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Más del 90% de los escombros que produce la ciudad terminan enterrados en un sitio de disposición final en Candelaria, lo que demanda una inversión millonaria del Municipio. | Foto: Bernardo Peña / El País

CALI

Dos empresas convierten los escombros de Cali en negocios exitosos

Las cerca de 2500 toneladas de residuos que produce a diario la ciudad son aprovechadas por empresas que elaboran productos y materiales para la construcción.

27 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País

En el fondo de uno de los mayores problemas ambientales que padece la ciudad, hay un mundo de oportunidades bajo toneladas de residuos de construcciones y de demoliciones que produce Cali diariamente.

Mientras algunos ven en la escombrera de la 50 simplemente un basurero y un problema ambiental grave para la ciudad, otros encuentran allí la materia prima con la que vienen moldeando el sueño de convertirse en empresarios de productos ecoambientales.

Es esa una de las razones de ser del proyecto que propuso la Administración Municipal para construir en el sector de Navarro un parque tecnológico ambiental que dé solución al tema de escombros y a su vez aglutine un clúster de empresas dedicadas a la transformación de Residuos de Construcciones y Demoliciones (RCD), pero el parque no estará listo en el corto ni el mediano plazo.

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Tenemos dos alternativas para sustituir la estación de transferencia de la 50, dice Alejandro Arias, gerente de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, Uaesp, un parque en el corregimiento de Navarro hecho con ecomateriales, con los residuos de construcción de dos años, pero no se pudo hacer por limitaciones legales del predio.

“De otro lado está el parque tecnológico y ambiental, que quedará para la próxima administración, que es como un clúster de las diferentes actividades de aprovechamiento de escombros y residuos sólidos, de plásticos y madera como una incubadora de ese te tipo de cosas, pero eso no es óbice para que las empresas que hoy existen puedan continuar desarrollando sus materiales”, aseguró Arias.

Aunque es una sumatoria de buenas intensiones, quienes vienen trabajando en el proceso de transformación de escombros y productos resultantes de demoliciones consideran que debe haber total claridad sobre lo que se piensa hacer, las políticas públicas y las garantías de que existirá sostenibilidad en cada uno de los proyectos.

En muchos países, señala Alejandro Salazar, director de investigaciones de la empresa Ecoingeniería, se crean parques tecnológicos, pero arrancan constituyendo un centro de investigación, una universidad, y a partir de esos resultados surgen los productos más básicos y luego van creando productos de mayor valor agregado.

“Uno no puede ensillar sin tener las bestias. La pregunta es, ¿qué van a hacer con ese parque? ¿Cuál es la política publica del Valle o Cali para sacar beneficio de los escombros? Hay que construir un entorno que permita que esa gran inversión que han soñado los señores de la Uaesp no termine convertida en un tiro en el pie”, analiza Salazar.

La inquietud es que no se trata solo de escombros. Además de las cerca de 2500 toneladas diarias de residuos, Cali produce 180 toneladas de lodos diarios de la Ptar, los ingenios botan en promedio 140 toneladas día de residuos y la siderúrgica puede botar 200 toneladas día, de todos ellos se hace utilización.

En total son cerca de 65 productos para la construcción que extraen las plantas de transformación de residuos en Cali.

Medidas efectivas

Pero la ubicación geográfica de Cali, bañada por siete ríos, dificulta la demanda de productos ecoambientales. Sobre todo porque es más rentable sacar arena de río o destruir montañas extrayendo roca y gravas, que transformar escombros.

El inconveniente, reconoce Alejandro Arias, gerente de la Uaesp, es que hay poca la demanda porque la gente busca el material más barato en el mercado y no tenemos la cultura de apoyar el tema de sostenibilidad ambiental y pagar un poco más por un producto ecológico. “Hay que hacer un trabajo de pedagogía importante para generar conciencia y sensibilización”.

“Por eso hay una norma que establece que las construcciones y obras públicas deben incorporar en sus presupuestos la utilización de ecomateriales. Con eso les toca incluir en sus construcciones hasta el 4% y el próximo año el 6% hasta llegar al 30%. En las obras públicas hoy en día se debe tener un 10% y para el próximo año sube al 15%. La norma está, lo que resta es hacer un trabajo efectivo para hacerla cumplir”, aseguró Arias.

Si bien la escombrera de la 50 es hoy un punto limpio de transferencia y clasificación del escombro, en la ciudad hay 11 grandes escombreras ilegales en barrios como Petecuy, Mojica, Valladito, Comuneros y Floralia.

De ahí la importancia, según Cristhian David Acevedo, gerente de Materiales Ecológicos de Colombia, Maecol, de las normas que obligan a incluir un porcentaje de materiales ambientales en las obras a futuro como incentivo para quienes apuestan por el tema ecológico y empezar a ver el escombro como oportunidad y no como un problema ambiental.

“De los lodos y escombros sacamos 62 productos”

Ecoingeniería, una empresa constituida en el sector de La Dolores, en la vía a Palmira, se creó en el 2001 con el propósito de llevar a la práctica más de 30 años de investigaciones realizadas por Alejandro Salazar, docente pensionado de la Universidad del Valle.

“La naturaleza nos ofrece siete elementos abundantes con los cuales se hace todo el desarrollo del mundo. De esos siete elementos aparecen unos escombros y a partir de ellos se pueden fabricar cementos, morteros, agregados, ladrillos, bloques, pavimentos, adhesivos para piso. Toda la gama de productos de construcción porque solo se necesita algo que cemente, algo que rellene y a eso le doy la forma que quiera”, explica Salazar.

Para la elaboración de sus productos, en Ecoingeniería se transforman cenizas de carbón, cenizas de bagazo, lodos de las Ptar, vidrios, lámparas mercuriales, lodos de plata, lodos de plantas que procesan pintura, etc.

“El desarrollo de nuestros productos consiste en que sabemos producir cementos a partir de residuos; hacemos arenas y grabas, aditivos y absolutamente todo lo que la gente hace con concreto, cemento, yeso”, dice Salazar.

“Seguimos innovando con nuestros materiales”

Materiales Ecológicos de Colombia es el resultado del proyecto de grado en Univalle del ingeniero sanitario Cristhian Acevedo para fabricar productos derivados del aprovechamiento de escombros, en unión con una microempresa que tenía su tío para producir elementos para acabados de construcción.

Tiene cuatro años en el mercado y viene en el proceso de dar a conocer sus productos ecológicos entre las firmas constructoras.

“En el momento tenemos tres productos estrellas que son los morteros de rellenos, los estucos y los pegantes para cerámica, todo a partir de residuos”, explica el ingeniero.

La planta, ubicada en el sector de Guabinas, se encuentra en este momento en proceso de expansión en su capacidad de producción.

“Estamos también haciendo investigaciones constantes para el aprovechamiento de lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales, para el aprovechamiento de vidrio y de poliestireno expandido (Icopor) y constantemente estamos buscando innovación dentro de nuestros materiales”, dice el ingeniero Acevedo.

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