Diana pelea por su marido

Soy mal informado sobre Cali. Vivo en Bogotá hace cincuenta largos años. Ignoro si en Cali existe la primera dama.

La Diana que viene a esta columna no es la fallecida inglesa Lady D, es la bonita y beligerante Diana Osorio, esposa del alcalde de Medellín Daniel Quintero.

A este funcionario, enemigo de la oligarquía de Medellín y de ‘El sindicato paisa’, lo vienen acusando de aventuras financieras dolosas en la represa de Hidroituango. Seguro que el poderoso sindicato antioqueño nunca había recibido una paliza informativa tan fuerte como la que le regalan cada semana el alcalde de Medellín, Daniel Quintero y su pareja Diana Osorio. ¿Dan la pelea?

La esposa legítima de Claudia López, alcaldesa de Bogotá, es la recia senadora Angélica Lozano. Ella enfrenta a los críticos de su esposa Claudia, pero sin gritarles ‘guerreristas fascistas’, como sí lo hace la paisa Diana Osorio.

La primera dama de Medellín ayer lanzó este belicoso trino: “Mi mensaje de hoy es para que no se dejen engañar por unos poderes tóxicos que hay en Medellín como el diario El Colombiano que, financiado por el uribismo y por unos contratistas de Hidroituango ya condenados, da cifras engañosas a ustedes”. ¿Engañan las cifras que les da El Colombiano? ¿Y por qué es tóxico el periódico El Colombiano? ¿Y qué significa tóxico? Lo ignoro, tóxico llaman al petróleo, al gas, al invierno, a mil políticos y a dos mil ineptos funcionarios. Punto.

Ambición presidencial tiene el líder petrista Daniel Quintero. Sus amigos lo llaman “salvador de Medellín y de las Empresas Municipales”. Le abono que ha denunciado ‘chambonadas’ de costo multimillonario contra los paga-impuestos en la represa de Hidroituango. ¿El comunicado beligerante contra El Colombiano por la primera dama de Medellín sonó a discurso de campaña electoral? Sí, ella es ambiciosa, bonita, activista y regia oradora populista.

Tengo buenas amigas mujeres paisas, digo Olga Clemencia Villegas, Paula Jaramillo del Corral, Helena Olarte, María Emma Mejía, Alicia Mejía, Marielena y Rosarito Millán, ellas, muy cívicas, rechazaron lo de ‘tóxico’ a su amado periódico El Colombiano.

Y aquí opino: agresivos muchos disfraces del Halloween, casi tóxicos. Aplaudimos la ‘emergencia económica’, ojalá sin chanchullos y sirviendo a la arruinada clase popular. Petro con Maduro en abrazos, uf. Pilas, saquen paraguas y colorín colorado.