Editorial

Cali no está blindada

Lo que esperan los ciudadanos de sus mandatarios es que exijan de manera contundente al Gobierno Nacional que garantice el control y la seguridad...

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Supuesto Carro bomba Base Aérea Cali. (Foto de Archivo.)
Una vez más, los caleños exigen garantías de seguridad. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

2 de sept de 2025, 02:39 a. m.

Actualizado el 2 de sept de 2025, 03:18 p. m.

Si algo quedó claro en el informe exclusivo publicado por la Unidad Investigativa de este diario el pasado domingo, en el que detalla el recorrido y la manera como llegaron hasta la Escuela Militar de Aviación los dos camiones cargados con explosivos, es que no es cierto que Cali se encuentre ‘blindada’.

Por el contrario; lo que deja al descubierto el reportaje es la ausencia de controles y la facilidad con la que pueden acceder a la capital del Valle los grupos armados ilegales desde el norte del Cauca, escenario de la mayor confrontación entre las Fuerzas Militares y las disidencias de las Farc.

Fueron alrededor de una hora y media en la que estuvieron los terrorista conduciendo los vehículos cargados con explosivos por vías principales de los departamentos de Cauca y Valle. Cerca de 80 kilómetros sin que encontraran ningún control policial o militar que interrumpiera sus planes de hacer estallar los vehículos, como ocurrió el pasado 21 de agosto con el saldo trágico que el país conoce.

No se puede ocultar tampoco, por más que los terroristas tengan la ventaja por el factor sorpresa, que falló la inteligencia del Estado al no advertir que justo en los alrededores de la Escuela Militar de Aviación, los presuntos integrantes de las disidencias estuvieron analizando el terreno, preparando el ataque y estudiando las vías a través de las cuales los atacantes emprenderían el escape.

Está sobrediagnosticado que el suroccidente colombiano enfrenta desde hace varias décadas la amenaza de grupos armados ilegales y del narcotráfico, y la respuesta estatal sigue siendo insuficiente, tardía y reactiva.

Una realidad que no pueden minimizar las autoridades locales saliendo a la palestra a asegurar que Cali se encuentra blindada contra el terrorismo, cuando las puertas de la capital del Valle permanecen abiertas y es evidente que la ciudad está expuesta a los violentos.

Hace poco el Eln instaló cilindros en el ingreso a Cali a través de Yumbo; desde Buenaventura, las bandas criminales se disputan el control de acceso a la ciudad; por Jamundí, las disidencias han mostrado la capacidad de daño e infiltración que tienen, y por Juanchito, se accede sin control alguno a Cali desde Miranda y Puerto Tejada (Cauca), este último, el lugar por donde llegaron los terroristas.

El atentado con explosivos del 21 de agosto, que dejó 6 muertos y 79 heridos, evidenció fallas estructurales en materia de seguridad y negarse a esa realidad no es el camino.

Lo que esperan los ciudadanos de sus mandatarios es que exijan de manera contundente al Gobierno Nacional que garantice el control y la seguridad por parte de las Fuerzas Militares y de Policía en el suroccidente colombiano.

Cali ha sufrido como ninguna otra ciudad la puesta en marcha de una política de seguridad que se doblegó a los violentos con la excusa de querer la paz, pese a que los actores armados no han mostrado nunca una voluntad real.

Una vez más, los caleños exigen garantías de seguridad, no más comunicados estériles condenando los ataques ni anuncios infructuosos de investigaciones para dar con unos responsables que nadie mejor que el Gobierno conoce.

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