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IA y la humanización de la medicina

La innovación de la IA en la salud, y en la educación en salud, es enorme a todos los niveles. Y llegó para quedarse.

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Carlos E. Climent
Carlos E. Climent | Foto: El País

16 de nov de 2025, 12:41 a. m.

Actualizado el 16 de nov de 2025, 12:41 a. m.

Bajo la batuta de Héctor Raúl Echavarría se celebró en Cali el ‘Primer simposio sobre inteligencia artificial (IA) en Salud’ entre el 6 y el 8 de noviembre de 2025. Fue un éxito sin precedentes que continúa confirmando el liderazgo de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle y que ocurre en paralelo con otros avances de extraordinaria importancia.

El simposio tocó temas que necesariamente involucrarán a distintos actores de la salud en el país en años venideros. Uno de los ponentes lo puso de manera un tanto extrema: el médico que no utilice IA será una especie en extinción.

Fue tan rica la variedad de temas que se trataron en este simposio que es difícil hacer, en un limitado espacio, un resumen que haga justicia a lo que allí escuchamos. Pero lo que es claro es que la innovación de la IA en la salud, y en la educación en salud, es enorme a todos los niveles. Y llegó para quedarse. Me limitaré a mencionar unos pocos de los muchos aspectos en los cuales la IA le va a permitir al médico un manejo más idóneo, y espero humano, de sus pacientes:

* Utilizar modelos de comprobada utilidad clínica.

* Hacer preguntas muy precisas que generen información adecuada para llegar a las conclusiones más útiles para cada caso particular.

* Hacer mejores diagnósticos y manejar con mayor precisión las distintas patologías.

* Volverse mucho más efectivo al extraer conocimientos útiles de los datos clínicos.

* Identificar lo que el ojo humano no puede ver.

* Discriminar las variables más importantes.

* Tomar mejores decisiones.

* Escoger de entre una gran variedad, las herramientas más útiles para cada caso.

* Ser más eficiente gracias al uso de una información seleccionada, resumida, filtrada y de gran calidad, que disminuye considerablemente la posibilidad de equivocarse.

* Incluir elementos clave para una adecuada comprensión de cada problema clínico.

La IA realiza, en una fracción de segundos, lo que le tomaría muchísimas horas al más acucioso profesional, lo cual libera al médico de engorrosas tareas y le permite, por ejemplo realizar, en menos tiempo, diagnósticos diferenciales y tomar líneas de acción con mayor seguridad y confianza.

Pero no podemos perder de vista que todos los cambios toman mucho más tiempo del calculado para ser acogidos, ni minimizar la resistencia al cambio que la IA va a encontrar.

Las ventajas de incorporar la IA a la práctica de la salud son enormes, y la esperanza es que correctamente aplicada, lejos de deshumanizar el cuidado clínico, va a liberarle tiempo precioso al médico para que siga siendo el protagonista. Para convertir la entrevista en una conversación amable, para descubrir lo que se esconde detrás de los síntomas, para indagar sobre las circunstancias individuales de quien desea ser tratado compasivamente, y por supuesto, para mirarlo a los ojos.

En suma, la IA aumenta la posibilidad de volver a lo que fue el cuidado médico de pacientes en épocas en las que se honraba el juramento Hipocrático.

Carlos E. Climent es médico de la Universidad del Valle y psiquiatra de la Universidad de Harvard. Durante30 años trabajó en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Valle, y durante 20 se desempeñó como miembro del Panel de Expertos en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.

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