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Catalina Ortiz, representante a la Cámara por el Valle. | Foto: Foto: El País

CATALINA ORTIZ

"No se debe hacer politiquería con el voto militar": Catalina Ortiz

La congresista Catalina Ortiz habla de los proyectos que presentó a estudio al Congreso y del rol de la mujer.

29 de marzo de 2021 Por:  Heinar Ortiz Cortés, reportero de El País

Dos proyectos de ley radicó en la última semana la representante a la Cámara por el Valle del Cauca, Catalina Ortiz Lalinde, con el fin de buscar mejorar las condiciones para las mujeres y los auxilios para las microempresas en medio del complejo panorama socioeconómico que ha dejado la pandemia en el país.

Uno de los proyectos está compuesto por tres medidas que buscan lanzarle un salvavidas a las empresas y a los informales. La otra, liderada por Ortiz y acompañada por más de 15 congresistas de diferentes partidos, busca equilibrar la cancha para la participación femenina en el acceso a recursos del Estado dirigidos a mejorar el desempeño empresarial.

Por primera vez el Congreso vivió una jornada legislativa especialmente dedicada a los temas de mujer y género. ¿Cuál fue el balance del llamado ‘Día M’ y por qué se sienta un precedente importante en el país con él?

Yo creo que esto fue algo que ocurrió por primera vez, pero no por última. En todas las comisiones constitucionales permanentes, desde la Primera hasta la Séptima, se discutían temas de mujer. En la mía, que es la de Presupuesto, hablamos sobre trazador presupuestal y la necesidad que tenemos de que ese mecanismo, que es mediante el cual se puede identificar cuáles son los recursos que van dirigidos hacia las mujeres, tenga una mayor profundidad y nos sirva más a todas. Así que radicamos un proyecto de ley que busca que las mujeres tengamos una cuota mínima en todos los programas que vayan dirigidos al desarrollo empresarial y al emprendimiento.

¿Cuál es la esencia de ese proyecto de ley?

El proyecto pretende que, en todas las convocatorias del Estado para el fomento empresarial, emprendimiento, concursos públicos del SNCI (Sistema Nacional de Competitividad) y formación en habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), tengan una cuota mínima de participación de mujeres. Con esto, se apunta a que haya cada vez más mujeres participando de los recursos estatales destinados a estos objetivos.

La idea es que cuando se vaya a establecer un proyecto para capacitar personas o para dar capital semilla a emprendedores o empresas, se tenga que establecer cuál es la cuota mínima que hay para mujeres. El mismo programa lo debe hacer, basados en argumentos técnicos de porqué se decide la determinada participación de las mujeres y porqué se pone ese umbral, cualquiera que sea. Es un tema de cuotas, pero pensado para que quienes proponen iniciativas para beneficiar a la ciudadanía piensen desde el principio cuál será la cuota femenina, sin necesidad de que el Gobierno les diga que debe ser del 10 % o del 15 %. Ellos mismos tienen que incorporar el criterio de género en las metas que tengan alrededor del proyecto.

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¿Qué opina sobre las declaraciones del congresista Gabriel Vallejo quien se opuso la paridad de género en la justicia calificándola como “la destrucción de la unidad nacional”?

Lo primero que le quiero decir al congresista Vallejo es que me siento agredida con sus palabras porque no estamos pidiendo que las mujeres tengan más derechos. Lo que estamos pidiendo es que tengamos los mismos derechos, la igualdad es un derecho y él está hablando de nuestros derechos. Uno puede no estar de acuerdo con una medida, o pensar que se debe hacer de otra manera. Pero yo creo que sus palabras fueron tremendamente agresivas.

¿Cómo es el otro proyecto que presentó y que busca crear medidas de alivio para las empresas?

Una de las cosas claves para la reactivación económica es no ahogar las empresas. El capital de trabajo y la liquidez son escasos, entonces establecimos tres medidas: una que tiene que ver con el IVA, que es que cuando alguien declare no se le venza la obligación de pagar inmediatamente, sino que tenga dos meses más entre la declaración y el pago. ¿Eso qué nos permite? Que las personas tengan un poco más de caja para poder pagar esta obligación.

Otro punto tiene que ver con las compras públicas, pues el Registro Único de Proponentes (RUP) cuesta $580.000 y no hay tarifas diferenciales. Estamos pidiendo que las tarifas sean de acuerdo al tamaño de la empresa, para que las microempresas tengan un pago menor para poder aspirar a firmar contratos con el Estado.

El tercer punto tiene que ver con juntar el régimen simple de tributación con la pila en un solo pago, que incluya la seguridad social y los impuestos, pues consideramos que es mucho más fácil que así la gente se formalice.

Quiero preguntarle sobre la reforma tributaria. Usted ha dicho que el proyecto fue socializado con los gremios, pero no con el Congreso, ¿cómo es eso?

Así es. El Gobierno no le ha presentado a nadie un proyecto redactado en donde se establezcan los detalles y nos muestren cómo es la reforma tributaria, con sus pesos y sus centavos. Lo que han mostrado son unas presentaciones que ha hecho como para ambientar su reforma con diferentes grupos de interés, una de ellos fue ante el Consejo Gremial, y esa presentación se filtró. No hay derecho que nos toque sentar nuestras posiciones sobre una cosa tan sensible como los impuestos de los colombianos con base en una presentación filtrada. Eso es una falta de respeto con el Congreso y con los colombianos. ¿Cómo así que usted va a hablar su reforma tributaria con los gremios y no la habla con los congresistas? Eso no se compadece con la magnitud que significa una reforma tributaria, algo que puede cambiar de una manera tan profunda el cómo pagamos impuestos y hacia qué se van los mismos.

¿Qué opina sobre la propuesta que quiere devolverle el derecho al voto a militares y policías?

Yo creo que con eso no se debe hacer politiquería. Nosotros tenemos que tener una conversación en este país sobre si ya pasó suficiente tiempo y nos sentimos cómodos con que los militares puedan votar. Cabe mencionar que las fuerzas armadas no votan solo en tres países de Latinoamérica, entre ellos Colombia. Es cierto que estamos dentro de una minoría donde ellos no tienen derecho al voto. No le tengo miedo al tema; es un anhelo legítimo, pero me parece un poco complicado que se haga con un tema populista y electorero alrededor. O sea, ¿derecho al voto faltando pocos meses para elecciones? No creo, pero es un tema al que no hay que tenerle miedo, pues en casi todas partes del mundo ellos pueden votar.

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¿Cuál cree que será el rol de las mujeres en las elecciones de 2022?

Yo creo que las elecciones que vienen serán las de las mujeres. Desde los diferentes matices, las mujeres hemos venido ganando espacio. Para 2022 vamos a tener la oportunidad de discutir muchos de estos temas sobre la paridad de las mujeres en la política y una cosa que es absolutamente dramática, que es el desempleo femenino en Colombia y que se agravó sustancialmente con la pandemia. Las mujeres traemos otra perspectiva al mundo, que es la perspectiva de la mitad de la población mundial y que muchas veces ha sido ignorada por parte de los hombres. No se trata de que tengamos más derechos, se trata de que tengamos los mismos derechos y oportunidades. Creo que la conversación sobre ese tema será fundamental para el 2022.

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