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‘Naya’

“Su pasión se convirtió en una obsesión. La búsqueda acabó con su vida”. Pocos escritores colombianos me han llegado como un golpe helado, repentino, que atraviesa el corazón como una navaja afilada y se queda para siempre, una cicatriz imborrable.

6 de agosto de 2018 Por: Aura Lucía Mera

“Su pasión se convirtió en una obsesión. La búsqueda acabó con su vida”.
Pocos escritores colombianos me han llegado como un golpe helado, repentino, que atraviesa el corazón como una navaja afilada y se queda para siempre, una cicatriz imborrable.

Se trata de ‘Naya’, el libro recientemente editado por Caligrama Editorial. Recién salido del horno. Creo que tengo la fortuna de ser una de sus primeras lectoras. Lo inicié y no pude parar. Cada página es un nuevo descubrimiento, una experiencia que hiere, un despertar a lo que nunca hemos querido ver. Al final, sentí un desgarre en el alma, mezclado con impotencia, rabia, admiración y esperanza.

Su autora se lanza como un cohete con este libro, su primera obra impresa, narrándonos la historia de un “soñador que quiere cambiar el mundo, un activista dispuesto a buscar justicia a toda costa y un idealista que sacrifica su vida en busca de la verdad. Y, sin embargo, aunque traten de ser íntegros, quedarán atrapados en una red de inmoralidad. Sometidos a la voluntad de hombres poderosos cuya única determinación es proteger sus intereses económicos” (tomado de la contra carátula).

Su autora es una mujer joven. Psicóloga. Ha trabajado en el campo de la reconciliación y reparación de las víctimas del conflicto armado en el país. No pierde la esperanza de que logremos vivir en una sociedad respetuosa con la diversidad, con el medio ambiente, con la pluralidad de ideas, con los valores intrínsecos e individuales del ser humano, y así “romper ese círculo vicioso de la violencia”.

Su nombre es Paula Alejandra Gómez Osorio. Más de diez años en contacto con víctimas de la violencia y el desarraigo. Primero, en la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación y luego pasó cuatro años como Directora Regional de la Unidad de Víctimas. Ha escuchado de primera mano muchas historias, ha sentido en el alma el dolor infinito de aquellos que han sufrido esta sangría irracional, como también conoce versiones libres de muchos paramilitares desmovilizados, y ha estado en contacto con comunidades afectadas.

Hace dos años Paula Alejandra decidió seguir esa voz interna que le timbraba como un cascabel desde pequeña. Dejó todo y se dedicó a escribir. Ha escrito cinco libros hasta ahora ‘invisibles’ por esa torpeza que caracteriza tantas casas editoriales, que ya no arriesgan, sino que editan lo que saben seguro para el bolsillo.

Gracias a Caligrama, este libro sale al mercado. Será un tsunami. Porque llega, estremece, desenmascara e invita a la reflexión sobre el fenómeno de la violencia, en donde por acción, omisión, miedo, indiferencia o comodidad, hemos sido todos cómplices de este desangre.

Paola sí es una guerrera. Me le quito el sombrero, porque su narración nos lleva a esa misteriosa y olvidada región del Naya, donde su río limita con el Valle y el Cauca. Lugar privilegiado por la naturaleza, en el que se dan cita los páramos helados, los bosques de niebla, la selva húmeda y salvaje, los ríos y el mar que la golpea con esas olas incesantes y ariscas del Pacífico, unido por trochas retorcidas que hablan y son testigo de muertes y desapariciones. Guardan en cada curva, en cada recodo, la verdadera historia de Colombia y sus problemas, mientras un paisaje cautivante enamora al que se atreve a internarse en ellas.

Región habitada por descendientes de esclavos, indígenas autóctonos, campesinos, pescadores artesanos. Región atacada sorpresivamente por las AUC del Bloque Calima un 5 de abril del 2000. Más de 100 campesinos masacrados, sus cuerpos lanzados a los precipicios o mutilados por motosierras, sus mujeres violadas bajo la complicidad soterrada de la Fuerza Pública que solo llegó al lugar de la tragedia quince días más tarde.

Región doblegada por los narcotraficantes. La ruta de la coca que recorre cientos de kilómetros hasta llegar a los ríos y por fin al mar para ser distribuida al mundo. Paula logra, en un estilo ágil, que sabe combinar a la perfección el carácter y las emociones de cada uno de sus personajes, la complejidad de esta región, donde todo se mezcla y la muerte y el negocio son los triunfadores. Amores. Traiciones. Idealismo. Sueños rotos. Dolor y esperanza.

Gracias Paula Alejandra Gómez por irrumpir como un tsunami en las letras colombianas. ‘Naya’ un libro que marca el alma y queda incrustado para siempre.

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