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En Santa Marta, se llevó acabo la entrega del informe de violencia sexual contra hombres, hechos cometidos en el conflicto armado colombiano, a la unidad de investigación y acusación de la JEP. | Foto: Foto: Especial para El País

CONFLICTO ARMADO

Hablan los hombres que fueron abusados sexualmente durante el conflicto

‘Deponer las armas, retomar las almas’, es el informe que recibió la JEP por parte de 82 hombres, de las regiones más apartadas del país, que fueron víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado. Testimonio de un valiente.

1 de mayo de 2022 Por: Por Tatiana Cuero, Semillero de Periodismo UAO- El País

Las atrocidades del conflicto armado colombiano siguen saliendo a la luz desde diferentes regiones del país, todo gracias a las voces de las víctimas, quienes buscan justicia y de alguna manera desahogar la brutal situación vivida.

En días pasados, en el Teatro Santa Marta, de la capital del Magdalena, tuvo lugar la presentación de ‘Deponer las armas, retomar las almas’, un informe de violencia sexual contra hombres en el conflicto armado colombiano que fue entregado a la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP. A este acto asistieron más de 150 víctimas de la violencia.

Gabriel Gallego Montes, profesional de las Ciencias Sociales, formado en docencia e investigación de alto nivel en el campo de los estudios de población, familia y género de la Universidad de Caldas, fue el responsable del prólogo del mencionado documento, en el que se describen los difíciles momentos que vivieron 82 hombres víctimas de abuso sexual. El informe fue recibido por la magistrada de la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de la JEP, Heydi Baldosea.

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La Universidad de Caldas, desde la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y el Observatorio de Género y Sexualidades Gesex, fueron invitados al evento para compartir esta investigación académica que pone de manifiesto este problema profundamente invisibilizado en contextos de conflicto armado.

Cuenta la historia de 82 hombres que decidieron romper su silencio e iniciar un proceso de denuncia junto a Ángela María Escobar, coordinadora de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales y miembro de la Junta Directiva del Sema, la Red Global de Víctimas y Sobrevivientes de la Violencia.

Una voz valiente

Víctor Castillo*, de 50 años, proveniente del municipio de Chigorodó, Antioquia, es uno de los 82 hombres que durante años ocultó el evento traumático que experimentó. Vivía solo con su madre, que ya estaba separada de su papá. Ellos habitaban en una vereda muy alejada del pueblo y que estaba rodeada de gallinas, caballos, vacas y otra clase de ganado. Disfrutaba cosechar maíz, plátano, yuca, tomate y demás alimentos, así no necesitaban comprar cosas en el pueblo.

En esa vereda, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, constantemente se quedaban a acampar y vigilaban los movimientos de cualquier campesino. Si alguien se dirigía al pueblo a una cita médica o incluso, a una tienda, ellos debían de estar al tanto.

Según la Unidad de Víctimas, los hombres que sufrieron de violencia sexual son campesinos, afrodescendientes y personas que vivan en condiciones vulnerables y precarias en el país.

Víctor hace parte de la comunidad Lgbtiq+ y en ese entonces, recibía comentarios ofensivos sobre su orientación sexual por parte de miembros del grupo guerrillero. “Los maricas son lo peor de la faz de la tierra. Deberían de destruirlos, descuartizarlos, quemarlos y desaparecerlos”, eran algunos de los comentarios que escuchaba con frecuencia. Sin embargo, él los ignoraba porque sabía que vivía en una zona peligrosa y defenderse podría ponerlo en peligro a él y a su mamá.

“Todo el tiempo traían personas de otra parte y las mataban. La gente aparecía muerta en caminos, carreteras, ríos y quebradas; metidos entre costales, descuartizados y comidos por los gallinazos”, relata.

El 12 de junio de 1992, la madre de Víctor se fue para la cabecera municipal de Chigorodó a una cita médica, por lo que él se quedó solo en la casa. “A las 10:00 a.m., llegaron 20 guerrilleros preguntando por mi mamá. Yo les dije que ella no estaba y que si necesitaban algo yo les podía ayudar”. En ocasiones, estos grupos armados ilegales iban a las viviendas a comprar alguna gallina o marrano para cocinar. Por eso, a Víctor no se le hizo extraño ver llegar a estos hombres a su casa. Insistieron en que necesitaban a la madre y cuando dijo que ella se demoraba, uno de ellos exclamó: “Está muy alzado. Venga más bien para acá”.

El conflicto armado en Colombia, que involucró a grupos guerrilleros y al Ejército Nacional, duró más de 50 años y dejó más de 7 millones de desplazados.

Dirigieron entonces a este joven, que para aquél tiempo tenía 17 años, hacia un bosque muy lejano de la vereda. Caminaron alrededor de media hora, diez hombres adelante, Víctor en el medio de la fila y los otros diez atrás. Al llegar, le dijeron que si no aceptaba lo que le iban a hacer, se lo harían a su mamá. Él automáticamente aceptó. “Tenían unas puñaletas muy grandes y me las pasaban con fuerza por el cuello. Me rajaron la camiseta, partes del pantalón y en un segundo quedé desnudo.

Empezaron a penetrarme brutalmente. No podía gritar ni hacer ningún gesto, yo me tuve que quedar quieto mientras me apuntaban con armas de largo alcance”, recuerda Victor.

Luego de que muchos de estos hombres lo abusaran sexualmente, Víctor perdió el conocimiento. El hecho ocurrió aproximadamente a las 11:00 a.m. y el menor de edad se despertó alrededor de las 5:00 p.m. Como pudo, se colocó las partes del pantalón que quedaron sirviendo y se fue descalzo a su casa. Guardó ese secreto durante 30 años. Entró en una depresión profunda y en muchas ocasiones pensó en quitarse la vida.

“No salía. Yo quería vivir metido dentro de un cuarto oscuro, no quería ver ni la luz del sol porque estaba lleno de miedo. Prácticamente a uno le roban el alma”, declaró.


En el contexto del conflicto armado colombiano, las mujeres son las principales víctimas de violencia sexual. El Registro Único de Víctimas (RUV) indicó que de las 31.495 personas registradas, el 92,58 % eran mujeres. Pero en la guerra de Colombia, en menor medida, los hombres también sufrieron violencia sexual. El 5,81% de los registrados en el RUV eran hombres. Ese porcentaje corresponde a 2140 varones.

Hay más beneficios hablando

En el 2015, Víctor conoció Mujeres del Plantón, la organización de Fanny Escobar que con plantones y artes manuales visibilizan y exigen la garantía de las víctimas de violencia de género.

Ahí se dio cuenta de que muchos hombres, al igual que él, habían pasado por lo mismo, así que comenzó a asistir a las capacitaciones. Para el 2019, fue contactado por La Red de Mujeres Víctimas y Profesionales y con ayuda de la directora, Ángela Escobar, denunció su caso de violencia sexual.

“Tengo muchas cosas que sanar todavía, pero ya puedo hablar tranquilamente del tema. Este delito es un crimen contra nuestros cuerpos y nuestra identidad, que muchos hombres padecimos. Lo que queremos con este informe es que la JEP profundice y juzgue a los victimarios y que el Estado realice una reparación colectiva porque somos muchas las víctimas”, sostuvo Víctor, quien actualmente está haciendo los trámites para entrar en el Politécnico Grancolombiano para estudiar Administración Pública. Además, quiere seguir ayudando a muchas otras víctimas a que denuncien. “Me di cuenta de que tenemos más beneficios hablando y haciendo visible lo que por décadas ha sido invisible”, afirma.

De acuerdo con el Registro Único de Víctimas (RUV), de las 31.495 personas registradas, 2140 hombres fueron objeto de violencia sexual.

El director de la Unidad de Investigación y Acusación, Giovanni Álvarez Santoyo, en el espacio que se desarrolló en el Teatro Santa Marta, consideró el informe como histórico para Colombia y el mundo, según registró el diario El Heraldo, de Barranquilla. “En Colombia seguimos haciendo historia porque un grupo de hombres valientes presentan ante la Jurisdicción Especial para la Paz el primer informe en la historia del mundo sobre violencia sexual con ocasión de un conflicto armado”, dijo.

Al igual que Álvarez, la magistrada de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la JEP, Heydi Baldosea, calificó también como histórica la valentía de estas víctimas. “Es una muestra más de la centralidad de las víctimas como principio rector del sistema integral de verdad, justicia y reparación”, comentó.

La coordinadora de La Red de Mujeres Víctimas y Profesionales, Ángela Escobar, declaró también en el Teatro Santa Marta que con este ya se le han entregado a la JEP al menos 74 informes relacionados con la violencia sexual, elaborados por distintas organizaciones.

Comentó que dado que este es el primer y único informe que se presenta a la JEP de hombres víctimas de violencia sexual en el conflicto armado, se logra concientizar y hacer visible a la jurisdicción y a la sociedad lo que se vivió en la guerra. Para esta líder, quien también fue víctima de violencia sexual por parte de paramilitares, este material es competente para que la jurisdicción inicie un macro caso que investigue a fondo el tema, ya que “muchos hombres vivieron el delito de la violencia sexual en el conflicto. Logramos recolectar 82 testimonios, unos cuantos de diferentes zonas del país, incluida la Costa Caribe.

Fueron los hombres los que quisieron entregar el informe de manera pública y poder romper el silencio sin miedo y sin pena de que los señalaran o estigmatizaran por haber sido víctimas de la violencia sexual”, sostuvo Escobar.

Entre tanto, el Premio Nobel de Paz de 2018, el médico congoleño Denis Mukwege, a través de una teleconferencia, desde Ginebra, Suiza, les envió un mensaje a los asistentes. “Hoy quiero saludar la valentía de los hombres que están presentando el primer informe sobre violencia sexual de la que fueron víctimas durante el conflicto armado colombiano”.

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