La velocidad mata

Si en algún escenario de la ciudad se refleja el desorden y la anarquía que imperan en Cali es en la movilidad y en las vías. Buena parte de los conductores no respetan los semáforos, circulan por los carriles solo bus del Mío, cruzan en donde no está permitido, se parquean en las aceras...

Un reciente estudio realizado por Jhons Hopkins University en alianza con la Secretaría de Movilidad de Cali, la iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Mundial y Vital Strategies revela otro dato preocupante:

El 48 % de los conductores en la ciudad no respeta el límite de velocidad establecido.

La situación más delicada se encuentra en las vías de los barrios (locales), donde los límites permitidos son de 30 kilómetros por hora. En esas vías, el 84 % de los vehículos circula a una velocidad que supera los límites fijados.

Pero la situación puede ser aún peor: según el secretario de Movilidad de Cali las mediciones para este estudio fueron hechas de día, por lo cual es muy probable que en la noche el límite de velocidad sea excedido por más del 50 % de los conductores caleños.

De todas las violaciones a las normas de tránsito que a diario cometen los caleños, esta es una de las más preocupantes pues incide directamente en la cifra de accidentes y, sobre todo, en la cantidad de personas que mueren en estos siniestros.

Andrés Vecino, investigador de Johns Hopkins University explicó que, durante el 2022 murieron en accidentes viales en Cali, 327 personas, el 53% de motociclistas. Y subrayó que la velocidad es el principal factor de riesgo, pues casi 3000 personas salvarían sus vidas en el país cada año si los conductores no sobrepasaran los límites de velocidad.

De acuerdo con el informe de Johns Hopkins University, para impedir que esta violación masiva de los límites de velocidad siga presentándose se debe reforzar la vigilancia tanto con agentes de tránsito como con los dispositivos electrónicos, así como ampliar el número de operativos en las vías con mayor incidencia de siniestros.

Pero ninguna de esas medidas servirá si los conductores caleños no hacen conciencia de la necesidad de acatar las normas de tránsito y en especial, de no exceder los límites de velocidad. Está demostrado; a mayor velocidad es mayor el riesgo de sufrir un accidente.

Más allá de aumentar la vigilancia en las vías, lo que se requiere es que los caleños se comporten bien en ellas.

La ciudadanía debe entender que un buen comportamiento hace más amable la movilidad, con lo cual nos beneficiamos todos. Y es importante no solo que los conductores respeten las normas sino que cuando alguien no las acate, no lo imiten.

No se puede poner un guarda de tránsito detrás de cada conductor. Por lo tanto, la movilidad de Cali solo se compondrá cuando todo el que se siente al frente del volante se comporte de manera civilizada.