Un llamado a defender la libertad de expresión

Charlie Kirk era un activista político de la derecha estadounidense. Iba a los campus universitarios a predicar y debatir su verdad. Gerardo Bedoya Borrero era director de Opinión de este diario cuando fue asesinado hace 28 años por denunciar la corrupción y el narcotráfico. Aunque sus ideologías diferían, ambos ejercieron el derecho fundamental de expresar sus ideas. Si estás de acuerdo con sus versiones de la verdad - o si no lo estás - El País defenderá tu derecho a contarla.

Kirk montaba mesas en grandes universidades de Estados Unidos para debatir con aquellos que no pensaban igual que él. Bedoya escribía columnas valientes denunciando los males que aquejaban a nuestra sociedad. Qué bueno sería si ese espíritu de debate abierto y honesto también floreciera plenamente en Cali. Por este medio invitamos a todos los que piensan diferente a nosotros, a escribirnos, a hablarnos, a darnos su versión de la verdad.

No debe existir violencia en la política. La violencia engendra más violencia. Y más violencia. Lleva a familias rotas, niños sin padres, sin madres. Sociedades fracturadas. El 10 de septiembre, un francotirador le arrebató la vida a Kirk frente a su esposa e hijos en Utah. El 21 de marzo de 1997, sicarios silenciaron a Bedoya en las calles de Cali. Veintiocho años separan estos crímenes, pero el mensaje es el mismo: algunos pretenden imponer el silencio a través del terror.

Debemos tolerarnos. Desde El País, invitamos a todos a expresarnos sus perspectivas, y las publicaremos. Seamos un ente de debate, un ente de discusión. Este compromiso con ser una plataforma para todas las voces cobra especial relevancia en momentos cuando, como institución, reflexionamos sobre grandes decisiones en torno al futuro de este medio. Más que nunca, reafirmamos nuestra misión de ser ese espacio vital donde convergen las diversas voces de nuestra comunidad.

Mucha gente no compartía lo que decía Charlie Kirk. A mucha gente sí le gustaba. Mucha gente respaldaba las denuncias de Gerardo Bedoya contra el narcotráfico. Otros preferían el silencio. Que sea la democracia, no la bala, la que decida cuál visión del futuro es la que debe primar - tanto para Estados Unidos como para Colombia.

La impunidad rodea ambos casos. El Estado colombiano reconoció su responsabilidad en el asesinato de Bedoya apenas en 2019, pero los autores materiales e intelectuales siguen sin ser identificados. En el caso de Kirk, aunque hay un sospechoso detenido, el clima de polarización amenaza con generar más violencia.

Para los países que dependen de las decisiones en Estados Unidos, y para nosotros los colombianos que conocemos muy bien el costo de la violencia política - desde Bedoya hasta líderes sociales asesinados hoy - solo podemos anhelar que ambas naciones redescubran en sus corazones lo que originalmente las hizo grandes: el deseo de libertad, la autodeterminación, y la democracia.

En estos tiempos de transformación y decisiones cruciales, El País reafirma su compromiso inquebrantable: seguiremos siendo ese espacio de encuentro, ese foro de ideas, esa tribuna desde donde todas las voces puedan expresarse sin temor. Es nuestro compromiso con la memoria de Gerardo Bedoya Borrero y con todos aquellos que creen que las palabras, no las balas, deben definir nuestro futuro.