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Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria | Foto: El País

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En 2018 se cerraron 700 empresas en Venezuela, alerta Conindustria

Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, afirma que el régimen de Nicolás Maduro destruyó la inversión y la economía. Por ello, 700 empresas desaparecieron en 2018.

6 de enero de 2019 Por: Alfredo García Sierra / Reportero de El País 

Cada día la economía de Venezuela se adentra más en el despeñadero, en medio de una inflación desesperante, escasez de dólares y materias primas que impide a sus pocas empresas fabricar alimentos básicos y bienes de consumo.

El panorama es tan crudo, que el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga –un gremio similar a la Andi en Colombia— señala que en el 2018 se cerraron 700 empresas en medio de lo que él denomina “un país secuestrado” por el régimen de Nicolás Maduro.

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Se afirma que en 2018 se cerraron 700 industrias en Venezuela. ¿Podría decirse que ese sector estaría a punto de desaparecer en 2019?

Creo que ya estamos en ese proceso de desaparición. Veníamos de unas 12.700 empresas industriales que solía haber en Venezuela y nuestro estimado es que hoy quedarían apenas 2500. Eso no es más que la desaparición del sector fabril y manufacturero, y significa que Venezuela dejó de ser un país industrializado y pasó a ser uno de maquila, es decir, que transforma productos (para terceros).

Lo peor es que existe una escasez de materias primas para fabricar desde detergentes, blanqueadores, colchones hasta el ensamblaje de carros, entre muchas otras cosas. Todos esos insumos se importan cuando antes se fabricaban acá. Ha sido un proceso de destrucción de los encadenamientos industriales. Es el final de un país industrializado.

¿Cómo hacen las pocas industrias que quedan para importar insumos, con un duro monopolio cambiario?

El 81 % de las empresas reportaron que no hay repuestos ni materias primas disponibles en medio de un proceso de encogimiento muy violento de la economía.

El PIB pasó de US$280.000 millones a escasos US$100.000 millones, y vamos camino a ser apenas una tercera parte en términos económicos de lo que éramos, ya que el consumo de los hogares retrocedió. Y obtener dólares es algo muy difícil, pues aunque hay un mecanismo cambiario oficial llamado Dicom este es absolutamente inoperativo. Es una especie de lotería para lograr divisas, y además, existe corrupción y un mercado negro ligado a la asignación de esos dólares cuyo valor está cinco veces por encima de la tasa oficial.

¿Cómo lidiar con una hiperinflación de un millón por ciento que arrasa los bolsillos de la gente y las empresas?

No se puede. El dinero se ha ido devaluando muy rápidamente produciendo un proceso de descapitalización de las empresas y las familias. Por eso los venezolanos han migrado hacia otros países (como Colombia), ya que la vida con hiperinflación es imposible. Es un proceso de contracción tan violento que no te permite sobrevivir, pues lo que hoy se compra, mañana no será posible. Los sueldos suben de manera muy lenta porque las empresas venden ahora muy poco, ante la fuerte caída del consumo por el alza descontrolada de los precios. Es un círculo vicioso, recesivo, contractivo y, repito, muy violento y destructivo del poder adquisitivo de la gente. De allí que muchas fábricas hayan cerrado. Es un mundo de destrucción.

¿Cuántos empleos se han perdido en la industria venezolana en medio de esa crisis económica y social?

Desde cuando asumió el presidente Chávez, 19 años atrás, en ese momento la industria empleaba a 650.000 personas de forma directa. Incluyendo el empleo indirecto, todo eso sumaba 2,5 millones de puestos de trabajo. Hoy, escasamente existen un millón de empleos, de ellos 250.000 directos, lo cual es un drama social muy grave, ya que se perdió mucha mano de obra capacitada.

¿Nicolás Maduro es el único culpable de destruir y llevar a la ruina la economía venezolana?

Definitivamente. No solo destruyó la economía venezolana, sino el bolívar como divisa de intercambio. Las monedas al final del día son un mecanismo transaccional, y cuando usted le resta credibilidad al dinero también se pierde el ahorro, que es algo que también lubrica a la economía para que pueda operar. De esta manera, se destruyó el ahorro de muchos venezolanos que se empobrecieron de una manera dramática en todos los niveles de la sociedad.

Ni la persona más rica del país se puede mantener conforme a las circunstancias que tenía antes, solamente esa capa delictiva que opera en el Gobierno a la cual se le atribuye mucha corrupción y que ha hecho acumulaciones (fortunas) muy grandes fuera del país.

¿Temen los empresarios que se expropien más factorías por ser la mayoría opositoras al régimen?

Eso lo han hecho regularmente. Este es un país donde no hay separación de poderes y no existe un sistema judicial a través del cual se pueda interponer una demanda y una defensa de la propiedad privada, frente a una arbitrariedad del ejecutivo nacional. El ejecutivo y la justicia son un solo poder en Venezuela. Por eso se han expropiado e invadido una gran cantidad de empresas, violando todo tipo de contratos. En un entorno de esta naturaleza sin duda el miedo es lo que impera. En empresas centenarias sus accionistas e inversionistas no las abandonan y luchan por su subsistencia con la esperanza de que haya un cambio político.

Debido a ese miedo y a las desfavorables condiciones para operar, ¿cuántas multinacionales se han ido del país hasta el momento?

Hay empresas que han vendido sus participaciones, entre ellas muchas compañías multinacionales que se fueron del mercado. Es el caso de firmas como Plumrose, Firestone y Kimberly Clark. Vendieron para irse y otras se fueron a la quiebra como Kellogs y Clorox.

¿Ve una pronta salida o no, a ese oscuro túnel político y económico en su país?

Hay países que han pasado por dramas muy largos. Hemos tenido una crisis política durante 20 años, pero la economía comenzó un proceso contractivo a partir del año 2014, que se ha venido acelerando. La sobredevaluación de la tasa de cambio y el desconocimiento del Estado de derecho hizo que las compañías dejaran de invertir hace muchos años en Venezuela. Por eso la gente se va y las empresas cerraron sus operaciones. Las clases media y las populares viven en un estado de desesperación abogando para que haya un cambio aunque no solo de Presidente sino que se debe refundar a Venezuela, porque no tiene institucionalidad ni separación de poderes. Todo eso hay que reconstruirlo. Es hacer un país desde cero.

¿Hay o no, una esperanza de que todo cambiará con la ayuda de la comunidad internacional?

Utilizar la soberanía nacional como elemento de refugio para gobiernos autoritarios es un concepto que debe ser revaluado. Los países del hemisferio tienen que velar porque dentro de su comunidad no haya gobiernos que destruyan la prosperidad de sus ciudadanos, y ante todo abusando de sus derechos humanos. Por eso los gobiernos de Colombia, Chile, Argentina, Perú, Canadá y Estados Unidos se ocupan en seguir presionando un cambio político, lo cual será agradecido por los venezolanos, buscando primero un mecanismo transicional para refundar el país y acabar el secuestro en el cual estamos.

¿Con base en lo que usted dice, los venezolanos se sienten secuestrados por el régimen de Maduro?

El país está secuestrado por un Gobierno que a todas luces es ilegítimo. No solamente es ilegítimo porque se haya salido de la Constitución sino que hasta la propia Asamblea Nacional destituyó a Maduro, pero él se quedó por la fuerza ejerciendo el poder. Es un Gobierno de hecho y no de derecho. Por eso estamos en medio de un secuestro colectivo.

Vacunas y extorsiones

En materia de seguridad, ¿cuál es la percepción de ustedes los empresarios?

La guerrilla domina el 70 % del territorio nacional. Dejamos de ser un país que tiene control sobre su territorio. Por eso hoy, los comerciantes venezolanos pagan vacunas para poder operar, salvo en la zona norte costera. Son regiones donde la Guardia Nacional no ingresa ya que la guerrilla es la que mantiene el orden. Hay fuerzas paramilitares que son las que cobran vacuna y cometen extorsiones al comercio, o para evitar que sean secuestrados. Estamos pasando por una circunstancia en la cual la impunidad es la que reina.

"Se debe refundar a Venezuela, porque no tiene institucionalidad ni separación de poderes. Eso hay que reconstruirlo. Es hacer un país desde cero".

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