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Que la sal no se corrompa

"Es la transparencia que debe existir en la actitud y en la práctica de la Institución creada para velar por la tranquilidad de cada uno de los colombianos. Que puede ser difícil de aplicar cuando la labor policial se debe realizar en medios tan afectados por la delincuencia de toda clase como ocurre en el país. Es allí donde se necesita el compromiso que sea capaz de mantener la moral de los más de 100.000 integrantes del cuerpo de seguridad y, lo más importante, la credibilidad de la Nación en ellos".

23 de noviembre de 2014 Por:

"Es la transparencia que debe existir en la actitud y en la práctica de la Institución creada para velar por la tranquilidad de cada uno de los colombianos. Que puede ser difícil de aplicar cuando la labor policial se debe realizar en medios tan afectados por la delincuencia de toda clase como ocurre en el país. Es allí donde se necesita el compromiso que sea capaz de mantener la moral de los más de 100.000 integrantes del cuerpo de seguridad y, lo más importante, la credibilidad de la Nación en ellos".

Aunque la captura de 16 integrantes de la Policía Nacional por tener nexos con organizaciones delincuenciales en Cali pueda sembrar dudas e incertidumbres, esa decisión demuestra el compromiso de sus directivas con el combate a los delincuentes. Es el mensaje que debe servir para recuperar la confianza en una Institución que requiere estar cerca del ciudadano y trabajar con él en defensa de la seguridad. Por supuesto, los caleños deben estar inquietos por lo sucedido. Según los informes de la misma Policía, los uniformados aprovecharon sus privilegios para apoyar a bandas de atracadores y asaltantes de viviendas en la ciudad. Pero, en medio de las explicables dudas que se desprenden de la denuncia pública, es necesario resaltar la decisión con la cual actuaron los Policías que tuvieron a su cargo el seguimiento y la captura de sus compañeros involucrados. Como también se debe resaltar la captura de otros dos agentes que extorsionaban a un comerciante de Candelaria. Sin duda, son hechos dolorosos. La Policía es la dependencia más cercana del Estado al ciudadano del común. De ella depende en gran parte mantener la tranquilidad y la seguridad, además de la función irrenunciable de perseguir a los criminales que amenazan a la sociedad. Por eso es tan dañino el que sus integrantes sean vinculados a las actividades criminales que ellos deben combatir. Esa es su misión, y cuando la incumplen producen un rompimiento de la confianza ciudadana, factor de primer orden en el combate al delito. Para evitar ese rompimiento, es necesario actuar con rapidez y decisión. Es la transparencia que debe existir en la actitud y en la práctica de la Institución creada para velar por la tranquilidad de cada uno de los colombianos. Que puede ser difícil de aplicar cuando la labor policial se debe realizar en medios tan afectados por la delincuencia de toda clase como ocurre en el país. Es allí donde se necesita el compromiso que sea capaz de mantener la moral de los más de 100.000 integrantes del cuerpo de seguridad y, lo más importante, la credibilidad de la Nación en ellos. En declaraciones que se publican en esta edición, el Comandante Nacional de la Policía, general Rodolfo Palomino, reafirmó el propósito de combatir sin miramientos la corrupción que de distintas maneras trata de penetrar a la institución a su cargo. Esa una tarea ingrata y difícil, que requiere de la colaboración de la sociedad. Ese propósito es compartido y respaldado por la inmensa mayoría de los colombianos, que creen en la Policía, no obstante la capacidad de amedrentamiento que mantienen quienes usan el uniforme para delinquir.Que se cumpla la política de transparencia, es un deber. Las imágenes que muestran a policías capturados por tener relación con organizaciones criminales o por cometer delitos contra la sociedad, son alarmantes. Y quienes usen a la Institución para su beneficio son enemigos de la convivencia y promotores de la violencia. Por eso hay que acompañar la lucha por la transparencia de que habla el general Palomino, sin que haya lugar a discriminaciones de ninguna clase.

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