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La periodista y escritora Catalina Lobo-Guerrero. | Foto: Especial para El País

VENEZUELA

¿Por qué el chavismo terminó en fracaso? El nuevo libro que explora la crisis venezolana

Catalina Lobo-Guerrero, autora del libro ‘Los restos de la revolución’, cuenta cuatro hechos que hicieron de Hugo Chávez una gran desilusión para Venezuela y analiza por qué el chavismo continúa en el poder.

3 de octubre de 2021 Por: Laura C. Peralta Giraldo, reportera de El País

"Hugo Chávez llega en un momento de crisis y se ve como un posible salvador de Venezuela que va a cambiar el sistema y a crear uno más justo. Era un personaje carismático y con un muy buen discurso. ‘Este sí va a ser el que va a cambiar este país’”.

Así responde Catalina Lobo-Guerrero, autora de ‘Los restos de la revolución, crónicas desde las entrañas de una Venezuela herida’, cuando se le pregunta cómo fue que Chávez llegó al poder en ese país.

Esta periodista colombiana trabajó como corresponsal en Caracas durante varios años y en su libro explica cómo Venezuela, a lo largo de los años del chavismo, se ha ido “destruyendo por dentro”.

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Usted habla de una grieta profunda que se abrió en Venezuela con el golpe de Estado a Chávez en 2002...

Yo llego a Venezuela diez años después de ese momento, pero una cosa que me impresiona mucho es que esto había quedado como una herida, como una cicatriz. A partir de este se produce una polarización muy fuerte entre gente que veía en eso un golpe de Estado y gente que decía que nunca lo fue. El país nunca se pudo poner de acuerdo sobre esos hechos confusos y al final tampoco hubo una comisión de la verdad, aunque hubo algunos intentos por parte de la Asamblea Nacional y la Fiscalía.
Hubo 19 muertos, decenas de heridos, pero no quedó claro, por ejemplo, quiénes dispararon, si había sido planeado o algo que estaba conspirando con el chavismo o si habían sido personas contratadas por la oposición. Tampoco quedó claro si Chávez en efecto renunció o lo obligaron. A partir de ese momento, quedan dos versiones muy visibles en el país y esa tensión se ha empeorado durante los años que siguieron y se mantiene hasta hoy. Son dos países totalmente irreconciliables, por eso hablo yo de la grieta, porque, dependiendo de la orilla en la que tú te pares, entiendes lo que sucedió de una manera o de otra. No hay puentes en común.

¿Con la muerte de Chávez esa grieta se profundizó?

Sí, después de la muerte de Hugo Chávez , con la elección de Maduro como presidente. Fue una elección bastante controversial, hubo un triunfo de él por menos del 1 % de los votos y en ese momento el candidato de la oposición, Capriles, pide un reconteo, que se abran las urnas y se verifique si hubo fraude o no, pero esa auditoría nunca sucede. Ahí empieza el chavismo a decir que se está volviendo a presentar un escenario de golpe de Estado por parte de la oposición, que estaban viendo el escenario del golpe de abril del 2002.
Capriles convoca a las calles a la gente a marchar y el chavismo vuelve a interpretar eso como que se está orquestando un golpe en su contra. En 2014, cuando empiezan las protestas callejeras, el chavismo interpreta lo mismo. El fantasma del golpe estaba de manera permanente allí, de una forma bastante paranoica. Lo curioso es que los golpes de Estado se dan es desde adentro, tendría que ser el mismo chavismo, los mismos militares, los que orquestan el golpe, una oposición no puede orquestar un golpe estando desde la otra orilla.

¿Qué pasó en Venezuela para que su pueblo eligiera a Chávez?

La figura de Chávez es muy interesante porque surge como una alternativa distinta a los partidos tradicionales en Venezuela: Acción Democrática y Copei, que gobernaron desde los 50 en adelante y se iban turnando el poder, pero excluían otras fuerzas, entre ellas la de la izquierda. Luego se hizo una reforma y empezaron a aparecer otros partidos más pequeños, algunos desde la izquierda.
Hugo Chávez a pesar de ser militar, viene de una tradición de izquierda fuerte y él mismo crea dentro de los cuarteles del Ejército un grupo político que llamó Movimiento Revolucionario Bolivariano. Después de que él le da el golpe de Estado fallido a Carlos Andrés Pérez, es encarcelado. Y mientras está en la cárcel, empieza a reunirse con otros políticos y otras fuerzas de izquierda y empiezan a armar un movimiento y a pensar la posibilidad de llegar al poder, ya no vía golpe, sino vía elecciones.

¿Y qué pasó después?

En medio de un desencanto enorme que había en Venezuela por esos partidos tradicionales, la crisis económica, los precios del petróleo caídos, la pobreza y la desigualdad que había aumentado, Chávez empieza a volverse una esperanza y un símbolo de que puede transformar las cosas.
Él, desde el principio, habla de una revolución, de revolucionar todo el sistema político en Venezuela porque ya no funciona y mucha gente se siente muy esperanzada con el llamado que hace de replantear la patria, porque lo plantea en esos términos, como un segundo Bolívar. Eso hizo que mucha gente se entusiasmara, y no estoy hablando solo de los sectores más pobres, no, la clase media, los sectores académicos, gente de la élite, incluso muchos medios, apoyaron la candidatura de Chávez.

Pero resultó siendo una desilusión...

Pasaron muchas cosas, una de ellas es precisamente el golpe del 2002. La gente se asusta mucho porque también ve una cercanía cada vez mayor de Chávez con Fidel Castro y esa preocupación de que esas promesas originales se van a transformar en otras cosas y que Venezuela se iba a transformar en una Cuba. Yo en el libro me enfoco en cuatro áreas, él tiene un enfrentamiento con los militares, con los jueces y las Cortes, con la empresa estatal petrolera y con los medios de comunicación.

Cuéntenos sobre esas áreas...

Después de ese intento de golpe de Estado, hay una rebelión por parte de los generales. Están muy molestos con Chávez porque él empieza a transformar los ascensos y hay una especie de purga al interior de los cuarteles militares.
Lo segundo, el chavismo reforma el Tribunal para ampliar el número de jueces. Chávez llega a reformar la Constitución, es lo primero que hace y es una constitución cada vez más presidencialista, facilita que el Ejecutivo tenga mucho más peso que otras instituciones y que sea directamente el presidente quien tome decisiones. Con la empresa estatal petrolera empieza a reformar su reglamento y hacerse al control de ella. También vive un enfrentamiento muy fuerte con los medios de comunicación, a cuatro de los principales canales los llamaba los jinetes del apocalipsis. Si a él no le gustaba un artículo, salía en su programa de Aló presidente a denunciar al periodista.

¿Por qué cree que Maduro termina siendo presidente de Venezuela?

Ese es otro de esos episodios electorales que son muy controversiales. La oposición nunca pudo demostrar si hubo o no hubo fraude, sin embargo, una cosa que hay que aclarar cuando se habla de elecciones en Venezuela, es el ventajismo electoral. Cualquier candidato que se presentara por parte del chavismo siempre tenía más recursos para invertir en sus campañas, más medios de comunicación y todo el aparato de medios estatales dándole más espacio.
Entonces, era una competencia desigual, no había nunca tantos recursos para los candidatos de la oposición, entre otras cosas porque el chavismo cambió la legislación electoral del fuero, esa idea que hay en Colombia y en otros países de tener topes de financiación en las campañas en Venezuela se eliminó y de hecho el Estado no financia a los candidatos o partidos de la oposición, ni tampoco hay mucha vigilancia sobre cuánto invierte o gasta el Estado en los candidatos del chavismo. Puede que Maduro sí haya ganado gracias a ese ventajismo electoral y efectivamente, cuando tú cantas fraude como candidato de oposición, tienes también que poderlo demostrar. Maduro es elegido presidente, pero desde el día uno su legitimidad es puesta en duda.

¿Por qué Maduro sigue en el poder?

Es injusto decir que los venezolanos no han hecho nada, han hecho muchas cosas a lo largo de estos años. El problema es que eso no se ha traducido en un cambio político efectivo. Están marchando desde el 2002, van a ser ya 20 años desde que salen a protestar, pero la oposición no ha sabido capitalizar ese descontento de una manera más efectiva. Todas las propuestas que han hecho se han enfrentado a una represión enorme, hay muchos opositores presos, muchas personas que han terminado asesinadas, personas exiliadas, se han incrementado los costos de hacer oposición al Gobierno.

Después de haber vivido momentos claves en Venezuela, ¿cómo ve el actual clima político de Colombia?

Lo veo complicado, cuando vivía en Venezuela decía ‘aquí hay una polarización que en Colombia no existe’. Pero a partir del 2016, yo siento que, como en Venezuela, hay una grieta con el tema del Acuerdo de Paz y se evidencia el día en que gana el no en el Plebiscito, ahí se hizo evidente que éramos un país muy dividido.
En los últimos años he sentido unas tensiones políticas enormes, que han trascendido del debate público a las relaciones personales. Y siento que hay un temor ante las elecciones del próximo año, venimos de una situación muy complicada, la pandemia y las protestas y la política son muy emocionales. Para uno elegir bien, no puede dejarse llevar por el miedo y la rabia.

Detalles de la obra

“Quiero invitar a la gente a leer el libro. No es un ladrillazo, no es un libro de política comparada, es una crónica literaria y está escrita como si fuera una novela. No quise hacer un libro muy pesado o muy académico, todo lo contrario. Mi intención es que la gente pueda entender mejor lo que pasó en Venezuela”, dice Catalina Lobo-Guerrero.

”Leer este libro le puede dar luces de lo que pasa en el otro país y tener más conocimiento de cómo un país se destruye y se va desbaratando por dentro”.

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