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Rescatados del infierno

Hace tres años escribí una crónica para este diario titulada ‘Rescatados del...

1 de mayo de 2012 Por: Aura Lucía Mera

Hace tres años escribí una crónica para este diario titulada ‘Rescatados del infierno por la mano del amor’. Me refería a El Hogar del Anciano Abandonado, Jesús de la Misericordia, que existe gracias a una mujer bandera, Ana Beiba Lasso, quien los recoge de la calle, con amor, y les dedica todos los cuidados y el afecto que estos seres se merecen, ya que sus propios familiares los tiraron a la calle, a los andenes de los hospitales, como si fueran basura, quitándoles los documentos para que no exista ninguna posibilidad de que retornen a sus casas.Hace tres años la respuesta de empresas, empresarios, hombres y mujeres sensibles, fue asombrosa. Por primera vez en años, estos ‘niños’ como Ana Beiba los llama, pudieron dormir cada uno en su cama individual y alimentarse de una forma balanceada. La sede es en una callejuela estrecha, cerca a un caño, en el barrio Alfonso Bonilla Aragón. Sigo en contacto con ella. Hace pocos días la visité de nuevo. Tenía una cadera fracturada de una caída. Estaba inmovilizada. Adolorida. Le habían reemplazado parte del fémur. Sin embargo, nada la detiene en el cuidado de sus viejitos. Estaba acostada en uno de los catres, en medio de las ancianas del segundo piso. Porque, contra viento y marea, Ana Beiba logró construir un segundo piso, para darles mayor comunidad a sus protegidos.Actualmente, las ayudas son pocas y esporádicas. El Banco de Alimentos les envía verduras y frutas, pero grano no tienen nada. Los enseres de aseo jamás faltan porque ella, esta mujer imbatible, logra tenerlos impecables, limpios, así le toque tocar miles de puertas para conseguirlos. Hace tres años algunos solamente tomaban un tetero de aguapanela al día. No había más.Porque lo monstruoso del caso no solamente es que los familiares boten a sus abuelos, tíos o padres ya ancianos a la calle, sino que esta Fundación jamás ha recibido un solo peso del Municipio. Oficialmente estos seres no existen. Pero la Curia se lucra, como denuncié hace tres años, cuando mueren. No perdonan la tarifa del entierro, que generalmente consiste en lanzarlos en una fosa común. Porque ya no existen para nadie. Ya los habían desaparecido. Jamás recibirán una flor, una visita. Sólo las lágrimas de Ana Beiba que no se consuela cuando uno de sus ‘niños’ parte definitivamente de su lado.El Municipio de Cali tiene la obligación de tener un cementerio de la ciudad, donde puedan descansar los restos de sus habitantes más pobres, los abandonados por todos, los que no tienen derecho ni a vivir, los que botan a la calle, los que tampoco tienen derecho a morirse, a menos que seres como Ana Beiba los rescate del olvido de todos. La Curia, actualmente con un Arzobispo de raca-mandaca, debería hablar con esta Fundación, conocer a Ana Beiba, visitar a estos ancianos y, acariciarlos, hablarles, y prometerles que tendrán una sepultura digna y sin costo.Si algún lector desea ayudar, adoptar una mujer o un hombre, que fueron rechazados por sus familias y condenados a desaparecer, pueden hacerlo al Banco Social, Cuenta de Ahorros 24019611385 a nombre de la Fundación Anciano Abandonado. Su representante legal, es Ana Beiba Lasso, cédula 31.937.618 de Cali.Yo invito al alcalde Rodrigo Guerrero y al Arzobispo que la visiten. Que se emocionen al verlos. Que aporten. La dirección es Calle 91A No 26P - 47 Barrio Bonilla Aragón, y sus teléfonos son 3164593051  ó 4483631. Si algún pecado existe, es tirar a la calle, sin documentos, a hombres y mujeres que ya no pueden valerse por sí mismos. Que Dios bendiga a mujeres como Ana Beiba. Que el Municipio y la Curia hagan lo que tienen que hacer.

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