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La Reforma Laboral

En Colombia el 90% de las empresas entran en la categoría de micros, pequeñas y medianas, que a su vez generan el 65% del empleo nacional, con una mayoría de trabajadores que ganan el salario mínimo.

28 de febrero de 2023 Por: Editorial .

Conocido el borrador del Proyecto de Reforma Laboral que el Gobierno Nacional presentará ante el Congreso el 16 de marzo próximo, comienza la discusión sobre los cambios que tendrá el actual régimen de trabajo.
Pensado para favorecer en primer lugar a los empleados, el análisis se debe centrar además en su repercusión en el sector empresarial, en la competitividad y en el impacto que tendría en la generación de plazas laborales.

El texto divulgado es consecuente con los planteamientos hechos por el presidente Gustavo Petro desde su campaña electoral y reafirmados luego de su posesión. La reforma busca, entre otros objetivos, brindar mayores garantías a los trabajadores, mejorar sus condiciones salariales, minimizar la contratación por prestación de servicios así como los contratos a término fijo, que de acuerdo con el Ejecutivo generan inestabilidad y no en pocos casos se prestan para manipulaciones o para evadir las responsabilidades.

De no presentarse modificaciones en el documento antes de su radicación en el Legislativo, se deberá discutir la reducción de las horas laborales de 48 a 42 a la semana (de manera gradual), el cambio de la jornada laboral diurna de 6:00 a.m. a 6:00 p.m., el pago del recargo nocturno a partir de ese momento e incluir los sábados como horas extras, mientras los dominicales y festivos se pagarían al 100% del salario ordinario. Para los empleadores será más difícil realizar despidos, se reglamentará el trabajo en plataformas digitales y se buscará la formalización del trabajo en el campo.

En términos generales de eso se trata esta reforma, de priorizar la protección y el bienestar de los trabajadores, un propósito que sin duda comparten y defienden los colombianos, pero que ofrece muy pocas garantías a quienes generan empleo. De ahí la preocupación expresada por líderes gremiales y empresarios, entre otras razones por los sobrecostos que supondrían las nuevas condiciones labores, que afectarían la productividad y la competitividad.

Con unos costos adicionales por encima del 30%, lo primero que se pondrá en riesgo es la generación de puestos de trabajo. Con las reglas que empezarían a regir se da por descontado un efecto adverso en la inversión, tan necesaria hoy debido a la desaceleración que padece la economía nacional y que llega después de dos años de crecimiento positivo.

Tan grave como ello es que la reforma, en los términos planteados, signifique un retroceso en los procesos de formalización empresarial y laboral. En Colombia el 90% de las empresas entran en la categoría de micros, pequeñas y medianas, que a su vez generan el 65% del empleo nacional, con una mayoría de trabajadores que ganan el salario mínimo.
Un aumento de en sus costos fijos puede llevar al cierre definitivo de un número importante de ellas o a que crezcan el desempleo y el trabajo informal, que en Cali, por ejemplo, se ubica en el 47,4% según las más recientes estadísticas del Dane.

El consenso sobre la legislación laboral es más que necesario. La reforma que se apruebe debe garantizar los derechos de los trabajadores y asegurar al mismo tiempo que se den las condiciones de estabilidad y competitividad para quienes crean empleo y contribuyen al crecimiento económico de Colombia.

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