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7 % fue el alza del salario mínimo que se decretó en el año 2017. | Foto: Foto: Archivo de El País

DANE

¿Es viable implementar un salario mínimo por regiones?

Algunos analistas piden que esta iniciativa sea debatida en el país, pues hay muchas diferencias en productividad entre las ciudades y el campo.

7 de julio de 2019 Por: Redacción de El País

En Colombia 9 millones de personas, de los 22 millones de colombianos que tienen una ocupación, se ganan el salario mínimo ($828.000), esa cifra corresponde al 41 % de las personas que laboran.

Aunque se podría pensar que el resto de trabajadores obtienen ingresos por encima de ese tope, la realidad no es esa y, por el contrario, una gran parte de la población tiene ingresos por debajo de ese monto.

Cálculos de Fedesarrollo, basado en la información del Dane, indican que el 39,2 % de los ocupados en Colombia gana menos de $828.000 al mes y el panorama más crítico se da en el sector rural.

La situación también es diferente según los departamentos.

En un reciente estudio de Roberto Steiner y Tomás Ramírez, investigadores de Fedesarrollo, se indica, por ejemplo, que en Córdoba el 66,3% de los trabajadores tiene ingresos menores al salario mínimo; en Sucre, el 63,2 % y en Nariño, el 63 %.

Los datos son peores cuando se compara el empleo urbano y rural. Es así como en Córdoba el porcentaje de trabajadores que ganan menos del mínimo en el campo llega al 79,2, % según datos del 2018.

Estas cifras distan del panorama que se vive en departamentos como Valle, Antioquia y Bogotá. En el primero, el 31,5 % de los trabajadores tienen ingresos por debajo del salario mínimo y en Bogotá, el 21,1 %. Es decir, que en las principales capitales hay mejor nivel de ingresos frente a otras regiones del país y frente a los trabajadores rurales.

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Por este escenario, dice Roberto Steiner, es que en varias ocasiones se ha propuesto que se debata y se implemente un salario mínimo diferencial por regiones o sectores.

Destacó que lo que se busca con la iniciativa es llamar las cosas por su nombre y en ningún caso afectar las condiciones laborales de los colombianos. “Cuando decimos que el salario mínimo en el campo debe ser menor que el de la ciudad no es para que la gente gane menos que el mínimo, es que la gente del campo ya tiene ingresos menores a ese valor, pues el 80 % es informal”.

Explicó el analista que hay diferencias entre ciudades como Bogotá, Cali y Medellín que tienen un sector de servicios moderno y dinámico y ‘aguantan’ salarios más altos que los de Quibdó o Tumaco.

“Cuando se hace esa propuesta se viene el mundo encima como si uno estuviera diciendo tome a los bien remunerados de Tumaco o Quibdó y bájeles el sueldo. No, bien remunerados en esas poblaciones no hay, todos están en la informalidad y con seguridad ganan menos del salario mínimo”.

Reiteró Steiner que los que están en contra de la propuesta creen que en el país todos ganan el salario mínimo y que “lo que proponemos es que se baje. No, lo que buscamos es que haya un salario que responda a la productividad de cada región y que más gente pueda formalizarse ganando el salario que hoy gana”.

En Colombia la informalidad, según el Dane, es del 47 %, sin embargo, hay ciudades como Cúcuta que tienen más del 70 % de los trabajadores en esa condición.

Sigue el debate

Jhon James Mora, profesor y director del programa de Doctorado en Economía de los Negocios de la Universidad Icesi, no está de acuerdo en que haya regiones en las que se implemente un salario por debajo de mínimo actual, $828.000, pero sí considera viable que existan sueldos diferenciados por regiones (donde unas puedan tener un incremento anual de la remuneración mayor al alza de la inflación).

“Para ello se debe primero concertar, con el apoyo de los Observatorios Regionales de Mercado de Trabajo, cuál deberá ser el salario mínimo regional, y a partir de allí se podría subir este monto en uno o dos puntos porcentuales en aquellas regiones que son más productivas”.

Sin embargo, dijo que este tipo de propuestas podrían incrementar la desigualdad en territorios con bajo crecimiento, por lo que “esto debería ir acompañado de políticas para estimular la investigación, ciencia y tecnología en las regiones con menor productividad”.

Agregó que la formalización no se alcanza bajando el umbral del salario mínimo, pues se trata de un fenómeno estructural en la economía, por lo que considera que debe buscar cómo conciliar la existencia de estos dos sectores – el formal y el informal.

“La calidad del empleo depende de los salarios y si el porcentaje que gana menos del mínimo aumenta, entonces esta cae. Pero la calidad del empleo también se ve afectada por el número de horas trabajadas, la estabilidad laboral y la afiliación a la seguridad social (salud y pensión), entre otros”.

Actualmente el 41,7 % de las personas ocupadas en Colombia cotiza para salud en el régimen contributivo y el 37,3 %
de los trabajadores aporta para su pensión.

Al respecto la profesora Maribel Castillo, PhD. directora del programa de Economía de la Universidad Javeriana Cali, afirmó que tener salarios mínimos diferentes por territorios sería viable. “En los años 80 tuvimos un salario diferencial entre los sectores rural y urbano. Es una propuesta que existe en otros países como, por ejemplo, Francia. La dificultad radica en la implementación, en las brechas que existen entre las mismas regiones, en la definición que se haga de las diferencias del costo de vida o de la productividad, pues una regla general siempre dejará una parte de la población inconforme”.

Agregó la docente que la propuesta puede ser una buena medida para generar empleo, “pero hay algo que no se está considerando y es la calidad del empleo. Si las empresas pueden pagar menos tendrán más personas laborando, pero estamos hablando de puestos de baja calidad”. Por eso considera que este tema no se podrá aplicar hasta tanto se pueda definir claramente la calidad de vida regional.

Por otro lado, Iván Jaramillo, miembro del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, dice que cualquier propuesta que esté enfocada en rebajar los ingresos de los trabajadores no es viable y que por esa vía se frenaría el crecimiento. “No somos partidarios de afectar el ingreso”.

Agregó que bajar estándares laborales no puede ser la solución, “no se puede legalizar la informalidad. La solución tiene que ir hacia la mejora de derechos y un empleo mejor remunerado”.

A propósito

Luis Alejandro Pedraza, vocero de la CUT, dijo que la propuesta es la fórmula neoliberal para estratificar a los pobres, agudizar la discriminación y redistribuir miseria económica.

Para el líder sindical la informalidad debe combatirse de otra manera, por ejemplo, retomar la política de financiación y apoyo de la micro, pequeña y mediana empresa “que se perdió a partir de la apertura económica y los TLC”.

En otros países

Salarios mínimos por sectores existen en: Finlandia, Inglaterra, Italia, Bélgica, Honduras, República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Tailandia y Perú.

Asimismo, salarios mínimos por regiones hay en Estados Unidos, México y China y se usan las dos modalidades en Austria, Alemania, Canadá, India, Vietnam y Panamá.

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