gente que no es afín a ellos.
Consecuencias nefastas
Para los analistas consultados, el hecho de que se generalice este tipo de voto puede traer graves consecuencias para la democracia colombiana.
El profesor Duque argumenta que, al tener un voto en contra en vez del voto por los programas, hay una disminución de la capacidad deliberativa de la sociedad, se pierde uno de los puntos esenciales del sistema democrático.
El voto en contra es como una patente de corso para que lleguen gobernantes autoritarios que no discuten una propuesta, sino que la imponen, señala el docente.
El perjuicio del voto en contra es total, interviene el también docente Arias, y la única manera de combatirlo es evitar que el sufragio sea tan emocional y buscar uno más racional. Esto obliga al ciudadano a cualificar su voto y la forma de hacerlo es leer, entender, preguntar por las propuestas de los candidatos, que establezcan cómo se harán posible esas promesas de campaña que están haciendo.
El voto en blanco
Para la politóloga Martha Useche está la opción del voto en blanco. Los ciudadanos desvalorizan el poder de este, creen que es tirarlo a la basura y olvidan que una de las intenciones del sufragio no es solo elegir sino mostrar si el sistema democrático es legítimo, si incluye y representa mis posturas o no, si tenemos consenso o disenso.
“Votar en blanco ratifica la pluralidad democrática del Estado al contarse como parte del censo electoral activo”, afirma Useche.
La investigadora aconseja también que la ciudadanía opte por el candidato que le plantee a cada persona la senda que desea para esta nación y para eso es necesario conocer su programa de gobierno, el cual se traducirá en Plan de Desarrollo.
Reportera Web
6024455000






