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Jorge Restrepo Potes

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Laura Ardila

Lo que allá existe es una organización que controla, a través de la compra de votos, la opinión de esa zona del país.

28 de septiembre de 2023 Por: Jorge Restrepo Potes

Hace unos días vaticiné en este espacio que la negativa de Editorial Planeta a publicar La Costa Nostra, libro del que es autora la periodista Laura Ardila Arrieta, lo convertiría en ‘best seller’, tal como lo demuestra el vertiginoso aumento de ventas, que lo sitúa en primer lugar, según informa la Librería Nacional.

Creo haber sido de los primeros en adquirir el libro que en pulcra edición puso en circulación Rey Naranjo Editores, y no pude soltarlo hasta llegar al último párrafo. Con buen uso del idioma, esta joven cartagenera traza la semblanza exacta del poderoso clan político de Barranquilla, el creado por Fuad Char para beneficio suyo y de sus hijos Alejandro y Arturo.

El primero ha sido dos veces alcalde de ‘La Arenosa’, y se alista para regresar a ese despacho. Y Arturo, mediocre cantante aficionado, fue elegido senador y presidente de esa corporación en nombre de Cambio Radical, partido del exvicepresidente Germán Vargas Lleras.

Es de admirar el coraje de Laura Ardila porque con su obra destapa las torvas maniobras de ese engranaje económico y político que se ha apoderado de alcaldías, gobernaciones, asambleas y concejos no solo del Atlántico, sino también de otros departamentos de la Costa Caribe, que se mueven a órdenes del Don, como Ardila califica al jefe del clan, en clara alusión al personaje creado por Mario Puzo.

Lo que allá existe es una organización que controla, a través de la compra de votos, la opinión de esa zona del país.

El tinglado de la farsa se fue al piso cuando el grupo Gerlein ya unido al clan Char, patrocinaron tanto a Aida Merlano como a Arturo Char para que resultaran elegidos ambos al Senado en 2018, pero cometieron la torpeza de sacar del combo a la socia, para lo cual le montaron un operativo judicial que allanó la ‘Casa Blanca’, que era el epicentro de la compra de votos. La dama fue a parar a la cárcel, y creyeron que el asunto estaba superado.

Pero Merlano no se quedó callada, y con una sentencia ‘expres’ de 15 años de prisión por concierto para delinquir y corrupción al sufragante, cantó la trapisonda electoral. Y salieron a flote las millonadas que Julio Gerlein y Alex Char le dieron para que ella y Arturo llegaran al Senado mediante la compra de electores. Hoy Arturo afronta cargos por los mismos delitos por los que fue condenada la agraciada señora.

Y como el concierto para delinquir exige más de una persona para conformarlo, es imposible que la única imputada sea Merlano, que una y otra vez repite que su fuga del consultorio odontológico en Bogotá fue programada por ambos grupos políticos, con el fin de asesinarla para silenciarla para siempre.

Laura Ardila es la estrella literaria del momento. La primera edición de 10.000 ejemplares se agotó en pocas horas. Estuve en la presentación que ella hizo del libro el último día de ‘Oiga, mire, lea’ en la Biblioteca Departamental, y allí se formó larga fila para que autografiara el texto. Éxito total.

Laura fue periodista destacada de La Silla Vacía, y luego dirigió La Silla Caribe en Barranquilla, donde inició la investigación sobre el clan Char, que plasmó en el libro que pone a los amos del poder en la Costa Caribe en calzas prietas. Tiene columna dominical en El Espectador.

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