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La economía colombiana se desaceleró en el segundo trimestre del 2023.
La economía colombiana se desaceleró en el tercer trimestre del 2023 como lo demuestra la caída del PIB a -0,3%, según datos del Dane. Foto 123RF | Foto: El País

Editorial

Vientos de recesión

Estabilidad, incluida la que se refiere a lo político, debe ser la palabra clave en la búsqueda de soluciones para la desaceleración económica y para alejar los peligrosos vientos de la recesión que se acercan a Colombia.

19 de noviembre de 2023 Por: Editorial .

El decrecimiento de la economía colombiana en 2023 será mayor al calculado si la tendencia a la baja no cambia para el último trimestre del año. La caída del Producto Interno Bruto, PIB, a cifras negativas entre julio y septiembre, solo comparables con las del año de la pandemia, tendrá un fuerte impacto que obliga a adoptar medidas de choque que eviten transitar por el camino impredecible de la recesión.

El más reciente informe del Dane sitúa en -0,3% la fluctuación del PIB en el tercer trimestre del año, un número que no se veía desde el 2020 y para nada comparable con el 7,4% conseguido en el mismo periodo del año anterior. Si bien la desaceleración económica nacional estaba cantada, el frenazo reciente fue en seco.

Los sectores que más pesan en esa carrera cuesta abajo son los mismos que no levantan cabeza desde hace meses y que son, en tiempos normales, los que más ayudan a impulsar la economía nacional, incluido el empleo. El de la construcción, clave en ello, marcó una caída en el último periodo del -8%, seguido por las industrias manufactureras con el -6,2%. El comercio tampoco repunta como se ve en el crecimiento negativo de -3,5%.

Para los especialistas la probabilidad de entrar en recesión está aún lejos para Colombia, porque como sucede siempre, se espera un último trimestre del año positivo, en particular para el comercio o para sectores de servicio como el de turismo, que por lo general tiende a reactivarse en diciembre. No obstante, la proyección del crecimiento anual de la economía sigue a la baja y ya ni siquiera hay la expectativa de que llegue al 1%.

Que los números empiecen a subir para que el golpe no deje en cuidados intensivos al país, dependerá de las decisiones que tome el Gobierno Nacional y del comportamiento económico mundial que también influye. En lo interno, no es la hora de ensayar a ver qué funciona, ni de lanzar propuestas que puedan llevar hacia terrenos fangosos de los que sea imposible salir por un largo tiempo.

Hay que empezar por acelerar, en lo que queda del 2023, la ejecución del presupuesto nacional destinado a la inversión. Poco se entiende que con la situación actual, esta apenas llegue al 54% y que dependencias esenciales para la reactivación económica estén por debajo incluso del 10%. Eficiencia estatal es lo que se requiere hoy y no ideas como la de desconocer la Regla Fiscal, como lo han propuesto el presidente Petro y su Ministro de Hacienda, porque ello llevaría, entre otras consecuencias, a una pérdida en la confianza hacia el país que podría ser irreparable.

Y queda por tomar decisiones sobre la reducción en las tasas de interés. Las medidas adoptadas por el Banco de la República han sido necesarias para mantener bajo control la inflación, que si bien sigue siendo alta tiende a estabilizarse, por ello habrá que analizar si es la hora de flexibilizar dichas determinaciones.

Estabilidad, incluida la que se refiere a lo político, debe ser la palabra clave en la búsqueda de soluciones para la desaceleración económica y para alejar los peligrosos vientos de la recesión que se acercan a Colombia. Ojalá así se entienda desde el Gobierno Nacional.

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